Gira del AMLO en Veracruz/Plumas Libres
Es penoso observar que Cuitláhuac García Jiménez es un gobernante que no
se ha ganado el respeto de los ciudadanos. Pero más penoso es constatar que
mientras una parte de la sociedad lo repudia, otra minoría sienta lástima por
él por su inoperante forma de gobernar. Es una vergüenza. Es un insulto a
la inteligencia de cualquiera. Su ineficacia está costando vidas; la
mediocridad en la que Veracruz está inmerso y negar el problema, no coadyuva.
La incidencia delictiva va al alza, pese a que el ejecutivo y el secretario de
Gobierno, lo nieguen. Su argumento de no poder hacer mucho en tan sólo dos
meses es una salida poco razonable, cuando Andrés Manuel López Obrador ha al
menos sacudido el avispero de la corrupción. Y aquí sigue activa.
Veracruz ha pasado desde un Fidel Herrera Beltrán, el gobernante más
dañino y responsable del calvario que hoy aún estamos viviendo. Por él, la
entidad llora lágrimas de sangre. Por él, miles de familias viven en la
oscuridad y han desangrado sus pies en la búsqueda de sus seres queridos a los
que arrancaron de su regazo.
Javier Duarte de Ochoa y Miguel Ángel Yunes Linares no fueron mejores.
Igual de corruptos, igual de vividores y saqueadores; además, con una soberbia
imperdonable que los hacía sentirse superiores al resto del mundo. Fueron
incapaces de entender y de comprender que los veracruzanos estábamos hartos
de tanta pobreza, de tanta desigualdad, de tanta incapacidad. Donde la
impunidad tiene el nombre de Jorge Winckler Ortiz, actual fiscal General
del Estado.
Pero en donde se crean las leyes no ha sido diferente. El Congreso del
Estado se ha convertido en un mercado, una verdulería. Un patético escenario
donde se hace de todo, menos trabajar para los veracruzanos. Un lugar
donde se permite que los diputados locales se den el gusto de no presentarse a
trabajar, sin repercusiones.
Un ejemplo fue la comparecencia de la Comisión Estatal para la Atención
y Protección de los Periodistas (CEAPP), ente que “vela” supuestamente por los
reporteros y fotoperiodistas. Una actitud que dejó al gremio periodístico un
doloroso y punzante mensaje: No me interesa que te maten, que te pisoteen, que
te censuren y además que te violenten. No me interesa que Jorge Morales Vázquez
y Ana Laura Pérez Mendoza [secretario ejecutivo y presidenta] utilicen la
comisión para enriquecerse y defraudarlos. Que te destruyan, que te fabriquen
delitos y campañas de odio. Que esos dos personajes se roben el presupuesto
destinado al elefante blanco para beneficios personales y sus amigos. Que tus
muertos, no valgan la preocupación de quienes tendrían que ser los responsables
de sanear las instituciones al exigirles cuentas. Su ausencia, fue incómoda y
lacerante.
Ésta situación no ha mejorado ni tan siquiera un poco. Con Cuitláhuac
García Jiménez, gobernador de Veracruz -abanderado de Morena-, no se vislumbra
un panorama diferente. Un hombre que no dudamos de sus capacidades académicas,
pero como gobernador es indignamente inexperto. Un hombre que desde que
se para frente a un estrado, para hablarle a los veracruzanos, lo hace con
miedo, inseguro, pues no sabe que decir.
En Minatitlán, fue de “pena ajena” su intervención. Ante la mirada
cuestionadora de Andrés López Obrador, presidente de la República, quien
realizó una visita al estado. Su líder. Quién lo llevó al triunfo como Fidel
Herrera Beltrán llevó a Javier Duarte de Ochoa. Políticos de microondas, sin
experiencia en la función pública. Duarte transformó su incapacidad en
soberbia. En su interlocución con la sociedad, Cuitláhuac García Jiménez se
muestra inseguro y vulnerable. Por ello, solo ha atinado a realizar eventos
insulsos, como el de inaugurar la pavimentación de una calle, de una carretera
o acompañar a alguna diputada federal en cortar el listón de su casa de
enlace. Pero realmente no ha hecho una réplica fiel del gobierno federal
en Veracruz. No ha realizado ni siquiera la limpieza que se esperaba hiciera en
las instituciones para sacar a los corruptos de éstas. No ha hecho auditorías
para conocer el estado real de las finanzas de todas y cada una de las
dependencias. No ha dado luz.
