5 de mayo de 2020

HIJO DE BARTLETT RECIBE CONTRATOS POR 162 MILLONES DEL GOBIERNO DE AMLO


El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (I), y el director de la CFE, Manuel Bartlett, en una conferencia de prensa el 8 de febrero de 2019. (ALFREDO ESTRELLA/AFP/Getty Images)

Columnista, Post Opinión
May 3, 2020

El 30 de abril, día del Niño en México, el hijo de uno de los funcionarios más polémicos del gabinete del presidente, Andrés Manuel López Obrador, recibió un regalo espectacular: el gobierno para el que trabaja su papá le otorgó, por asignación directa —sin licitación—, un contrato por 94.9 millones de pesos.

León Manuel Bartlett Álvarez es el dueño de la empresa Cyber Robotics Solutions. Su padre es Manuel Bartlett Díaz, un viejo político con un expediente negro quien, desde hace año y medio, se desempeña como director general de la Comisión Federal de Electricidad.

El 30 de abril, el hijo de Bartlett recibió un contrato por 94.9 millones pesos del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), sin licitación, amparado en las reglas de compras por la emergencia a consecuencia del coronavirus. Es para proveer equipo de “ultrasonido torácico (portátiles de mesa) para tórax y pulmón”. El fallo fue el 30 de abril y el contrato debe firmarse el lunes 4 de mayo, según consta en el acta de adjudicación directa AA-051GYN020-E6-2020.

Acta de adjudicación a la empresa Cyber Robotics Solutions, propiedad de León Manuel Bartlett Álvarez. (Acta de adjudicación a la empresa Cyber Robotics Solutions, propiedad de León Manuel Bartlett Álvarez. Fotografía tomada de Compranet)

No es el único contrato de la empresa de León Manuel Bartlett Álvarez con el gobierno del que su padre es un alto funcionario: los tiene con el Ejército, la Marina, el Instituto Mexicano del Seguro Social y otros con el ISSSTE. Son al menos siete contratos que suman 162 millones de pesos, según puede comprobarse en el portal de transparencia Compranet.

El segundo contrato firmado por 23.4 millones de pesos es con la Secretaría de la Defensa Nacional. Tampoco hubo licitación de por medio. Entró en vigor el 1 de enero. La descripción señala: “Contratación del servicio de mantenimiento integral plurianual 2020-2023”. El procedimiento de adjudicación tiene el folio AA-007000999-E684-2019.

Un tercer contrato es con la Secretaría de Marina por 4.9 millones de pesos. El procedimiento de adjudicación directa es el AA-013000999-E379-2020 por concepto de “Servicio de mantenimiento preventivo en dos sesiones y todos los correctivos a 01 sistema de cirugía robótica asistida para atención”, que se firmó e inició su vigencia el 10 de abril.

Existe registro de dos contratos más con el IMSS. Uno por 8.2 millones de pesos y otro por 31 millones. Este último inició el 20 de abril y fue revelado por la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, por la compra de ventiladores para los pacientes más graves de COVID-19. El de 8.2 millones data del 25 de febrero de este año y es por “Servicio de mantenimiento preventivo correctivo” a un acelerador lineal dedicado a radiocirugía robótica en el hospital de Oncología del Centro Médico Nacional Siglo XXI. El procedimiento de adjudicación —en este sí hubo una licitación pública— es el LA-050GYR051-E20-2020.

Además del de 94.9 millones de pesos citado al inicio, hay otros dos contratos de Cyber Robotics Solutions con el ISSSTE —ambos sin licitación— por montos menores: 275,000 pesos por “adquisición de material radiológico (material fotográfico y productos químicos)” y 65,000 pesos por “adquisición de termómetros”. Los folios son AA-051GYN036-E7-2020 y AA-051GYN036-E14-2020, respectivamente.
La revelación de estos contratos con el hijo de un alto funcionario pone de nuevo en entredicho la congruencia del gobierno mexicano en su proclamada lucha contra la corrupción. Si bien no se ha comprobado aún nada ilegal en los contratos del hijo de Bartlett con el gobierno federal, despiertan suspicacias los montos económicos, que la mayoría hayan sido adjudicaciones directas y no hayan pasado por ningún concurso y, sobre todo, que se trate de la empresa del hijo de un alto funcionario.
Comportamientos similares en gobiernos pasados fueron severamente criticados por el presidente López Obrador cuando era dirigente opositor. El presidente ha dicho que llegó para limpiar al sistema, que no le basta la legalidad, sino que exige moralidad y ética. Bartlett es el rostro que desmonta el discurso anticorrupción del presidente.

