Édgar Escamilla
Espinal, Ver.- En noviembre de 2010, el Túmin, un proyecto de economía solidaria que se gestó al interior de las aulas de la Universidad Veracruzana Intercultural (UVI) atrajo pronto la mirada de propios y extraños. La difusión de esta estrategia de mercado alternativo en un medio nacional cimbró al Gobierno Federal y al Banco de México, entidad que no tardó en interponer una denuncia ante la Procuraduría General de la República (PGR), por la cual se integró la averiguación previa AP/PGR/VER/POZ/II/107/2011, la cual, al no existir delito que perseguir, pronto quedó en el olvido. A cinco años de distancia, el Túmin se encuentra consolidado en catorce entidades federativas y se anticipa la creación de coordinaciones regionales para su regulación, así como la libertad de que éstas puedan imprimir sus propios Túmin.
Espinal, Ver.- En noviembre de 2010, el Túmin, un proyecto de economía solidaria que se gestó al interior de las aulas de la Universidad Veracruzana Intercultural (UVI) atrajo pronto la mirada de propios y extraños. La difusión de esta estrategia de mercado alternativo en un medio nacional cimbró al Gobierno Federal y al Banco de México, entidad que no tardó en interponer una denuncia ante la Procuraduría General de la República (PGR), por la cual se integró la averiguación previa AP/PGR/VER/POZ/II/107/2011, la cual, al no existir delito que perseguir, pronto quedó en el olvido. A cinco años de distancia, el Túmin se encuentra consolidado en catorce entidades federativas y se anticipa la creación de coordinaciones regionales para su regulación, así como la libertad de que éstas puedan imprimir sus propios Túmin.
El vocablo Túmin proviene de la lengua totonaca y está relacionado con el dinero, pero éste a su vez, deriva del Tomin, moneda introducida por los españoles durante la conquista y equivalía a un Real, según se plasma en el libro “Aceptamos Túmin”, editado en 2014 por la Junta de Buen Gobierno con el patrocinio del Conacyt.
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