A través de un comunicado, la Presidencia de la República informa que la aeronave será entregada al Estado Mayo Presidencial. "La fecha está condicionada a la realización de las últimas pruebas y a la certificación del equipamiento interior por parte de la Federal Aviation Administration de los Estados Unidos (FAA)."
Se informa que el avión presidencial comenzará a operar dos semanas después de su arribo a México, "tiempo en el que concluirá el entrenamiento de las tripulaciones y personal de tierra."
El documento recuerda que tras el ajuste presupuestal en septiembre pasado "el Presidente Enrique Peña Nieto ordenó que la SHCP (Secretaría de Hacienda y Crédito Público) realizara un estudio que aportara los elementos necesarios para determinar, con base en elementos técnicos, financieros y de Seguridad Nacional, la conveniencia de vender o mantener el B787-8 para uso del Estado Mexicano."
Luego de dicha instrucción, Banobras contrató a Ascend Flightglobal Consultancy, una empresa internacional especializada en valuación y asesoramiento para la compra y venta de aeronaves.
Esta empresa, basada en Londres, cuenta con la valuación de más de 67 mil aviones en todo el mundo para aerolíneas, aviación corporativa, empresas de arrendamiento aéreo e instituciones financieras. Cuenta con certificados de la ISTAT (International Society of Transport Aircraft Trading), organismo que establece y promueve estándares en la compra o venta de aviones en el mundo.
El alcance del estudio incluyó la identificación del mercado potencial para la eventual venta del avión; la evaluación de las condiciones y tendencias del mercado; el tiempo previsible para realizar la venta; el valor probable al que podría venderse la aeronave, así como las condiciones para su realización.
Los principales resultados del estudio son los siguientes:
(i) De venderse la aeronave a una aerolínea comercial, se tendría una pérdida muy significativa respecto del valor de compra. Esto se debe a los costos y tiempos de reconversión interna, así como a la pérdida del equipamiento actual. El consultor estima que, si se vendiera a alguna aerolínea comercial, su venta podría representar una pérdida de más del 58 por ciento de su costo (128.2 millones de dólares). Dado lo anterior, el consultor considera que la aeronave debe mantener su configuración actual, en lugar de ser reconvertida como equipo comercial.
(ii) De comercializarse con su configuración actual en el mercado de aeronaves privadas, se prevé que la venta podría concretarse en un plazo de entre 12 y 24 meses, dada las características de este mercado y la complejidad del contexto económico actual. Si se vendiera en 24 meses, la pérdida podría ascender a 30 por ciento de su valor (65.9 mdd) y en 36 meses a cerca de 35% (76.2 mdd).
(iii) El equipo fue adquirido a un precio muy atractivo, por tratarse de uno de los primeros aviones B787-8 en fabricarse y adquirirse a precio de flotilla. La aeronave (sin equipamiento) tuvo un costo de 114.6 millones de dólares cuando su precio en el mercado —al momento de la compra— era de alrededor de 200 millones de dólares. Es decir, se adquirió con un descuento de 42.7 por ciento.
(iv) El costo de las adecuaciones, que incluye ingeniería, instalación de sistemas, adecuaciones de estructura, equipamiento de cabina y certificaciones, fue de 81 millones de dólares y se encuentra en el rango bajo de los equipamientos estándar de aviones privados de esta dimensión, que oscila entre los 75 y los 125 millones de dólares.
(v) El avión comprado es una de las mejores alternativas en términos de eficiencia en costos disponibles en el mercado.
(vi) Dado que prevalece la necesidad de sustituir el equipo actual —que tiene 28 años de antigüedad— existen muy bajas probabilidades de encontrar un avión alternativo con mejores condiciones en el mercado. Actualmente, el precio de lista sin equipamiento de un B787-8, una de las aeronaves de cabina ancha más pequeñas y económicas del mercado, es de 218.4 millones de dólares, esto es 90.6 por ciento superior al costo que se pagó originalmente.
"En virtud de la pérdida que ocasionaría la venta al erario público y a que prevalecería la necesidad de renovar el avión presidencial a un tipo de cambio mayor, se determinó conservar la propiedad de la citada aeronave", señala la Presidencia de la República. .
CONSIDERACIONES DE SEGURIDAD Y FUNCIONALIDAD
La Presidencia señala que jefes del Ejecutivo requieren "de un equipo de transportación seguro, confiable y eficiente, para el desempeño de sus funciones, de sus equipos de trabajo y de los representantes de medios de comunicación que cubren sus actividades." En promedio, 60 por ciento de los pasajeros en cada vuelo del avión presidencial, son periodistas.
Debido a esta consideración de Seguridad Nacional, los requerimientos de la aeronave fueron determinados por la Secretaría de la Defensa Nacional.
Aclara que si bien el avión Boeing 757-225 "Presidente Juárez" opera "con altos estándares de seguridad, ha volado por más de 28 años y presenta signos inevitables de añejamiento y obsolescencia. Por ejemplo, está impedido a aterrizar en distintas ciudades del mundo por los niveles de contaminación sonora que emite, lo que reduce la eficiencia en el desarrollo de la agenda presidencial."
Señala el documento que entre 1987 y 2015 ha realizado 2,662 vuelos en 953 giras nacionales y 323 internacionales; ha realizado 4 mil 668 aterrizajes y 154 escalas en giras internacionales. En 2015, transportó 5 mil 151 pasajeros.
"En virtud de que el modelo B757-225 se dejó de fabricar en 2005, el abastecimiento de partes y suministros es cada vez más escaso, lo que incrementa su costo y tiempo de mantenimiento. Precisamente porque ya no existen refacciones para los tanques de combustible con los que se configuró originalmente, éstos tuvieron que sustituirse por otros de menor capacidad lo que reduce su autonomía de vuelo, obligando a realizar un mayor número de escalas en trayectos transoceánicos."
Para la selección del nuevo avión de la flota presidencial, se consideraron los modelos Boeing 787-8 y 767-300, así como el Airbus A330-300, pero la Sedena evaluó que el B787-8 ofrece mejores condiciones de desempeño entre las que destacan:
Mayor autonomía de vuelo, tanto en despegues desde la Ciudad de México como a nivel de mar;
Tiene un alcance de 13 mil 900 kilómetros, lo que le permite volar sin escalas a cualquier destino de los continentes Americano, Europeo, Africano en su región noroccidental, así como algunos de la parte oriental y occidental de Asia y de la parte oriental de Oceanía;
Consume hasta 20 por ciento menos combustible que otros aviones de su categoría;
Produce 60 por ciento menos contaminación sonora que aviones similares;
Cuenta con sistemas de navegación, aproximación y aterrizaje utilizando medios terrestres, satelitales y autónomos, que permiten la realización de rutas con mayor precisión y en toda condición atmosférica, con lo que se incrementa la seguridad y confiabilidad en la operación;
Su fuselaje está construido principalmente de materiales compuestos (fibra de carbono) que ofrecen menor peso y mayor resistencia al desgaste y a la corrosión;
Su diseño aerodinámico disminuye el efecto de la turbulencia en vuelo.
Está equipado con motores General Electric de última generación diseñados para volar 20,000 horas o 16 años antes de su primera revisión mayor.
Puede operar en el 92 por ciento de los aeropuertos nacionales en los que se ha utilizado el "Presidente Juárez".
Concluye el comunicado informando que el avión Boeing 757 se mantendrá como parte de la flota aérea del Estado Mayor Presidencial. Fungirá como avión de respaldo cuando el avión "José María Morelos y Pavón" se encuentre en mantenimiento.