19 de febrero de 2020

“JOSÉ ABELLA Y LA MISOGINIA EN EL PERIODISMO” (ARTÍCULO DE TÉMORIS GRECKO)

Durante el sexenio de Javier Duarte, el empresario veracruzano usó su medio para desacreditar a víctimas.

“Los cínicos no sirven para este oficio”: Ryszard Kapuściński.

Por mí, que desguacen el avión y lo vendan por piezas. Se ha convertido en algo que nos distrae de muchos asuntos más importantes.

Unos sacan provecho de él, utilizándolo como arma política.

Otros sacan provecho de él, haciendo como que están hartos de que se saque provecho de él.

Miren este periódico, El Buen Tono, de Córdoba, Veracruz. Su dueño tiene una mueblería del mismo nombre. Se llama José Abella y es un tipo peligroso.

Durante el sexenio de Javier Duarte, Abella usó su periódico para desacreditar víctimas y quitar así problemas a su góber precioso. 

Su especialidad es difamar mujeres asesinadas.
Es lo que hizo con Fernanda Rubí Jiménez, una chica que tenía 21 años cuando fue secuestrada, en 2012.

Tres años más tarde, la madre de la muchacha, Araceli Salcedo, interceptó a Duarte en una escalinata en Orizaba y le exigió resolver el caso, “porque no hacen nada. Aquí está su pueblo mágico, señor, donde nos desaparecen a nuestros hijos. No se burle, ¡quite su sonrisa!” El momento fue registrado en un video que alcanzó 300 mil vistas en YouTube.

Era el 23 de octubre de 2015. El día 25, El Buen Tono aseguró sin evidencias, en su nota principal de portada, que Rubí era la novia de un jefe de Los Zetas y que por eso se la habían llevado. “Si la hija era la amante del líder de plaza de los delincuentes, que ahora no exija justicia”, concluyó el texto supuestamente informativo . “Qué bueno que las desaparezcan”, dijo Abella en un artículo de opinión firmado por él y publicado el 26, que reafirmó en Twitter. “Por mí, si encuentran a todos los desaparecidos que han participado con la mafia, que se vuelvan a morir”.

El 8 de febrero de 2016, un grupo de hombres vestidos de militar, con armas de alto poder y equipo táctico, entró en la casa de Anabel Flores, reportera de 32 años, en la ciudad de Orizaba, y se la llevó. Su cadáver, con huellas de tortura, fue hallado al día siguiente. Sin haber realizado investigaciones, las autoridades duartistas afirmaron que el motivo del crimen era la complicidad de la víctima con el narcotráfico.

“Yo la corrí hace ocho meses porque su nivel de vida no correspondía con su salario, traía ella una Patriot, una camioneta de esas Jeep, y ganaba 6 mil pesos (350 dólares), creo, al mes, entonces no te encontraba la razón de cómo podía ella andar en una camioneta de ésas”: José Abella, dueño de El Buen Tono, se refirió así a Anabel, al día siguiente de que hallaron su cadáver. Lo entrevistaba por teléfono el periodista Enrique Hernández Alcázar, de la estación W Radio. “Después investigamos y resulta que se la había regalado Lalo, un jefe de plaza” criminal, aseguró Abella con voz firme, “lo que hacía ella era coludirse con los malandros para que nos bloquearan, nos ocultaran lo que pasaba en la región”. 

Abella hacía sus afirmaciones con seguridad, como quien sabe perfectamente de lo que habla. Pero en pocos minutos quedó claro que no era así. El periodista cuestionó que el empresario presumiera su “responsabilidad ciudadana” porque, según su dicho, a pesar de que habían echado a la reportera por supuestos vínculos criminales, no presentaron una denuncia ante las autoridades. Ahí tropezó el interlocutor: “No soy el director, soy el dueño y yo tengo otras empresas. Tengo mil trabajadores, ¿tú crees que voy a estar sabiendo yo de ella? Ni la conocía”. ¿Cuándo supo lo que pasaba? “Yo me enteré hace tres días, cuando la secuestraron, y ya me platicaron toda la historia”. Entonces, señaló Hernández Alcázar, todo lo que Abella había afirmado eran chismes, sólo “es lo que dicen”. “Nosotros no somos policías, yo no voy a estar investigando”, respondió el dueño del periódico.
Días después, alguno de los muchos enemigos de Abella (se jacta de videos de YouTube en los que aparece agarrándose a golpes en la calle) filtró una foto en la que está con seis hombres con armas largas, que parecen ser de uso exclusivo del ejército. Abella aseguró que eran sus escoltas y que son exmiembros de los GAFE (como los fundadores de los Zetas).

