Bueno, no están ustedes para saberlo, pero yo
sí para contarles que conocí de cerca a Rosario Robles Berlanga allá en mis
épocas estudiantiles en la FES Acatlán, donde era uno de mis mejores maestros
el economista Julio Moguel, entonces pareja de Rosario Robles, quien a veces
iba a la escuela en su calidad de lideresa sindical del STUNAM.
También
Robles fue una de mis camaradas militantes en la extinta Organización de
Izquierda Revolucionaria - Línea de Masas (OIR-LM), de orientación maoísta.
Reconocíamos
en Rosario Robles a una camarada sumamente brillante, comprometida y con un
entusiasmo y apasionamiento político muy naturales en su personalidad. Todas y
todos en la OIR-LM pensábamos que la carrera política de Robles la iba a llevar
muy lejos.
Sin
embargo, yo le contaba a mis camaradas, amigxs y ex-novia, que Robles
despertaba en mí una especie de repulsión por ser una política a veces sin
escrúpulos.
Me
explico: en las sesiones en las que se discutía la línea política de la OIR-LM,
Robles no dudaba en llevar a sus matraqueros, muchos de ellos y ellas habían
sido alumnos de Robles y Moguel en la Facultad de Economía y en la FES Acatlán.
Cuando
algún camarada expresaba sus posiciones contrarias a las defendidas por Rosario
Robles, sus matraqueros hacían bulla, escándalo, molestando de esa manera tan
mezquina a la oradora u orador. Y Robles, se hacía la que la virgen le hablaba.
Pero
ya entonces, Robles era una "Vaca sagrada" entre la izquierda
mexicana. Pocos, muy pocos en la OIR-LM le cuestionaban esas prácticas tan
odiosas y tan turbias. A mí, me indicaban que era una política con una ética
muy gelatinosa, capaz de manipular personas y situaciones para conseguir sus
fines.
El
tiempo nos dió la razón. Rosario Robles fue La Mujer Maravilla, la Wonder Woman
de la izquierda mexicana antes de su defección tan vergonzosa del PRD, tras el
escándalo de los vídeos René Bejarano-Carlos Ímaz-AMLO. Primera Jefa de
Gobierno en el DF; líder nacional del entonces poderoso PRD; una figura-símbolo
referente del feminismo latinoamericano.
Así
que en la campaña electoral del 2012, Robles aun pudo sorprenderme y dejarme
atónito con otro de sus vuelcos en su rocambolesca vida pública: el ser una
fiera crítica del movimiento estudiantil Yo Soy 132, cuando ella, Robles, en su
época de dirigente en la OIR-LM, fue una destacadísima participante en el
movimiento universitario del CEU en los años 1986-1994.
Esta
faceta de Robles, criticando a un movimiento estudiantil, y defendiendo al
mismo tiempo al candidato priísta, Peña Nieto, tuvo para mí y para muchos
ex-camaradas de la OIR-LM y del PRD el amargo, el agrio sabor de una Traición.
Robles,
al final, se decantó por los rasgos más turbios de su personalidad. la de ser
una manipuladora, una persona con una ética política sumamente cuestionable.
Se
decantó por la siniestra Lady Macbeth que llevaba dentro: el cometer una
traición a sangre fría, con enormes dosis de cinismo, de mala leche, de pura y
oscura venganza contra López Obrador en lo personal, y contra la corriente de
izquierda en la que fue su Mujer Maravilla. . . . . Para convertirse en
ideóloga del partido al que antes consideraba la fuente de los males, el PRI.
Su
carrera política parece terminar de manera grotesca. Tras las rejas a causa de
la corrupción peñanietista, régimen del que ella se autonombró la más fiel
soldadera. ¡Si muchísimos, si no es que todos los votantes que siempre lo hemos
hecho por la izquierda, sabíamos con claridad que Pela Nieto era el
representante de un regreso, de una reversa del país hacia la más descarada
corrupción, pues esta era la marca de la casa del PRI Atlacomulco y sus
bestias: Hank González, Arturo Montiel, el clan Del Mazo, y el júnior cretino
que siempre ha sido Enrique Peña Nieto!
Y
aún así, Robles se prestó a una venganza personal urdida en otra más de las
grillas y "tenebras" organizadas por Carlos Salinas de Gortari y su
"minion", Diego Fernández de Cevallos. Pues era un acto de venganza
el entrar en el gabinete de Peña Nieto.
Yo
estaba convencido de que, ahí dentro de su cabeza, Rosario Robles estaba
considerando la posibilidad de ser Presidenta de México vía el PRI y el apoyo
de Peña Nieto, siempre que ella se mostrara como su fiel guardiana, su celosa
cancerbera.
Y
así le fue, prestándose a ser la miserable tapadera de la Estafa Maestra, ¡con
el dinero destinado a las y los mexicanos más pobres! Y no saciada su ambición,
continuó el mismo esquema a su paso por la SEDATU.
Robles
iba dejando tras de sí un olor a azufre satánico. No exagero. Prestarse para
ocultar el robo de dinero para los más necesitados. Prestarse a un acto de
traición mayúsculo. Dejarse llevar por su ambición política, por las peores
tendencias en su personalidad.
Recuerdo
las sonrisotas de Robles a su paso por la SEDESOL en el peñanietismo. Yo
pensaba: esta mujer seguro se cree con posibilidades reales de ser la próxima
mandataria. pero le llegará su momento de Némesis, como pago a su desbordada
Hubris, a su soberbia y a su orgullo.
Y
así está sucediendo.
Ninguna
parte de mí siente simpatía por Rosario Robles. Más bien, lo contrario. Me
congratulo de que se encuentre tras las rejas. ¡Todavía tenía los arrestos para
clamar su inocencia en los actos criminales en los cuales participó, al menos
siendo cómplice omisa!
Una
grotesca trayectoria personal que merecería tener su Shakespeare, su
tragicomedia similar a las piezas teatrales Macbeth, Ricardo III, Julio César,
escritas por el bardo inglés.
Solo
espero que su juicio se lleve a cabo conforme a derecho, y que conforme a la
ley, responda por sus actos criminales.