Terrible y brutal, el Veracruz violento cuenta más víctimas, más
tragedia, más sangre, de malosos o inocentes, sea por levantón o ejecución,
apabullado Javier Duarte y su gobierno, incapaz o cómplice su policía, averiado
el sistema de seguridad.
Veracruz no es Tamaulipas, pero parece. No es Guerrero, pero
parece. No es Morelos, pero parece. Incluso, los supera.
Y nada hace, sólo observa, el gobernador de Veracruz cuando las
balas y la saña hablan de nuevo, cuando el miedo corroe las entrañas de la
sociedad, cuando se impone la voz de los que andan fuera de la ley.
Fracaso histórico el del duartismo, que arrancó militarizando a Veracruz,
dejando en manos del Ejército y la Naval la seguridad, el combate al hampa, la
desarticulación de las bandas delictivas, los Golfos, los Zetas, los de
Jalisco, los Matazetas, y cinco años después la muerte acecha, la delincuencia
avanza, la ley se tuerce y la impunidad domina al aparato judicial.
Ideó el operativo Veracruz Seguro y de ahí replicaron en
municipios y zonas conurbadas. Luego vendría el Mando Único Policial, que ha
sido un fracaso.
Cinco años en el fracaso total, mientras a los veracruzanos se los
carga la muerte, y si no, el miedo, robada su tranquilidad y sin saber si hay
mañana, a expensas de la extorsión, de la delincuencia común o del crimen
organizado.
Así ocurre en el reino de la violencia que es Veracruz.
Así ocurre en el santuario de los Zetas, por obra y gracia de
Fidel Herrera Beltrán, por enredos de campaña y negocio en las sombras del
aparato de seguridad duartista.
No se esfuman los humores de la masacre de Puente Nacional o la de
Rodríguez Clara, cuando el sur de Veracruz se sacude por la violencia brutal,
por la impunidad con que actúan los enemigos de la ley, por la pasividad, que
resulta complicidad por omisión, del gobierno de Javier Duarte.
En un lapso de 48 horas, fueron ultimadas once personas en
diversos hechos violentos, rememorando los primeros días de Javier Duarte en el
poder, cuando los malosos arrojaban 35 cadáveres en la zona turística de Boca
del Río, o hallaban otros 32 en una casa de seguridad en el puerto de Veracruz.
Esta vez es el sur, de nuevo el sur.
Tres de ellas vivían en la localidad El Manantial, municipio de
Tierra Blanca. Fueron Sacadas de sus viviendas por un comando armado que
se los llevó. Aparecieron a dos kilómetros del lugar, sin vida, entre el monte.
Sus nombres: Lamberto Rivera Muñoz, de 50 años; Bulmaro Rivera
Sanjuan, de 51, y Francisco Javier Rivera Rodríguez.
Sobre la autopista Cosoleacaque-Sayula de Alemán, a la altura del
poblado La Cruz del Milagro, un grupo de asaltantes colocó un falso retén —una
versión indica que sólo eran palos y troncos sobre la vía— y ahí perpetró el
ataque. Era entre las 8:30 y 9 de la noche del martes 1.
Por el pésimo estado de la autopista, llena de baches, los
vehículos que debieran transitar a un máximo de 110 kilómetros por hora, se
mueven a vuelta de rueda. Eso facilitó el asalto a nueve autos y un camión ADO.
Uno de los vehículos, procedente de Puebla y con destino a
Cárdenas, Tabasco, ignoró el retén. Fue alcanzado por las balas disparadas por
los criminales. Murió en el acto Fabián Alejo Barrales, quien viajaba de
copiloto, y el conductor Feliciano Arcos Mendoza, resultó herido. Ambos se
dedican al comercio.
Al trascender el hecho, se realizó un operativo para detener a los
criminales. De los siete que participaron, sólo se halló a uno, quien fue
arrancado de manos de la policía y a punto estuvo de ser linchado por las
víctimas del asalto.
Justo cuando se realizaba el operativo, el miércoles 2,
aparecieron cuatro ejecutados sobre la autopista Sayula-La Tinaja. Dos de los
cadáveres se hallaban en bolsas de plástico negras. Testigos afirman que los
sicarios los ejecutaron a pie de carretera, en la parte baja del puente que
conduce al municipio de Zaragoza.
En Puente Nacional, de nuevo, cerca de Xalapa, en la localidad
Cabezas, hallaron dos osamentas en medio de un corte de caña. Ambos cadáveres
se encontraban carbonizados.
En el municipio Medellín de Bravo, en la comunidad Mozambique, una
persona de sexo masculino fue hallado en una zanja que era usada como tiradero
de basura a cielo abierto.
