Primera parte
LA JORNADA VERACRUZ
Zona centro de Veracruz.- Al igual que en
los últimos dos años, la zona centro del estado sigue siendo escenario de más
violencia, un fenómeno que crece y se diversifica, sembrando terror entre la
población. En el primer mes del año, más de 20 asesinatos en al menos una
decena de municipios, a saber Cuitláhuac, Yanga, Paso del Macho, Tezonapa y
Omealca, del lado de Córdoba, así como, Ixtaczoquitlán, Maltrata, Nogales, Río
Blanco, Ciudad Mendoza y Acultzingo, del lado de Orizaba, donde cada día
ocurren homicidios.
Los crímenes responden principalmente a
ajustes de cuentas entre grupos delincuenciales, quienes han traspasado los límites
de cada municipio y siguen con la ola de ejecuciones, tanto en la zona urbana
como en las localidades donde hasta hace poco la vida transcurría con
normalidad.
De mañana, a mediodía, en la tarde o por la
noche, se suscitan los hechos, en los que desconocidos, portando armas de
fuego, sorprenden a sus víctimas y las acribillan, o si no, las levantan para
ejecutarlas y luego tiran los cuerpos a orillas de carretera, en caminos
vecinales o bien entre cañaverales, donde a la hora de la cosecha se queman y
posteriormente son encontrados por los cortadores.
Ante la ola de crímenes, aparecen
corporaciones policiacas pasivas, investigadores, peritos criminalistas y todo
el bufete oficial, quienes acuden, inspeccionan, registran y documentan pruebas
para cumplir con el protocolo de investigación, que de inmediato es reportado a
la Fiscalía General del Estado (FGE) en Xalapa, donde se lleva la estadística
de incidencias, la estadística de la muerte.
Y del otro lado, el dolor, la rabia y la
impotencia de las familias que cada día pierden al padre, al hermano, al hijo,
y que sin importar las circunstancias que dieron lugar a la desgracia, externan
su exigencia de justicia, aunque sea como un clamor en el desierto.
Al empezar el año
Apenas inicia el año 2016, el último del
llamado duartismo, y ya se tienen los primeros reportes de lo que se antoja,
otra vez será una larga lista de víctimas, probablemente cerca de 100, como ha
ocurrido en otros años.
Por ejemplo, el 8 de enero pasado, dos
hombres fueron ejecutados a balazos a manos de sujetos desconocidos, en la
localidad Paraje Nuevo, en el municipio de Amatlán de los Reyes. El hecho
provocó temor de los vecinos y padres de familia que acudían a recoger a sus
hijos a una escuela primaria ubicada cerca del lugar.
Los hechos, que alteraron la tranquilidad
de los habitantes, ocurrieron en una de las viviendas asentadas sobre el
derecho de vía, propiedad de la compañía Ferrocarril del Sureste, en la avenida
Guillermo A. Sherwell, en la congregación mencionada, donde se establecieron
familias de bajos recursos, los olvidados del gobierno.
Ese día, sujetos desconocidos y armados con
pistolas llegaron al lugar en una motocicleta; ejecutaron a Pedro Ballesteros
Reyes, de 52 años, así como a un joven de unos 22 años, disparándoles a corta
distancia.
"Malditos asesinos, por qué mataron a
mi hijo, que con nadie se metía, él era cortador de caña y sólo le rentaba la
casa al otro joven", dijo llorando la madre de Pedro, Guadalupe Reyes
García, "Doña Lupe", una mujer de unos 80 años, que prometió
vengarlo, cuando le pidió a los policías que fueran en busca de los homicidas,
que según reportes por ahí andaban, y se negaban poniendo de pretexto que ellos
eran policías municipales y debían quedarse a cuidar los cuerpos.
A pesar de eso, otro grupo de uniformados,
de la Fuerza Civil desplegó operativos, pero no hallaron a los responsables;
las autoridades ministeriales y peritos criminalistas de la FGE realizaron las
inspecciones oculares y documentaron el doble crimen, que se sumó la lista de
víctimas que día tras día se ha ido incrementando.
Otro crimen fue el del ex comandante del
municipio de Tomatlán, Óscar Leonel Hernández, asesinado a balazos a manos de
un desconocido afuera de su casa el pasado día 15. Según versiones el hoy
finado estaba involucrado en ilícitos, como secuestros.
El sitio de la desgracia fue en la avenida
5 y calle 5, en el barrio de San José, cuando Hernández Rojas, de 40 años, se
disponía a sacar su automóvil, para llevar a sus hijos a la escuela. En esos
momentos, un desconocido se le acercó y le disparó, dándole cuatro balazos que
cortaron su existencia.
Luego de los disparos, familiares del hoy
finado vieron al responsable que corrió, y a Leonel tirado, dando aviso a la
policía municipal, cuyos elementos desplegaron operativos de búsqueda, pero
tampoco lograron detener al homicida.
Las autoridades del Ministerio Público (MP)
de Fortín, así como agentes de la Policía Ministerial y estatal, además de
peritos de la Fiscalía Regional, realizaron inspecciones y encontraron al menos
siete casquillos de bala, producto de las detonaciones, e iniciaron una carpeta
de investigación, aunque es incierto el tiempo que les llevará capturar al homicida.
Aparecen osamentas entre los cañaverales
Hasta finales del año pasado, una práctica
común de los delincuentes era ejecutar a sus víctimas y lanzarlas a las aguas
del río Blanco. Hubo cuerpos que aparecieron a lo largo del afluente, lo mismo
en el municipio de Ixtaczoquitlán, que en los de Naranjal, Cuichapa, Omealca y
Cuitláhuac; unos 15 cuerpos aproximadamente sólo en 2015.