Manuel Bartlett Díaz es quizá el integrante más polémico del gabinete de López Obrador. Por su pasado, es incómodo para muchos integrantes del gobierno y de Morena, el partido del presidente. Cuando México era un régimen de partido único, con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Bartlett fue un temido secretario de Gobernación, denunciado públicamente por toda suerte de atrocidades criminales y políticas, y también se desempeñó como secretario de Educación Pública. De ahí pasó a ser gobernador del estado de Puebla. Al terminar este encargo, el PRI había caído en desgracia y Bartlett se sumó al movimiento que desde entonces construía López Obrador. Fue senador y ahora dirige la empresa de electricidad del Estado.
En septiembre de 2019, se publicaron en W Radio dos reportajes de Arelí Quintero que documentaban que Bartlett, su pareja, Julia Abdala, y su hijo, León Manuel, son propietarios de 23 casas y 12 empresas, las cuales no habían sido declaradas parte de su patrimonio ni transparentadas como posible conflicto de interés por el funcionario. El asunto se volvió un escándalo pues desde entonces cuestionó la principal bandera del lopezobradorismo: el combate a la corrupción.
Sorprendentemente para muchos, López Obrador apoyó a Bartlett de inmediato, lo cual generó una enorme indignación ciudadana. Administrativamente, se ordenó una investigación a cargo de la Secretaría de la Función Pública, que encabeza Irma Eréndira Sandoval, cuyo resultado se reveló en el período vacacional de diciembre: Bartlett fue oficialmente exonerado. Se desató otro escándalo que cuestionó el papel de la secretaria Sandoval y del presidente.

El viernes 1 de mayo, la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad reveló que el IMSS había comprado al hijo de Bartlett 20 ventiladores para terapia intensiva a 1.5 millones de pesos cada uno. Tanto León Manuel Bartlett como el director general del IMSS, Zoé Robledo, aceptaron esta venta, pero negaron que hubiera algo ilegal en la operación.

Con la colaboración de Mario Gutiérrez Vega.

Nota del editor: Se buscó a León Manuel Bartlett y a la empresa Cyber Robotics Solutions para conocer su postura, pero no se obtuvo una respuesta.

https://www.washingtonpost.com/es/post-opinion/2020/05/03/hijo-de-bartlett-recibe-contratos-por-162-millones-del-gobierno-de-amlo/

3 de mayo de 2020

DIPUTADOS HACEN POLÍTICA ENTREGANDO DESPENSAS DEL DIF A TITULO PROPIO ACUSA BINGEN REMENTERIA




Por

Noemí Valdez. – La Contraloría del Estado debe revisar la forma en que el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) entrega apoyos en la contingencia pue se ha ventilado que Políticos han recibido despensas y las entregan como propias.
Esta semana, el legislador de Morena, Rubén Ríos Uribe, entregó en su distrito apoyos sociales, pero al abrir las despensas traían el logo del DIF.
Al respecto, el diputado Bingen Rementería Molina, señaló que es lamentable que los apoyos del organismo asistencial, se usen de manera política.
“Exhortamos a la Contraloría del Estado, a que inicie una investigación sobre la forma en que Sistema de Desarrollo Integral de la Familia (DIF) está manejando la entrega de apoyos en esta emergencia. Vimos que en lugar de que llegaran a las familias, las entregaron a políticos, para que, a su vez, las tomen para campañas anticipadas. Es un hecho que la Contraloría debe investigar, no se vale que usen de manera ruin la epidemia para lucrar políticamente” comentó.
El diputado local, consideró que la entrega de apoyos es buena, sin embargo, quienes lo hagan en este caso los legisladores locales, que “le metan de su dinero” y no, que usen los productos del DIF para sus intereses.
Cabe recordar que anteriormente, también la diputada local, Ana Miriam Ferráez, fue descubierta embodegando despensas del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
La legisladora, quien se ha mencionado como una probable candidata a la alcaldía, está guardando los apoyos del organismo, mismos que luego son entregados, por ella a título personal y con claro trasfondo político.