Un ejemplo de todo lo putrefacto, es la Secretaría de Seguridad Pública
y la Dirección de Prevención y Readaptación Social [que depende de la
Subsecretaría de Prevención y Participación Ciudadana de la SSP] donde
continúan dándose los actos de corrupción. Donde la subsecretaría ha sido
denunciada por exigir “moches” a los directores de los penales a cambio de
privilegios o “brindar protección” a los reos.
http://www.agnveracruz.com/ index.php/columnas/ columnafueradefoco/item/49250-
corrupci%C3%B3n-en-los- penales-de-veracruz
Denuncias hay muchas. Solo esperemos que el gobernador del estado de
Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, realmente haga una retrospección de
su compromiso con los ciudadanos y comience a apretar las tuercas a sus
colaboradores. Revise a conciencia de la forma como están integrándose las
secretarías y el nepotismo que en muchas de ellas ha imperado.
Winckler amenaza a empresarios con meterlos a la cárcel
Una calamidad resulta la advertencia o amedrentamiento del titular de la
Fiscalía General del Estado de Veracruz, Jorge Winckler Ortiz, que le hace a
los empresarios que se han sumado a la campaña #NiUnaMenos, quienes con la
intención de garantizar la integridad de las mujeres que tienen que caminar en
muchas ocasiones solas por las calles para llegar a sus casas o sus trabajos;
este se les va a encima, como si su solidaridad le molestara y le representara
menoscabo.
Como si el fiscal protegiera a los delincuentes. Este hombre yunista en
rueda de prensa [donde por cierto ordenó que periodistas de RTV no ingresaran]
dijo literalmente:
“Los empresarios podrían ser sujetos a investigación en caso de que las
mujeres a las que brinden auxilio en dado momento como parte de la campaña
#NiUnaMas, no aparezcan o suceda algo tras brindar el apoyo (…) La iniciativa
que busca que los negocios den refugio a mujeres en situación de peligro o
amenaza, se deben de establecer protocolos de actuación en dichos casos, pues
una mujer puede llegar a solicitar auxilio y luego retirarse por su voluntad y
ocurrir algo en camino a su casa o trabajo, que pudiera generar una
responsabilidad legal a los empresarios que un principio brindaron apoyo”.
Su incapacidad, opacidad y corrupción, no le permiten entender que
existan personas [en este caso los empresarios] que son empáticos con la
protección que se le debe de ofrecer a las mujeres y con ello, impedir que los
feminicidios sigan ocurriendo. Asesinatos que jamás investiga y mucho menos
procede en contra de quienes los cometen. Inadmisible, pero cierto. Pareciera
que el fiscalito de Yunes estuviera más preocupado porque los asesinos no
tuvieran mujeres para matar. ¿Será que los feminicidas le pagan dinero al
fiscal para no ser molestados? Pregunta.
Si tanto le preocupa de que no existan protocolos de auxilio, pues que
espera para ordenar que sus inútiles fiscales regionales para que comiencen a
brindar capacitación al gremio empresarial y para sepan qué hacer en el momento
de un auxilio a una mujer. De pena ajena este sujeto, que sólo ha demostrado
incapacidad y el único motivo por el que no quiere dejar el “hueso” es porque
sabe que terminará en la cárcel por todas las atrocidades que ha realizado.
Quejas y comentarios:
Silvia
Nuñez Hernández
Lic. Ciencias y Técnicas de la
Comunicación, Periodista, Directora General de AGN Veracruz, Periodismo puntual
y con sentido Columnista (Fuera de Foco)