¿Cómo es que puede andar por descampados con una banda armada un hombre conocido por su inclinación a la violencia?

Abella se expresó también en términos despectivos sobre reporteros de su periódico que se quejaron del riesgo en el que estaban. Los llamó cobardes. Pero él sí estaba muy bien protegido.

¿Falta algo? Además de atacar mujeres, Abella amenaza a periodistas como Noé Zavaleta, Aurelio Contreras y Noé Carrillo. En un estado donde matar reporteros es cotidiano.

En su portada de El Buen Tono, Abella asegura que no quiere caer en el juego del avión. Aunque lo que está haciendo es dedicarle la portada al avión. 

Se sigue con que AMLO tiene que velar por la seguridad de sus gobernados. Lo que jamás le pidió a Duarte.

Y termina, en una proeza de cinismo, reivindicando el “honor de la niña Fátima”.

El mismo sujeto que no tuvo empacho en humillar con mentiras a una joven desaparecida y a una reportera torturada y asesinada.

No quiero imaginar lo que hubiera dicho de la pequeña si otra cosa conviniera a sus intereses.

#EsoEsCinismoNoPeriodismo


TOMADO DE: ARISTEGUI NOTICIAS

ENLACE:

LLAMAN A PARO NACIONAL CONTRA EL FEMINICIDIO PARA EL 9 DE MARZO

ARISTEGUI NOTICIAS



por Redacción AN / SH febrero 19, 2020 11:38 am
En México, con un promedio diario de 10 asesinadas y con el 99.9% de los casos en la total impunidad, llaman en redes a unirse a #UnDíaSinMujeres en hogares, escuelas y centros de trabajo.
Cientos de mujeres se lanzaron a las calles de la Ciudad de México para exigir justicia en nombre de Ingrid Escamilla, una joven de 25 años que el 9 de febrero fue asesinada por su pareja.
Las imágenes de su cuerpo ultrajado se difundieron a través de medios digitales e impresos. En respuesta, las bardas y puertas de Palacio Nacional fueron rayadas, las mujeres exigían una pronta respuesta de las autoridades.
Días después, el hallazgo del cuerpo sin vida de una pequeña de 7 años conmocionó a la sociedad mexicana. Su nombre era Fátima, su familia la buscaba desde el 11 de febrero cuando fue secuestrada por una mujer afuera de su escuela.
En México, 10 mujeres son asesinadas a diario y el 99.9% de los casos permanecen en total impunidad.
Frente a esa terrible realidad, mujeres de todo el país han emprendido diversas acciones para exigir justicia y seguridad ante la violencia de género, una de las mayores crisis en México.
#UnDíaSinMujeres es una de las iniciativas que ha comenzado a circular a través de redes sociales y a la que diversos grupos planean unirse el próximo 9 de febrero sumándose a un paro nacional.
“¡Sin mujeres! ¿No nos cuidan? ¿No existimos? Miren cómo sería si no existiéramos más? Mira la nación que querías dirigir sin mujeres ni sus hijas”, dice el llamado.

Este 9 de Marzo...

Maestros: No pongan falta a las alumnas que se unan al paro.

Jefes: No descuenten el día a las trabajadoras que se unan al paro.

Colegas: Cubran a sus compañeras para que se unan al paro.

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¡Que un día antes nos vean a todas y al siguiente no!


9 de marzo

¿Cómo sería si no existiéramos?

