Cuerpos hallados en Coyuca de Benítez, Guerrero, el 13 de septiembre pasado. Foto: AP / Bernandino Hernández
BRUSELAS (apro).- Angustia y miedo
provoca la lectura de los consejos y recomendaciones para los turistas europeos
que piensan viajar a México y que son emitidos por los ministerios de
relaciones exteriores de sus respectivos países.
Francia, Alemania, Bélgica y España,
entre otros, advierten a sus ciudadanos del peligro que pueden correr sus vidas
en México, incluso en los destinos turísticos más populares.
Las consignas en torno a la
delincuencia común son ya de por sí inquietantes: no viajar de noche,
abstenerse de portar objetos ostentosos, no tomar el metro ni taxis “libres”,
no oponer resistencia a las agresiones o utilizar con cuidado la tarjeta
bancaria…
Las noticias sobre la inseguridad por
el crimen organizado y la guerra contra el narcotráfico vuelven más estresante
el viaje para cualquier ciudadano europeo.
Es comprensible que, tras la
explosión el pasado 21 de febrero de un ferry que conecta Playa del Carmen con
Cozumel -y que dejó 26 heridos, incluidos turistas estadunidenses-, los
gobiernos de Estados Unidos y Canadá hayan recomendado a sus ciudadanos que
eviten tomar embarcaciones de esa ruta.
¿Cómo calificar de exageraciones
tales consejos cuando hace apenas unos días se dio a conocer un informe que
colocó a 12 ciudades mexicanas entre las 50 más peligrosas del mundo? Los
Cabos, un enclave turístico, ocupó el desafortunado primer lugar; las otras
ciudades enlistadas son Acapulco, Tijuana, La Paz, Victoria, Culiacán, Ciudad
Juárez, Chihuahua, Obregón, Tepic, Reynosa y Mazatlán.
La alerta de Suiza
Una de las más recientes
actualizaciones sobre el clima de inseguridad en México es la del gobierno de
Suiza, que publicó el 2 de marzo último.
La diplomacia suiza no se anda por
las ramas y abre su análisis de la “situación general” con una advertencia: “En
México, los viajeros deben mostrarse muy vigilantes en cuanto a su seguridad
personal. La tasa de criminalidad es muy elevada en todo el país”.
Suiza notifica a sus turistas que no
sólo en las grandes ciudades mexicanas, sino también en los centros turísticos
“el crimen y la violencia sexual contra las mujeres han aumentado”. Precisa que
“es particularmente alta en la Ciudad de México y en las ciudades fronterizas
con Estados Unidos”.
A principios de febrero de 2013,
ejemplifica el país helvético, seis turistas españolas y su guía mexicana
fueron violadas en un hotel cerca de Acapulco y dos semanas más tarde en Playa
del Carmen una italiana corrió la misma suerte delante de un centro nocturno.
Suiza explica a sus ciudadanos que
“desde hace años el Estado combate el crimen organizado con el ejército y la
policía”, pero precisa que, a partir de comienzos de 2016, “los enfrentamientos
violentos entre bandas de traficantes de droga, así como los tiroteos entre las
fuerzas del orden y dichas bandas han aumentado fuertemente”.
Alerta que esos choques “pueden a
veces afectar a personas no implicadas” y que “es muy difícil distinguir la
delincuencia clásica de la organizada”.
Previene igualmente a sus ciudadanos
que “los secuestros con demanda de rescate o por motivación política están en
aumento en todo el país” y que, si bien las víctimas son principalmente gente
local, también hay secuestros de extranjeros.
“Aunque las zonas turísticas son
menos afectadas, las grandes ciudades no están exentas. Además, numerosos
secuestros exprés y virtuales, un fenómeno cada vez más frecuente, golpea
indistintamente a residentes y turistas”, explica el texto, agregando sin miramientos
que “los secuestradores no retroceden ante el asesinato”.
Hay más: los turistas suizos son
prevenidos sobre las manifestaciones y acciones de protesta en la Ciudad de
México, las cuales “están a veces acompañadas de violencia y tienen lugar a intervalos
regulares”, aunque debido “a las tensiones sociales y políticas, las huelgas,
las manifestaciones y los bloqueos carreteros tienen lugar de manera esporádica
y violenta también en otras partes del país”.
En el apartado de “riesgos regionales
específicos”, menciona que “la descripción de las zonas de riesgo reposa sobre
datos aproximativos”, por lo que “los riesgos no pueden restringirse a zonas
delimitadas”.
Se alerta que en enero y abril del
año pasado varias personas murieron o fueron heridas por tiroteos en discotecas
de Playa del Carmen y el centro de Cancún.
