29 de enero de 2016

CÓRDOBA, TIERRA DE NADIE: AJUSTES DE CUENTAS, BALACERAS Y LEVANTONES ACONTECEN A TODA HORA

Primera parte
LA JORNADA VERACRUZ
Zona centro de Veracruz.- Al igual que en los últimos dos años, la zona centro del estado sigue siendo escenario de más violencia, un fenómeno que crece y se diversifica, sembrando terror entre la población. En el primer mes del año, más de 20 asesinatos en al menos una decena de municipios, a saber Cuitláhuac, Yanga, Paso del Macho, Tezonapa y Omealca, del lado de Córdoba, así como, Ixtaczoquitlán, Maltrata, Nogales, Río Blanco, Ciudad Mendoza y Acultzingo, del lado de Orizaba, donde cada día ocurren homicidios.
Los crímenes responden principalmente a ajustes de cuentas entre grupos delincuenciales, quienes han traspasado los límites de cada municipio y siguen con la ola de ejecuciones, tanto en la zona urbana como en las localidades donde hasta hace poco la vida transcurría con normalidad.
De mañana, a mediodía, en la tarde o por la noche, se suscitan los hechos, en los que desconocidos, portando armas de fuego, sorprenden a sus víctimas y las acribillan, o si no, las levantan para ejecutarlas y luego tiran los cuerpos a orillas de carretera, en caminos vecinales o bien entre cañaverales, donde a la hora de la cosecha se queman y posteriormente son encontrados por los cortadores.
Ante la ola de crímenes, aparecen corporaciones policiacas pasivas, investigadores, peritos criminalistas y todo el bufete oficial, quienes acuden, inspeccionan, registran y documentan pruebas para cumplir con el protocolo de investigación, que de inmediato es reportado a la Fiscalía General del Estado (FGE) en Xalapa, donde se lleva la estadística de incidencias, la estadística de la muerte.
Y del otro lado, el dolor, la rabia y la impotencia de las familias que cada día pierden al padre, al hermano, al hijo, y que sin importar las circunstancias que dieron lugar a la desgracia, externan su exigencia de justicia, aunque sea como un clamor en el desierto.
Al empezar el año
Apenas inicia el año 2016, el último del llamado duartismo, y ya se tienen los primeros reportes de lo que se antoja, otra vez será una larga lista de víctimas, probablemente cerca de 100, como ha ocurrido en otros años.
Por ejemplo, el 8 de enero pasado, dos hombres fueron ejecutados a balazos a manos de sujetos desconocidos, en la localidad Paraje Nuevo, en el municipio de Amatlán de los Reyes. El hecho provocó temor de los vecinos y padres de familia que acudían a recoger a sus hijos a una escuela primaria ubicada cerca del lugar.
Los hechos, que alteraron la tranquilidad de los habitantes, ocurrieron en una de las viviendas asentadas sobre el derecho de vía, propiedad de la compañía Ferrocarril del Sureste, en la avenida Guillermo A. Sherwell, en la congregación mencionada, donde se establecieron familias de bajos recursos, los olvidados del gobierno.
Ese día, sujetos desconocidos y armados con pistolas llegaron al lugar en una motocicleta; ejecutaron a Pedro Ballesteros Reyes, de 52 años, así como a un joven de unos 22 años, disparándoles a corta distancia.
"Malditos asesinos, por qué mataron a mi hijo, que con nadie se metía, él era cortador de caña y sólo le rentaba la casa al otro joven", dijo llorando la madre de Pedro, Guadalupe Reyes García, "Doña Lupe", una mujer de unos 80 años, que prometió vengarlo, cuando le pidió a los policías que fueran en busca de los homicidas, que según reportes por ahí andaban, y se negaban poniendo de pretexto que ellos eran policías municipales y debían quedarse a cuidar los cuerpos.
A pesar de eso, otro grupo de uniformados, de la Fuerza Civil desplegó operativos, pero no hallaron a los responsables; las autoridades ministeriales y peritos criminalistas de la FGE realizaron las inspecciones oculares y documentaron el doble crimen, que se sumó la lista de víctimas que día tras día se ha ido incrementando.
Otro crimen fue el del ex comandante del municipio de Tomatlán, Óscar Leonel Hernández, asesinado a balazos a manos de un desconocido afuera de su casa el pasado día 15. Según versiones el hoy finado estaba involucrado en ilícitos, como secuestros.
El sitio de la desgracia fue en la avenida 5 y calle 5, en el barrio de San José, cuando Hernández Rojas, de 40 años, se disponía a sacar su automóvil, para llevar a sus hijos a la escuela. En esos momentos, un desconocido se le acercó y le disparó, dándole cuatro balazos que cortaron su existencia.
Luego de los disparos, familiares del hoy finado vieron al responsable que corrió, y a Leonel tirado, dando aviso a la policía municipal, cuyos elementos desplegaron operativos de búsqueda, pero tampoco lograron detener al homicida.
Las autoridades del Ministerio Público (MP) de Fortín, así como agentes de la Policía Ministerial y estatal, además de peritos de la Fiscalía Regional, realizaron inspecciones y encontraron al menos siete casquillos de bala, producto de las detonaciones, e iniciaron una carpeta de investigación, aunque es incierto el tiempo que les llevará capturar al homicida.
Aparecen osamentas entre los cañaverales
Hasta finales del año pasado, una práctica común de los delincuentes era ejecutar a sus víctimas y lanzarlas a las aguas del río Blanco. Hubo cuerpos que aparecieron a lo largo del afluente, lo mismo en el municipio de Ixtaczoquitlán, que en los de Naranjal, Cuichapa, Omealca y Cuitláhuac; unos 15 cuerpos aproximadamente sólo en 2015.