Vuelve el Veracruz violento. Es el sello de Javier Duarte, que
sólo simula que su prioridad es la seguridad, pregonando que “Veracruz ya
cambió” como antes fue “En Veracruz no pasa nada”.
No, la seguridad no es prioridad. La prioridad es el negocio. Es
negocio la compra de armas, las unidades motorizadas, los equipos de
radiocomunicación.
Javier Duarte no le cumple a la Naval. No les paga a los elementos
de la Armada, como en su momento denunció el entonces síndico del ayuntamiento
de Coatzacoalcos, Roberto Chagra Nacif, alias Beto Coca, y de ahí la deserción.
Y a la fecha todo sigue igual.
Viven en condiciones insalubres, hacinados en instalaciones improvisadas,
causando pena, sin capacidad de reacción, pues los vehículos asignados al Mando
Único Policial son chatarra pura, que para que arranquen hay que darles un
empujón.
Viven los navales un infierno en Veracruz, mientras la Fuerza
Civil araña el cielo. Es la segunda corporación de su tipo mejor equipada del
país, no sólo en armamento, sino en unidades vehiculares y equipos de radio.
Cuenta con dos unidades Gurka, con blindaje nivel 6, importadas de Canadá. Ahí
hay jauja. Y a la Naval la trata con desdén.
Donde hay pobreza es en los municipios de Veracruz. Les son
retenidos los recursos federales en la Secretaría de Finanzas y Planeación,
hasta provocar la protesta de los ediles priístas de Veracruz y Minatitlán, y
del alcalde panista de Boca del Río.
Su reclamo cundió. El Secretariado Nacional de Seguridad Pública
(SNSP) notificó el 19 de noviembre a la Auditoría Superior de la Federación la
retención de recursos por parte del gobierno de Veracruz, unos 94 millones de
pesos, correspondiente a la segunda ministración del Subsidio para la Seguridad
de los Municipios (Subsemun), catalogado de “prioridad nacional”.
Su titular, Juan Antonio Nemi Dib, alias “Delicatesen”, había
notificado al SNSP la retención de los recursos del Subsemun a 16 municipios,
fondos que habían sido trasferidos a la Sefiplan los días 7, 10, 15 y 19 de
octubre.
Nemi Dib respondió al SNSP que desde el 26 de octubre había
instado al titular de Sefiplan, Antonio Gómez Pellegrín, a entregar los 94
millones 47 mil 103.50 pesos y que debía haberlo a mas tardar en cinco días.
Sin embargo, Sefiplan siguió reteniéndolos.
Entre los municipios a los que se les retuvo el dinero del
Subsemun, están: Veracruz, 14 millones 745 mil 958.50; Coatzacoalcos, 6
millones 248 mil 636.50; Poza Rica, 6 millones 12 mil 54 pesos, y y Boca del
Río con 5 millones 900 mil 990 pesos; Córdoba, 5 millones 341 mil 186 pesos.
Otros once municipios, entre ellos Fortín, promedian los 5 millones de pesos.
¿Por qué retiene Javier Duarte los recursos que debieran
destinarse a la seguridad en los municipios? ¿Acaso para facilitarle la tarea a
los malosos, ellos bien armados y la policía atada de manos? ¿ Es omisión o es
dolo?
Todo indica que ese es el plan. Funciona a los tumbos la policía
en Veracruz, sus unidades convertidas en chatarra, arrumbadas en talleres
mecánicos de donde ya no salen, un auténtico cementerio, como lo denunció el
abogado Rodolfo Zapata, asesinado el 2 de noviembre a unos metros de la sede
del Mando Único Policial.
Medio opera, medio funciona, medio atrapa criminales y desmantela
bandas. Carece de recursos, los de origen federal, que son retenidos
indebidamente en Sefiplan.
Es perverso Javier Duarte. El rejuego de los billetes produce
riqueza. La omisión, en cambio, provoca muerte.
Por ello, de los violentos es el reino de Veracruz.
