26 de enero de 2016

AQUÍ EN CORTO…/EL CONGRESO, ESE CLUB SOCIAL EN EL QUE LA MEMBRECÍA ES LA CORRUPCIÓN

Por Jorge Torroella
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El Gobierno nos está dando en la madre.

Podemos ver a diario que “levantan”, secuestran o ejecutan por igual a mujeres y niños cada vez que la ola de violencia destroza a una familia veracruzana.


Y el culpable directa o indirectamente eres tú…
Tú funcionario público o legislador, que te vendes por dinero; tú político servil, que cual prostituta accedes a las peticiones de unos cuantos; tú agente de la ley que trabajas con la delincuencia organizada.
…pero sobre todo tú, el ciudadano promedio que no hace nada por remediarlo y sigue permitiéndolo.


Todos ustedes son los culpables y sobre sus cabezas estará por siempre esa culpa que solo la vida se encargará de cobrarles.
Recordemos a los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, un crimen de estado que todavía sigue impune, y que ahora, se repite aquí en Veracruz con la desaparición de 5 jóvenes en Tierra Blanca, levantados  con total impunidad.

Esto es un crimen de Estado perpetrado por las mismas autoridades, que dicen estar para protegernos.

No debemos permitir que siga la corrupción, la impunidad; no debemos permitir como que “el crimen organizado, ahora sea crimen autorizado”, como lo dijo hace poco el doctor Elías M. Moreno Brizuela.

Hoy podemos ver que los mismos funcionarios públicos de Veracruz que permiten estas atrocidades, tienen el cinismo de asegurarse una diputación a nivel federal, en un Congreso que se ha convertido en un club social al que acceden con la membresía de la mafia política que les garantiza un fuero para seguir  lucrando, a cambio de la felicidad, tranquilidad, y vida de todos los demás Veracruzanos.

¿Cómo detenerlos? Es aquí donde tenemos que prestar atención, y ser estrategas cerebrales, no viscerales: “su fuente de poder radica en las curules en el Congreso”, como dice mi amigo Tomas González Corro, analista político, quien compara este gobierno corrupto con una gran locomotora, que a toda velocidad arrasa con los mexicanos….

Una máquina potente, si, pero no imposible de detener si sabemos dónde está su punto débil: los pernos  de sus vías; es decir esas 500 curules en San Lázaro, y las 50 en el estado de Veracruz.

Les pregunto, ciudadanos ¿acaso 8 millones de veracruzanos no son suficientes para quitar 50 clavos de esta vía?



Les dejó la reflexión.

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