CAMIONES DE CÓRDOBA PRETENDÍAN TIRAR BASURA A UN BARRANCO EN LOS LÍMITES DE MALTRATA Y AQUILA PERO HABITANTES LO IMPIDEN (VIDEO)

Camiones de Córdoba pretendían tirar basura a un barranco en los límites de Maltrata y Aquila pero habitantes lo impiden (Video)

Por Manuela V. Carmona/
Aquila, Ver.- Al menos cuatro camiones de basura del municipio de Córdoba, fueron detenidos por habitantes de los municipios de Maltrata y Aquila, cuando pretendían tirar sus contenidos en un barranco denominado Rancho Verde, ubicado en los límites de dichos municipios.
Por la mañana vecinos de Maltrata, denunciaron el ingreso de varios camiones de basura de Córdoba a las calles de la ciudad, lo que causó expectación, pues el Relleno Sanitario de las Altas Montañas ubicado en el municipio vecino de Nogales, permanece cerrado al ser día inhábil.
De inmediato se dieron a la tarea de seguir a los camiones y fue en los arcos, en la entrada a Aquila en donde los camiones fueron interceptados cuando al parecer pretendían descargar los camiones cargados con basura, argumentando que contaban con permisos de parte de las autoridades locales.
Pues el Relleno Sanitario de las Altas Montañas ubicado en el municipio vecino de Nogales, permanece cerrado al ser día inhábil/Plumas Libres
Lo habitantes enfurecidos, solicitaron la intervención de la Secretaria de Seguridad Pública (SSP), lamentando que la alcaldesa de Córdoba Leticia López Landero pretenda enviar sus desechos a una zona natural causando daños irreversibles a la flora y fauna de la región.
“En Maltrata desde la ciudad de Córdoba mandaron camiones de basura y la población de Aquila comenta que el presidente recibió dinero para que la tirarán ahí y con todo lo que se vive del COVID-19 me preguntó, ¿qué tiene que decir al respecto la alcaldesa de Córdoba?, si así es como es como trabaja contaminando otras ciudades y respecto a los otros presidentes, que vergüenza que por dinero arriesguen a la ciudadanía, espero que su familia no pase por lo que país entero pasa”, lamentaron los vecinos a través de las redes sociales.
Mientras tanto, los inconformes solicitaron la intervención de la Procuraduría de Medio Ambiente (PMA), para no dejar impune esta acción que atenta contra la naturaleza.
La alcaldesa de Córdoba Leticia López Landero mandó tirar la basura a cielo abierto/Plumas Libres
https://plumaslibres.com.mx/2020/05/01/camiones-de-cordoba-pretendian-tirar-basura-a-un-barranco-en-los-limites-de-maltrata-y-aquila-pero-habitantes-lo-impiden/?fbclid=IwAR0GQsLGl0H5rHisAZ_EBkxKJAD1_UUxMwavzbzcr9T2u3ZzpF3Uv9noCCk

