DUARTE Y BERMÚDEZ DEBEN DE RENUNCIAR¡¡¡YA!!!
Por
Carlos A. Luna Escudero
Columna
Expresión Ciudadana Enlace: http://sociedadtrespuntocero.com
Veracruz
es ya uno de los estados más violentos de México. Durante las últimas dos
administraciones estatales, los habitantes de esta entidad hemos sido testigos
y víctimas de una creciente y virulenta delincuencia. Hemos visto cómo redes
criminales, que se amparan en la violencia, en las complicidades y en la
impunidad, han cambiado el rostro de nuestro estado. Han sangrado
económicamente a una población indefensa y han convertido a Veracruz en un
camposanto.
Mientras
el ejecutivo próspero informa, en su mundo de fantasía, que los índices
delictivos se han reducido en Veracruz, señalando que delitos como secuestros,
cobros de piso y extorsiones, están muy por debajo de la media nacional, el
sector empresarial, la Iglesia católica y millones de ciudadanos refutan los
números alegres del Gobernador.
Esta
declaración no tiene sustento toda vez que levantones, desapariciones,
secuestros, asaltos, cobros de piso, asesinatos, ejecuciones, balaceras, y un
largo etcétera de hechos delictivos, ocurren a diario en todos los municipios a
lo largo y ancho del territorio estatal.
Aunque
el jefe del ejecutivo insista en que los números de los índices delictivos van
a la baja, María Elena Morera, presidenta de la organización Causa Común,
señala que nuestra entidad se ubica en los primeros lugares en delitos de alto
impacto señalando 565 homicidios dolosos, casi 100 secuestros. 5 mil 38 robos
con violencia y 5 mil desaparecidos, aunque Duarte afirme que “sólo son 500”.
En
Veracruz, la violencia se expresa en sus formas más crudas. Así, hemos visto
durante las últimas semanas como se han disparado los delitos por todos lados,
desde la desaparición a manos de la policía estatal de 5 jóvenes de Playa
Vicente, el asesinato de 2 policías ministeriales en el sur para recuperar a un
delincuente que era trasladado a un penal, fosa clandestina en El Lencero con
22 cuerpos, según se dice.
Se ha
encontrado a encostalados en Cumbres de Maltrata, ha habido más de 50
ejecutados sólo en las últimas semanas, llegando la delincuencia organizada, a
burlarse de la autoridad al tirar tres cadáveres en plena autopista, hacia el
rumbo de Corral Falso.
Lo
cierto es que los veracruzanos llevamos más de 11 años siendo golpeados por la
delincuencia. En estos tiempos no hay familia en la que alguno de sus miembros
no haya sido víctima de algún delito.
La
inseguridad nos ha obligado a cambiar nuestros hábitos de vida, incluso los más
arraigados. La inseguridad ha atentado contra nuestras formas más esenciales de
convivencia, ha trastocado el flujo normal de nuestras actividades y ha
limitado, sin duda, el desarrollo económico de nuestra entidad.
Nuestras
autoridades de seguridad pública, de procuración y de impartición de
justicia, han sido avasalladas, cuando no cooptadas por las redes criminales
cuyas ramificaciones, según expertos en el tema, alcanzan los niveles más
altos.
La
fidelidad y la prosperidad nunca pudieron o quisieron consolidar instituciones
fuertes, funcionales, que pudieran combatir con eficacia la delincuencia. Hemos
atestiguado una incapacidad persistente de un estado integrado por individuos
que, en su mayoría, no tienen el menor ánimo por construir y preservar un clima
de paz y estabilidad, y que se han dedicado, sin rubor, a saquear el erario
público.
Por eso
es que el sentido de vulnerabilidad que existe entre los ciudadanos se extiende
a cada faceta de sus vidas, abarcando desde preocupaciones sobre el empleo y la
salud, hasta la percepción de que vamos de mal en peor en todos los aspectos.
Se vive en un auténtico estado de indefensión, con autoridades corruptas e
incapaces, que incluso se coluden con la delincuencia.
Entre
la población, la inseguridad agudiza el temor de viajar del hogar al trabajo o
a la escuela, a ser atacado en el propio hogar, a salir a divertirse por las
tardes o por las noches, a no saber si se regresará con bien a casa.
Mientras
todo esto sucede, escuchamos a un gobierno que piensa que con declaraciones
resuelve este gravísimo problema. Que se mofa, que se burla de un pueblo que
vive en la angustia, harto de esta situación. Un gobierno corroído por la
corrupción, por la ineficiencia, por la incapacidad.
Ante el
clamor ciudadano por el cambio de los responsables de las dependencias públicas
del ramo, el gobernador responde con soberbia que lo están haciendo bien, que
primero se va él que el secretario de despacho. Existe un divorcio pleno entre
una sociedad que demanda acciones concretas para combatir la delincuencia y un
gobierno que nomás no ve ni oye a la ciudadanía.
Mucho
le debe este gobierno a sus ciudadanos y ya no hay tiempo ni interés por parte
de éste para resolver la problemática. Al ciudadano no le queda de otra que
organizarse para defenderse, en lo que falta de esta administración no existe
otro camino para salvaguardar lo más preciado, la vida y el patrimonio.
En
materia de seguridad, como en todos los renglones de la vida pública, la
prosperidad no ha cumplido.
Fotos cortesía de: www.msnoticias.com
Enlace: http://sociedadtrespuntocero.com
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