No niñ@s en las escuelas

No mujeres en la calle

Mira la nación sin mujeres ni sus hij@s

Pasa la voz ¡Únete!💜

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PORFAVOR.
No tienen idea de el impacto que un paro causa en la economía y socialmente, SE NOTARÁ QUE FALTAN MUJERES.

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9 de marzo.

No nos cuidan ? No existimos? Miren cómo sería si no existiéramos nosotras ni nts hij@s!

No niñ@s en la escuela. No Maestras. No Mujeres en la calle.
No compres nada. No vayas a tu empleo (un día descontado lo vale).

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17 de febrero de 2020

GUERRACRUZ


Guerracruz
01/09/2019

José C. Serrano.
Guerracruz. Rinconcito donde hacen su nido las hordas del mal, libro escrito por Violeta Santiago, periodista egresada de la Universidad Veracruzana (UV), quien forma parte del colectivo Reporteras en Guardia, dedicado a la realización de un memorial digital con perfiles de los periodistas asesinados en México.
El texto está dividido en tres partes esenciales y un piloncito: 1. UNA GUERRA AJENA; 2. VERACRUZ, EL CEMENTERIO CLANDESTINO MÁS GRANDE; 3. EN VERACRUZ NO PASA NADA y,4. Después del huracán. El prólogo corre por cuenta de la periodista Carmen Aristegui: «Guerracruz surgió como un grito de auxilio en las redes sociales para que los ciudadanos, a través de una etiqueta en Twitter, pudieran informarse libremente de los hechos violentos que comenzaron a empañar la vida del estado, que penetraron por el norte, se enraizaron en las Altas Montañas y llegaron hasta la última playa del sur».
UNA GUERRA AJENA. El lugar más peligroso para el periodismo. Fidel Herrera Beltrán, «finísima persona», le entregó el estado de Veracruz a Javier Duarte de Ochoa (un ejemplar destacado del entonces nuevo PRI), electo en los comicios del 4 de julio de 2010. Con el arribo del doctor Duarte de Ochoa a la gubernatura la violencia contra la sociedad civil y los crímenes de alto impacto alcanzaron niveles nunca antes vistos, además se desataron los asesinatos contra periodistas. Bastaron dos años con Duarte para que se sumaran más muertes que las de la década anterior. A partir de 2011, la cifra de comunicadores asesinados se disparó hasta alcanzar la histórica cantidad de 22 casos (2018) «que posicionó a la entidad como la más peligrosa para ejercer la Libertad de Expresión en México y América Latina».
En 2016, con la llegada al poder de Miguel Ángel Yunes Linares, y el cambio de colores en el gobierno del estado ni de lejos mejoró el clima para ejercer la Libertad de Expresión. Yunes Linares, en tiempos ya idos presumía ser uno de los niños consentidos de Elba Esther Gordillo Morales, como Duarte, criminalizó a los periodistas abatidos durante su minimandato, filtró datos de investigaciones para viciar los procesos, y afirmaba, contundentemente, que los muertos no eran periodistas. Y es que Yunes, como su antecesor, estuvo más ocupado en la imagen de «a-quí-no-pa-sa-na-da» porque su hijo, Miguel Ángel Yunes Márquez, se postuló como candidato a gobernador en 2018.
Dice Violeta Santiago: «Cada vez que asesinan a un periodista matan un poco de nosotros. Matan las ganas de salir a reportear, matan la esperanza de que nuestro trabajo contribuya a formar una mejor sociedad, matan los planes del futuro, porque no sabemos si vamos a llegar. En el nuevo Veracruz, aprender seguridad es fundamental. Saber qué hacer en caso de una balacera debería considerarse obligatorio dentro del nuevo plan de estudios de periodismo en las escuelas del estado».
La autora del libro describe, con minuciosidad, al detalle, cómo ocurrieron los asesinatos de los 27 periodistas ultimados en Veracruz entre 2000 y 2018, de los cuales 22 murieron entre 2011 y 2018: 17 con Javier Duarte de Ochoa y 5 con Miguel Ángel Yunes LInares.