En los estados de Baja California Sur
-y subraya que incluyendo Los Cabos- y Guerrero -destacando Acapulco-, así como
en las ciudades de Guadalajara y Veracruz, nota que “las condiciones de
seguridad se han degradado considerablemente”, por lo que Suiza aconseja “tener
la más grande prudencia e informarse de la situación con una persona de
confianza en el lugar”.
Además, indica que en la región sur
Chiapas, Oaxaca y Guerrero, “particularmente en el campo y los caminos
aislados, los viajantes son a veces el blanco de ataques a mano armada,
provocando en ocasiones la muerte”. O tienen lugar bloqueos carreteros
acompañados de violencia, “como por ejemplo en enero de 2016 en Oxchuc, en el
estado de Chiapas, cuando vehículos fueron el blanco de ataques con piedras, y
a veces incendiados. En esas regiones, la prudencia se impone”.
La Ciudad de México amerita también
una alerta especial: “incluso la zona metropolitana de México -plantea el
análisis de riesgos- es cada vez más el objetivo de los narcotraficantes y los
criminales. Los secuestros, extorsiones organizadas y balaceras aumentan y
afectan ahora también zonas relativamente seguras de la ciudad. Hay que
observar prudencia y vigilancia en particular la noche y los fines de semana”.
A Ciudad Juárez y Tijuana de plano
desaconseja ir, ya que “los enfrentamientos violentos entre bandas de
narcotraficantes y otras bandas criminales son particularmente frecuentes y
brutales”, además de que “la violencia sexual y la tasa de homicidios contra
las mujeres son especialmente elevadas”.
La advertencia suiza menciona que los
estados más afectados por la guerra contra las drogas son Baja California y
Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Guerrero, Michoacán, Sinaloa,
Tamaulipas y Veracruz.
Otra lista de estados “con riesgo de
agresión elevado” se integra con los arriba mencionados más Aguascalientes,
Durango, Jalisco, Nuevo León, Oaxaca y San Luis Potosí, aunque deja bien claro
que “las agresiones pueden producirse en todo momento en otros estados”.
Si se suma la zona metropolitana que
conforma la Ciudad de México y parte del Estado de México, así como Chiapas y
Quintana Roo, que también son mencionados por los suizos por su violencia
generalizada o focalizada, resulta que casi dos terceras partes de los estados
nacionales representan un peligro particular (y en general todo el país) en las
recomendaciones de viaje de aquella nación europea.
Crece turismo, pese
a advertencia
Cabe señalar que España, que en sus
consejos proporciona una radiografía del terror más agobiante, agrega como
estado de alto riesgo a Sonora (que no debe visitarse a menos que sea
imprescindible) y en los de mediano riesgo añade a Morelos y Zacatecas (que
pueden visitarse extremando precauciones).
A pesar de ese escenario de barbarie,
muy alejado del imaginario de paraíso tropical que despierta México en los
europeos, el turismo suizo crece, según las más recientes cifras que
proporcionó a este columnista la Organización Mundial de Turismo.
Entre 2012 y 2016 el turismo suizo
aumentó 21%; los viajeros que entraron a México provenientes de aquel país
pasaron de 31 mil 328 a 38 mil 197.
Lo curioso es que países europeos
cuyos ministerios de Exteriores también han emitido recomendaciones similares a
las de Suiza o España muestran igualmente tasas de crecimiento de turismo hacia
México.
De 2015 a 2016 el turismo francés
subió 5.3%, el británico 7.7%, el español 8.4%, el checo 9.3%, el austriaco y
el finlandés 12%, el belga 15%, el alemán 15.5%, y el esloveno alcanzó hasta
17.7% de crecimiento de un año a otro. Del turismo europeo más importante en
número, el de crecimiento más bajo fue el italiano: 2.3%; de 174 mil viajeros
pasó a 178 mil.
En promedio, el turismo europeo
aumentó 7.6% con dos millones de visitantes, que apenas representaron 5.9% del
turismo internacional total del país.
En julio del año pasado, el
presidente Enrique Peña Nieto celebró que México escaló del noveno al octavo
lugar en la clasificación de llegada de turistas internacionales de la
Organización Mundial de Turismo.
Viajaron a México 35 millones de
extranjeros, aunque 78% proviene de Estados Unidos y en ese monto se
contabiliza a los nacionales que regresan a ver a sus familias. Esta cifra de
turistas significó una subida de 75% respecto a los 20 millones que recibió
México en 2000.
No hay que engañarse. A reserva de un
análisis más exhaustivo de los datos, sólo quedarse en festejar que el turismo
no deja de crecer a pesar de todo es patear muy lejos otro cuestionamiento: ¿cuál
es entonces el potencial turístico que está desperdiciando México a causa de la
criminalidad sin control y la inseguridad?