TOMADO DE LIBERTAD BAJO PALABRA
Arturo Reyes Isidoro / Javier Duarte de Ochoa, como jefe político del priismo en Veracruz, será quien decida la candidatura de su partido para relevarlo en 2016.
Ayer, en una comida con un grupo de columnistas, reveló que el presidente Enrique Peña Nieto le delegó la gran responsabilidad.
“En el tema de la sucesión me dijo: Javier, nunca me has fallado, pero esta es la decisión más importante de tu vida, no te puedes equivocar, con lo cual me está dando la gran responsabilidad”.
“El Presidente me tiene una estima que la siento en los hechos. Nunca he tenido un no del Presidente. Todo lo que le he pedido siempre me ha dicho que sí”.
Comentó que “el tema no es apoyar a un compadre o a un amigo, sino a un proyecto. Estoy dejando que todos caminen y corran en esa ruta, viendo cómo se va desarrollando la cuestión. Hay otros con los que tengo diferencias, pero al final del día comulgamos en la misma capilla”.
Para él, “hay muchas sopas”, aunque “al final del día nada más va a haber una”. Confió en que habrá un candidato de unidad.
Dijo que ha sido tolerante, con el ánimo de generar la unidad, “he sido tolerante y al mismo tiempo inclusivo”.
Argumentó que se viven tiempos muy distintos a los de antes. “Dejo que todos participen, no estoy siendo obstáculo. Está la carrera interna y en enero se determinará quién va a participar, y eso de las encuestas es una mama… Pepe está muy por encima de cualquier otro. La encuesta es una fotografía del momento, pero se tienen que tomar en cuenta también otros factores, quién genera consenso”.
Sin estar programado, el gobernador llegó a una comida en un restaurante de Xalapa que compartía el presidente estatal del PRI, Alberto Silva Ramos, con una docena de periodistas.
Platicó que estaba llegando de una gira de trabajo con el secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, José Eduardo Calzada Rovirosa.
Duarte llegó sonriendo, repartiendo abrazos, y mientras disfrutaba “dos taquitos de sirloin” con tortillas de harina hizo comentarios por iniciativa propia pero también respondió a todas las preguntas que se le hicieron.
Hasta que se retiró a las seis de la tarde, todo fue buen humor y una parte del convivio fue para recordar y platicar anécdotas chuscas.
El tema de su relevo era obligado. “Lo digo abiertamente. Al final del día el tema del partido lo va a resolver el partido”, comentó, sin dejar de señalar la importancia de la opinión del Presidente, quien “como líder moral ha sido muy generoso conmigo”.
No tuvo reparos en presumir: “Tengo una ventaja que es una gran responsabilidad: soy el único amigo veracruzano que tiene el Presidente. Esa es una gran responsabilidad”.
Lo atribuyó y recordó que fue el primer gobernador que prácticamente lo destapó ante la clase política veracruzana durante una comida en el salón Tajín de la Casa Veracruz en septiembre de 2011 luego de un acto en que se hermanaron Xalapa y Toluca, siendo Peña Nieto gobernador del Estado de México.
“Ahí dijo, sí quiero ser presidente. Le dije que como consejero político nacional y estatal tenía todo mi apoyo y el del priismo veracruzano”. Reveló que incluso en la campaña presidencial fue convocado al cuarto de guerra del mexiquense.
“El Presidente me tiene una gran estimación, que es correspondida”.
Pero no paró ahí: “Tengo otra ventaja: con Luis Videgaray fuimos juntos secretarios de Finanzas, juntos diputados federales, miembros de la misma comisión, luego estuvimos juntos él como presidente del PRI en el Estado de México y yo como gobernador, tenemos muy buena relación. Con Videgaray se genera una empatía muy cercana al grupo del presidente Peña Nieto”.
Presumió más. Dijo que ha venido platicando con el principal interlocutor que es el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
“El sábado pasado estuve comiendo con Miguel. Me citó al otro día de Perote. Platicamos de todo esto, y él tiene una gran ventaja: fue gobernador, sabe, conoce”.
Expresó que está haciendo política. “Estamos en un proceso de ver que todo va caminando, de observación, viendo cómo se mueve cada quien, quién genera cohesión, consenso, unidad”.
Entonces confirmó la versión que tenía “Prosa aprisa” y que un día antes el senador Héctor Yundes Landa negó. Él sacó a colación el tema.
“Me he reunido con Héctor. El viernes en la mañana, antes de la comida de Perote, platiqué con él. Le dije que lo respeto, que está en todo su derecho, pero que no comparto su estrategia. No lo entiendo”.
Platicó que le dijo: “Cómo quieres ser candidato del PRI madreando al gobernador priista”, y que lo cuestionó si piensa que va a ganar madreándolo. “Al que debilitas es a tu mismo instituto político. La gente no va a pensar que es Javier o Héctor si madreas al PRI. Yo soy línea de flotación del partido. Estás escupiendo para arriba”.
Agregó que Yunes Landa tiene su tesis y sus asesores, pero que le pidió “que le baje dos rallitas, es lo único que digo”.
Señaló que cada quien tiene sus estrategias, cada quien su plan de ver las cosas, “y yo soy respetuoso, muy respetuoso”, pero entonces justificó aquella ya histórica entrega de una caña de pescar que le hizo.
“Me desesperó, me llenó el vaso. Dijo que no le podía permitir sus señalamientos, aunque al final matizó diciendo que “no hay diferencias que no sean insalvables con Héctor”. Expresó que el hecho de que se haya reunido con él es señal de que no hay tema de rompimiento.
Reveló que el senador Héctor Yunes le pidió un “chance” porque “no puede cambiar su discurso”. Él le insistió en que “le baje dos rallitas, porque te conviene”. “Si quieres ser candidato del PRI no puedes ir con una plataforma gastada”.
Se le preguntó si era cierta la expresión que se le atribuye de que “cualquiera, menos Héctor”. Respondió que no era cierta. “Héctor puede ser”.
Javier Duarte dijo que necesita tener abiertos los canales de comunicación con todos, “y los he tenido”.
Volvió al tema de la sucesión. “Yo no voy a apoyar a alguien que no esté en condiciones de triunfar. Por eso es que estoy dejando caminar a todos”.
Del presidente del PRI Alberto Silva Ramos aceptó que “es una opción, sin duda alguna”, pero que eso “no significa que sea o vaya a ser necesariamente”.
Manifestó que le tiene respeto y que es su amigo desde hace muchos años, “pero en su momento habremos de determinar quién es la mejor opción, y ese es un tema que tengo que analizar de manera muy fría”.
Subrayó entonces que no piensa con el estómago ni con el corazón, sino que lo hace con la cabeza, “y al momento de tomar la decisión, la voy a tomar con la cabeza. Bien me dijo el Presidente, no me puedo equivocar”.
Afirmó que no existe “duartismo, sino priismo”, y concluyó hablando del exgobernador Fidel Herrera Beltrán.
Reconoció que se formó en su escuela, que es un político de gran habilidad, pero que no había que confundir respeto con subordinación, “pero de eso a que sigue mandando en Veracruz hay una enorme distancia. El gobernador soy yo, no hay la menor duda; no toma ninguna decisión, ni una sola”.
Destacó que en lo personal le tiene un gran afecto porque fue su director de tesis, su sinodal, el testigo de su boda, es padrino de su primer hijo (hija); “me formó, lo quiero mucho, a él y a su familia”.
Pero señaló que “el problema de Fidel es Fidel, él es su principal enemigo. Él me orilló a alejarme de él”.