VERACRUZ, EL CEMENTERIO CLANDESTINO MÁS GRANDE. La muerte bajo tierra. Los asesinatos y ejecuciones extrajudiciales preceden a una práctica ignominiosa: la desaparición de personas. Considerada como un delito pluriofensivo, que agravia a la sociedad y además afecta y atenta no sólo contra la persona desaparecida, también a sus seres queridos, a sus allegados, quienes al dolor de la ausencia tienen que sumar el vivir con la incertidumbre, la angustia y la desesperación sobre el destino de quien desapareció.
De la mano de las desapariciones surgieron las fosas clandestinas, sitios donde entierran los cuerpos para ocultar el crimen o para que no se revele la ubicación de la persona. De hecho, lo peor de la desaparición es no saber si el ausente está vivo o muerto, el no saber dónde está su cuerpo.
«Las fosas son consecuencia de la desaparición. En la noche más oscura de Veracruz, ya ni hablamos de entierros clandestinos, sino de hogueras o molinos para reducir los huesos a cenizas o triturarlos hasta hacerlos polvo».
El gobierno de Javier Duarte de Ochoa ocultó el número exacto de fosas y desaparecidos. Miguel Ángel Yunes Linares repitió su ejemplo. Peor aun, el «patiño» que ocupa la Fiscalía azul, Jorge Winckler Ortiz, llegó al grado de apuntarse como un logro el descubrimiento masivo de fosas como en Alvarado, en septiembre de 2018. «Todavía más cínico, no pasó la oportunidad de tomarse una foto con el ‘Equipo de la FGE’, todos sonrientes, en el terreno lacustre que resultó ser un megacementerio clandestino donde se encontraron decenas de credenciales, identificaciones, ropa de niños y mamelucos de bebés».
EN VERACRUZ NO PASA NADA. La plenitud del pinche poder. Cuenta la gente del bello Veracruz que la mayor aspiración del hombre de tez morena era, como la de cualquier otro político instalarse en el poder. El maximato de Fidel, el «fidelato». Por eso escogió a Javier Duarte como sucesor, porque le resultó tan servil y complaciente a él y su familia que cuando hubo que elegir, el factor de la familia de Fidel (que deseaba perpetuarse otro sexenio de privilegios) pesó tanto que benefició a Duarte sobre viejos amigos que ya se veían como los próximos en el pinche poder.
A Javier Duarte le adjudicaron una serie de frases a lo largo de su mandato, casi siempre relacionadas con la negación de la inseguridad, que por obvias razones provocaron indignación y hartazgo. La primera que llegó para quedarse: «En Veracruz no pasa nada».
El piloncito: Después del huracán. Con más de un millón y medio de votos (1,665,855), Cuitláhuac García Jiménez se convirtió en el gobernador más votado de la historia de Veracruz. Después de la verbena que se vivió en la entidad por el triunfo de García Jiménez, el panismo se preparó para abandonar el Palacio de Gobierno y las dependencias estatales que había ocupado por dos años con la ilusión de prolongarse otros seis.
Tras la instalación del nuevo gabinete llovieron las denuncias penales contra Miguel Ángel Yunes Linares y Jorge Winckler Ortiz, el cual fue investido por nueve años como titular de la Fiscalía General del Estado (FGE). Este abogado sin lustre declaró antes y después de la toma de protesta de García Jiménez, «que no renunciaría al cargo».
El lamentable multihomicidio ocurrido en fechas recientes en el bar «El Caballo Blanco» de Coatzacoalcos, Veracruz mantiene enfrascados a ambos personajes en una lucha política, totalmente ajena a la procuración e impartición de justicia, tan necesarias en los días aciagos que sacuden a esa entidad en particular y al país en general.
En la cotraportada del libro Violeta Santiago sentencia, «Veracruz: tierra de fosas clandestinas y corrupción política, de homicidios a periodistas y lucha sangrienta de cárteles. Lo que fue un estado de esplendor cultural hoy es espejo de México donde se refleja el infierno de la impunidad y el delito».