ADIÓS AL COMUNISMO MEXICANO




1 ENERO, 1989
Gustavo Hirales

En el Informe presentado por Arnoldo Martínez Verdugo en el acto de inauguración del XIX Congreso del Partido Comunista Mexicano (PCM), el 9 de marzo de 1981, se planteaba lo siguiente: “Los partidos —y no sólo los revolucionarios— expresan ideologías y promueven políticas cuyo contenido de clase ningún pluralismo logrará difuminar”. La asamblea plenaria, dominada por los llamados “dinos”, exigió que se añadiera, a lo dicho por AMV, este párrafo: “El Partido Comunista Mexicano rechaza el pluralismo en su seno, entendido éste en el sentido de pluralismo ideológico, por disgregador, pues un partido obrero revolucionario de masas (sic) debe basarse en la homogeneidad ideológica…”
Era la respuesta de la mayoría a la demanda de los “renovadores” por una apertura ideológica y política del PCM antes los cambios de ruta ocurridos en la sociedad mexicana y en la propia izquierda. Junto al pluralismo, se demandaba también la posibilidad de organizar corrientes diversas dentro del partido. A esto se respondió: la “organización de tendencias lesiona la democracia interna”, pues mucho militantes no están dispuestos a participar en estas corrientes organizadas y, por tanto, se les deja fuera del debate y al toma de decisiones.
Lo anterior no tendría probablemente la mayor importancia si no fuera porque recientemente, el 21 de octubre de 1988, algunos de los principales representantes de la corriente comunista suscribieron un Llamamiento para la constitución de un nuevo partido que, casi punto por punto, es la antítesis de aquella concepción. Entre los cientos de firmantes del llamamiento leído por Cuauhtémoc Cárdenas aparecen tres nombres altamente significativos: Arnoldo Martínez Verdugo, Gilberto Rincón Gallardo y Pablo Gómez, considerados los “bastiones” contemporáneos de la tendencia histórica comunista.
El Llamamiento plantea, en efecto, que se necesita un partido nuevo que sea “expresión de pluralidad” del voto del 6 de julio. El partido será “una alianza en la cual convergerán… demócratas y nacionalistas, socialistas y cristianos, liberales y ecologistas”. Frente al partido obrero revolucionario de masas, el documento del 21 de octubre propone una “organización de ciudadanos” que incorpore “la capacidad de acción y decisión propias de un partido de flexibilidad, inventiva y autonomía de sus diferentes componentes, propias de un movimiento”; es decir, un partido “movimientista” y con libertad de corrientes.
Pero antes incluso de la aparición del Llamamiento, como respuesta a la convocatoria de Cuauhtémoc Cárdenas del 14 de septiembre en el Zócalo, el Partido Mexicano Socialista (PMS) había expresado su plena disposición a concurrir a este llamado y, por tanto, a su autodisolución. Parece —escribió M. A. Granados Chapa— que se ha resuelto liquidar  al PMS: “Será oportuno, entonces, que se cante un réquiem por el partido de los comunistas mexicanos, nacido en 1919…”. Otras veces han empleado, a este respecto, el término liquidacionismo, que en la jerga de la izquierda tiene una connotación más o menos precisa: se refiere a la “pretensión desmesurada” de liquidar a un partido comunista.
Dentro del mismo Mexicano Socialista ha surgido una “corriente comunista” que se define por la idea de que la lucha por el socialismo en México es “un objetivo irrenunciable e inocultable” y que, por tanto, no es admisible “la liquidación del socialismo es como fuerza política organizada y autónoma”.
La llamada “corriente comunista”, que en realidad se opone a la disolución del PMS y su incorporación al Partido de la Revolución Democrática, pone como una de sus condiciones para ingresar al nuevo partido que se admita en su interior la existencia de “corrientes organizadas”. Y no es la última paradoja de esta historia el que este grupo, encabezado por Eduardo Montes y M.L. Posadas, haya sido el mismo que en el XIX Congreso del PC se opuso con más virulencia a la demanda renovadora de “libertad de corrientes”.
Para este grupo, todo ha ocurrido de manera misteriosa, como si el comunismo mexicano hubiera sido víctima de algún encantamiento de un maleficio: “en los años setenta el PCM había alcanzado un importante desarrollo político, conquistado su legalidad, acumulado un capital teórico importante, estaba en plena madurez, como lo demostró el XIX Congreso, y a punto de iniciar un despegue… Nueve años después el balance es desalentador, la influencia política organizada del socialismo es menor en el país, su caudal electoral descendió; como fuerza organizada se ha debilitado paulatinamente; su perfil propio se desdibujó casi totalmente tras dos fusiones. El capital político y teórico acumulado en los decenios anteriores fue derrochado lamentablemente bajo la influencia del pragmatismo inmediatista sin horizontes de largo plazo…” (doc. Mimeografiado: “La lucha por el socialismo es irrenunciable e inaplazable”).