Sin embargo, en el último mes, por lo menos, han sido localizados restos humanos en medio de cañaverales, como ocurrió el pasado 19 de enero, cuando una osamenta humana fue localizada en un cañaveral de la congregación San Matías Los Mangos. Ahí, cortadores de caña que avanzaban dentro del terreno, descubrieron un cráneo, huesos y prendas de vestir de un hombre, hasta el momento no ha sido identificado.
Este, fue el segundo hallazgo de este tipo en menos de una semana, luego de que días antes habían sido encontrados los restos de otra persona en medio de unos cañales del ejido Brillante Crucero.
En cada caso, tras ser reportados los hechos a las autoridades locales, policías estatales y agentes de la Policía Ministerial, llegaron para acordonar la zona. Más tarde, personal de la Fiscalía Regional, junto con peritos criminalistas de los Servicios Periciales, inspeccionaron el área y ordenaron el levantamiento de los restos, mismos que fueron enviados a Servicio Médico Forense (Semefo), como parte de las investigaciones.
En el ejido Brillante Crucero, los restos encontrados eran del fotógrafo Arnulfo San Juan López, de 56 años, propietario del estudio fotográfico "Alex", ubicado en el centro de Tezonapa, y quien se encontraba desaparecido desde el pasado 19 de octubre del año 2015.
Sergio apareció embolsado, con su novia y otra persona
El pasado 11 de enero, la ola de violencia que se gesta en los municipios de la zona centro, marcó la vida de una familia, asentada en la colonia La Playa, también de la localidad Paraje Nuevo, municipio de Amatlán.
Ese día se daba a conocer el hallazgo de los cuerpos de dos hombres y una mujer, desmembrados y embolsados, en un terreno ubicado en la prolongación de la calle Sur 35 y prolongación de la avenida Álvaro Obregón, en la colonia Rincón Grande, en la ciudad de Orizaba.
El hallazgo se registró luego de una llamada anónima que alertó a las corporaciones policiacas, entre ellas la Policía Municipal de Orizaba, así como de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), cuyos elementos se trasladaron al lugar para constatar los hechos, una mañana de domingo.
De nueva cuenta, el personal de los Servicios Periciales, agentes ministeriales y un fiscal realizando inspecciones oculares, mediciones, tomas fotográficas, mientras el fiscal en turno dio fe de los restos de los cadáveres, ordenando su levantamiento, para ser trasladados a una funeraria.
Ese día, las autoridades no encontraron pertenencias o documentos que les permitieran identificar los restos, por lo que después de practicarles la necropsia de ley, quedaron en calidad de desconocidos. Al día siguiente, dos de los cuerpos fueron reconocidos, eran la pareja de novios Sergio y Luz Helen, de 15 y 14 años de edad, vecinos de Paraje Nuevo y Potrero Viejo, respectivamente, quienes días antes habían desaparecido.
Sergio, era un joven de 15 años, que se había salido de la escuela telesecundaria, por falta de recursos económicos. Junto con su madre y hermanos vivía en unas casitas asentadas a la orilla del río Seco, en el lugar conocido como colonia La Playa.
Tras conocerse su muerte, varios de sus ex compañeros de la escuela lloraron su pérdida, e incluso se organizaron para realizar una cooperación y llevársela a su madre, como ayuda para los gastos funerarios, y al día siguiente acudieron a acompañar el cortejo fúnebre.
La triple ejecución evidenció una vez más el reforzamiento de la seguridad que el año pasado anunciaron las autoridades estatales, cuando la SSP llegó a retomar el control de la seguridad en Orizaba, ante el desorden generado y que le costó la vida a cuando menos tres elementos de corporaciones policiacas de la zona.
Unos cuerpos están rígidos, otros flojitos, tenemos que hablarles, para que se ablanden: camillero
José Sánchez Flores, es uno de los camilleros y peritos auxiliares de los Servicios Periciales, quien durante 21 años ha trabajado levantando cuerpos de muertos, muchos de ellos ejecutados.
Pepe, como es conocido en el ámbito legista, señala que "cuando recogemos personas muertas, como los ejecutados, muchos están rígidos, otros flojitos, y otros muy pesados, como si se reusaran a irse, pero nosotros tenemos la costumbre o la creencia de hablarles para que se aflojen, o a lo mejor es coincidencia, pero sí nos ha funcionado; otros cuerpos se apestan, cuando están en pozos o en los barrancos, pero a eso ya estamos acostumbrados; el olor es muy fétido, más cuando las víctimas están en un río. Tenemos que soportar la presencia de larvas y gases, que llegan a ser un foco de infección, que sí nos afecta".
Cuenta que "también hay veces que vemos a los muertos levantarse, pero no es que se levanten, sino que son reacciones post-mortem, porque son muertos de tipo traumático, es decir instantáneos", comenta el también paramédico, asombrado porque en los últimos meses en la zona no ha dejado de haber víctimas.
"Estos cadáveres tienen que ser manejados con delicadeza, porque no podemos estropearlos ni alterar los indicios que serán de utilidad para las pruebas periciales de las investigaciones", precisa.

Por último señala que en el caso de los familiares de las víctimas, "a nosotros nos toca darles la mala noticia, nos toca ser muy duros y fríos, dicen que somos hombres sin sentimientos, pero respetamos el dolor y a veces lo que hacemos es tratar de que el familiar no vea el cuerpo, hasta cuando ya está preparado".

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