Sin embargo, en el último mes, por lo
menos, han sido localizados restos humanos en medio de cañaverales, como
ocurrió el pasado 19 de enero, cuando una osamenta humana fue localizada en un
cañaveral de la congregación San Matías Los Mangos. Ahí, cortadores de caña que
avanzaban dentro del terreno, descubrieron un cráneo, huesos y prendas de
vestir de un hombre, hasta el momento no ha sido identificado.
Este, fue el segundo hallazgo de este tipo
en menos de una semana, luego de que días antes habían sido encontrados los
restos de otra persona en medio de unos cañales del ejido Brillante Crucero.
En cada caso, tras ser reportados los
hechos a las autoridades locales, policías estatales y agentes de la Policía
Ministerial, llegaron para acordonar la zona. Más tarde, personal de la
Fiscalía Regional, junto con peritos criminalistas de los Servicios Periciales,
inspeccionaron el área y ordenaron el levantamiento de los restos, mismos que
fueron enviados a Servicio Médico Forense (Semefo), como parte de las
investigaciones.
En el ejido Brillante Crucero, los restos
encontrados eran del fotógrafo Arnulfo San Juan López, de 56 años, propietario
del estudio fotográfico "Alex", ubicado en el centro de Tezonapa, y
quien se encontraba desaparecido desde el pasado 19 de octubre del año 2015.
Sergio apareció embolsado, con su novia y otra persona
El pasado 11 de enero, la ola de violencia
que se gesta en los municipios de la zona centro, marcó la vida de una familia,
asentada en la colonia La Playa, también de la localidad Paraje Nuevo,
municipio de Amatlán.
Ese día se daba a conocer el hallazgo de
los cuerpos de dos hombres y una mujer, desmembrados y embolsados, en un
terreno ubicado en la prolongación de la calle Sur 35 y prolongación de la
avenida Álvaro Obregón, en la colonia Rincón Grande, en la ciudad de Orizaba.
El hallazgo se registró luego de una
llamada anónima que alertó a las corporaciones policiacas, entre ellas la
Policía Municipal de Orizaba, así como de la Secretaría de Seguridad Pública
(SSP), cuyos elementos se trasladaron al lugar para constatar los hechos, una
mañana de domingo.
De nueva cuenta, el personal de los
Servicios Periciales, agentes ministeriales y un fiscal realizando inspecciones
oculares, mediciones, tomas fotográficas, mientras el fiscal en turno dio fe de
los restos de los cadáveres, ordenando su levantamiento, para ser trasladados a
una funeraria.
Ese día, las autoridades no encontraron
pertenencias o documentos que les permitieran identificar los restos, por lo
que después de practicarles la necropsia de ley, quedaron en calidad de
desconocidos. Al día siguiente, dos de los cuerpos fueron reconocidos, eran la
pareja de novios Sergio y Luz Helen, de 15 y 14 años de edad, vecinos de Paraje
Nuevo y Potrero Viejo, respectivamente, quienes días antes habían desaparecido.
Sergio, era un joven de 15 años, que se
había salido de la escuela telesecundaria, por falta de recursos económicos.
Junto con su madre y hermanos vivía en unas casitas asentadas a la orilla del
río Seco, en el lugar conocido como colonia La Playa.
Tras conocerse su muerte, varios de sus ex
compañeros de la escuela lloraron su pérdida, e incluso se organizaron para
realizar una cooperación y llevársela a su madre, como ayuda para los gastos
funerarios, y al día siguiente acudieron a acompañar el cortejo fúnebre.
La triple ejecución evidenció una vez más el
reforzamiento de la seguridad que el año pasado anunciaron las autoridades
estatales, cuando la SSP llegó a retomar el control de la seguridad en Orizaba,
ante el desorden generado y que le costó la vida a cuando menos tres elementos
de corporaciones policiacas de la zona.
Unos cuerpos están rígidos, otros flojitos,
tenemos que hablarles, para que se ablanden: camillero
José Sánchez Flores, es uno de los
camilleros y peritos auxiliares de los Servicios Periciales, quien durante 21
años ha trabajado levantando cuerpos de muertos, muchos de ellos ejecutados.
Pepe, como es conocido en el ámbito
legista, señala que "cuando recogemos personas muertas, como los
ejecutados, muchos están rígidos, otros flojitos, y otros muy pesados, como si
se reusaran a irse, pero nosotros tenemos la costumbre o la creencia de
hablarles para que se aflojen, o a lo mejor es coincidencia, pero sí nos ha
funcionado; otros cuerpos se apestan, cuando están en pozos o en los barrancos,
pero a eso ya estamos acostumbrados; el olor es muy fétido, más cuando las
víctimas están en un río. Tenemos que soportar la presencia de larvas y gases,
que llegan a ser un foco de infección, que sí nos afecta".
Cuenta que "también hay veces que
vemos a los muertos levantarse, pero no es que se levanten, sino que son
reacciones post-mortem, porque son muertos de tipo traumático, es decir
instantáneos", comenta el también paramédico, asombrado porque en los
últimos meses en la zona no ha dejado de haber víctimas.
"Estos cadáveres tienen que ser
manejados con delicadeza, porque no podemos estropearlos ni alterar los
indicios que serán de utilidad para las pruebas periciales de las
investigaciones", precisa.
Por último señala que en el caso de los
familiares de las víctimas, "a nosotros nos toca darles la mala noticia,
nos toca ser muy duros y fríos, dicen que somos hombres sin sentimientos, pero
respetamos el dolor y a veces lo que hacemos es tratar de que el familiar no
vea el cuerpo, hasta cuando ya está preparado".
No hay comentarios:
Publicar un comentario