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Archivo muerto
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Que 45 alcaldes panistas reclamen 250 millones de pesos de origen
federal y que 15 presidentes municipales del PRD exijan 100 millones también de
origen federal y los recursos de la bursatilización 2015, simplemente revela
que el duartismo es un ladrón de cuello blanco. Habrá acciones legales, acusan
los panistas, acuerpados por el diputado federal Miguel Ángel Yunes Linares y
legisladores locales. Habrá acciones legales contra el gobernador. Por su
parte, los perredistas se dirigían a Xalapa cuando fueron interceptados, este
jueves 3, por elementos de la Policía Estatal y la Marina. Los retuvieron en
Gutiérrez Zamora, Vega de Alatorre y Paso de Ovejas. Durante la madrugada, los
desalojaron de la autopista, en Ixhuatlán del Sureste. Al contingente de Zacualpan
lo retuvieron en Banderilla. Es una violación a la garantía constitucional de
libertad de tránsito, pero en Veracruz eso y más puede ocurrir, pues así se
conduce el gang que lidera Javier Duarte. Rogelio Franco Castán, líder estatal
perredista, movilizó entonces al perredismo en Xalapa. Bloqueó la calle
Enríquez, frente al palacio de gobierno, y forzó una negociación con el
secretario de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado. Finalmente la Secretaría de
Finanzas y Planeación ofreció liberar los recursos. Días atrás, el alcalde de
Cosoleacaque, Ponciano Vázquez Parissi, priísta, tomó la Sefiplan y logró que
así liberaran los recursos retenidos. O sea, al gobierno duartista hay que
cachetearlo, escupirlo y patearlo, y así camina del lado de la ley… Mucho ruido
y magros resultados. Y un lamento vacuo por la violencia contra la prensa,
apaleada por la policía duartista, los de uniforme y los porros y halcones que
visten de civil, infiltrados y provocadores. Presume Juan Octavio Pavón
González una reingeniería plus en el área de comunicación del gobierno
duartista; que si se reduce el tiempo del proceso informativo, que si llega
mejor el mensaje del gobernador a los medios de comunicación, que si se
optimizan los recursos. Dice Pavón que con menos presupuesto se realiza más. Y
de las agresiones a la prensa, sólo expresa: “Lamentamos las agresiones y por
parte del gobierno del estado hemos dado todas las garantías para su trabajo en
cualquier rincón del estado”. Y hasta ahí. ¿Cuáles garantías si aporrear
reporteros es política del desgobierno duartista, asediarlos y hostigarlos
hasta forzar su exilio de Veracruz, como ocurrió con Rubén Espinosa Becerril,
el fotógrafo de Proceso, Cuartoscuro y AVC, asesinado en el DF, donde fue
ubicado por la mano criminal. Infumable, el vocero del gobernador Javier Duarte
apenas si encaró a siete diputados en el Congreso de
Veracruz. De 50 legisladores, sólo siete estaban ahí y sus respuestas fueron
una vacilada. ¿Reingeniería para qué? Si un gobernador es repudiado, ese es
Javier Duarte. Si un gobernador tiene imagen de represor y torpe, ese es Javier
Duarte. Si un gobernador hunde a su estado en deudas, ese es Javier Duarte. Si
un gobernador está denunciado ante la PGR por desvío de recursos federales, ese
es Javier Duarte. Así que don Octavio Pavón pierde el tiempo en
“reingenierías”. Lo que no sirve es el producto que se quiere promover. O sea,
Javier Duarte… Con cara de “¿what?”, se preguntan los perredistas ¿quién es ese
tal Arturo Delgadillo, operador de Paco Grasa, alias Francisco Valencia, que
dizque construye su candidatura por “las izquierdas” en el sur de Veracruz? Si
a Valencia no lo conocen, a Delgadillo menos. Anduvo con Paco Grasa en la
Secretaría de Comunicaciones y luego en la Comisión de Agua del Estado de
Veracruz, tejiendo negocios, para lo que Valencia fue puesto ahí. Y ahora lo
habilita para hacer talacha en las bases del Partido de la Revolución
Democrática para sabotear la alianza PAN-PRD. Delgadillo sabe de contratos, de
obra pública y de enredos y desenredos en el gobierno de Veracruz. Pero de cómo
piensan y razonan los perredistas, cómo se mueven y cómo se confrontan, nomás
no. Paco Valencia es bluff, un cartucho mojado con mala reputación. No, pues
así ni cómo ayuDuarte, Javier…
mussioc2@gmail.com
mussiocardenas_arellano@hotmail.com
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Foto: Proceso
Acerca del autor
Atrapado
en el mundo de las letras y la denuncia social, Mussio Cárdenas Arellano cuenta
ya con un extenso kilometraje recorrido en el periodismo. Lejano parece ya
aquel 1978 cuando en Coatzacoalcos, su tierra natal, escribió sus primeras
notas. Transitó por la entrevista, el reportaje, la crónica, el artículo y la
columna política. Fue corresponsal de la revista Proceso, Imevisión, IMER,
Contralínea; fundador de las revistas Contacto, Semanario Contacto e Informe
Rojo; analista político en radio y televisión, y ganador del Premio México por
columna política, en 2009, otorgado por la Federación de Asociaciones de
Periodistas de México (FAPERMEX). Su contacto con el periodismo viene de
familia. Su padre, Mussio Cárdenas Cruz, y sus tíos Emilio, Francisco y
Paulino, constituyen una dinastía de periodistas veracruzanos de reconocido
prestigio. Actualmente escribe la columna Informe Rojo, que se publica en
portales en internet y medios escritos con amplia aceptación entre la opinión
pública.