La causa de todas estas desgracias se localiza en las fusiones: “se ha perdido mucha energía en las fusiones orgánicas, en los desgarramientos” que, presumiblemente, sufrieron los comunistas al concurrir a estas fusiones. Arnoldo Martínez Verdugo ha dicho que el problema fue que – los comunistas – no supimos evaluar las dificultades de cada una de estas fusiones. Más allá, sin embargo, de estas explicaciones, los principales protagonistas de esta corriente histórica en México no han arriesgado una reflexión que intente dar una visión más global del proceso de disolución del comunismo mexicano.
En abril de 1988, en una reunión de cuadros provenientes del PC convocada para examinar la difícil situación del PMS a raíz de la decisión de mantener la candidatura de Heberto Castillo, Montes planteó algunos rasgos de la decadencia comunista, por llamarle de algún modo. Ahora se busca, dijo, la “neutralidad ideológica”; las revistas teóricas del marxismo languidecen o desaparecen, los principales intelectuales marxistas (¿Semo, Bartra, De la Peña, Fuentes, Molinar?) se alejan del partido; han sido comunistas, sobre todo, los que han apoyado a Cuauhtémoc Cárdenas.
Todo esto ha ocurrido, dijo, porque “los comunistas han cedido ante el atraso” para buscar la unidad orgánica con otras corrientes. Advirtió: hemos llegado a una situación en la que la corriente comunista está a punto de desaparecer. Ello sucede, añadió, paradójicamente, cuando la renovación socialista en el Estado va a conducir a un gran renacimiento del marxismo en el mundo.
En esta misma reunión, Martínez Verdugo señaló que, en muchos aspectos, en el PMS se está mejor que en el PSUM. Puso como ejemplo la actitud de los soviéticos que, antes de la perestroika, “nos miraban mal, muy mal”. En contra de quienes resaltan sólo las virtudes del pasado comunista, Martínez Verdugo señala algunos defectos históricos de esta cultura política: la actitud sectaria que aún ahora se manifiesta en la desconfianza hacia otras fuerzas convergentes. De ahí que él esté en contra de crear una “ideología de regreso”. Personalmente, él no se siente parte de ninguna “corriente comunista” sino, en todo caso, de una incomparablemente más amplia: la de los marxistas.
Con esta intervención concluyó, en ese momento el debate. La autoridad de Arnoldo ante el núcleo central de cuadros dirigentes que provienen del PC es muy grande y nadie olvida que es el fundador del moderno comunismo mexicano, el jefe indiscutible del partido durante la larga y procelosa marcha que va de fines de los cincuenta hasta su disolución (y aún después, como luego se verá). Sin embargo, ni Montes, ni Arnoldo, ni nadie de los que allí participaron asumió la interrogante que ya entonces flotaba, como rojo fantasma, sobre los presentes: ¿en qué momento, y por qué causas, murió el comunismo mexicano?
Ahora, ante las resonancias que ha tenido la participación de los cuadros provenientes del PC en la convergencia cardenista, cuando de alguna manera se ha exhumado el cadáver del comunismo, conviene esbozar, al menos, la ruta que siguió esta corriente hasta llegar a su actual estado. Para empezar, hay que decir que el comunismo no murió en octubre del 1981, cuando el XX Congreso del PCM aprobó su disolución para fusionarse en el PSUM. el mismo Eduardo Montes dice, en su estalinista ensayo sobre los últimos años del PCM, que con el nacimiento del PSUM aquel 5 de noviembre de 1981 “concluía una etapa de lucha de los comunistas mexicanos” (Historia del Comunismo en México, AMV, ed., Grijalbo, p. 405).
No sólo no moría sino que, para decirlo de algún modo, se redimensionaba. Se hacía “socialista” para efectos de imagen y de amplitud interna (es decir, se aceptaba en el partido a quienes fueran solamente socialistas, al lado de los verdaderos revolucionarios), pero se mantenía el núcleo duro del arquetipo comunista. En el Informe a la Asamblea de Fusión del PSUM, Arnoldo explicaba que el PMT no se incorporó a la unidad porque hubo discrepancias profundas en torno al carácter del partido a constituir.
“El partido en el que estábamos dispuestos a fusionarnos sólo podía ser —dijo AMV— un partido de clase por su programa y su política, es decir, no un partido pluriclasista, sino un partido definitivamente (sic) obrero”. No sólo, precisamos; añadía “que el partido revolucionario, para serlo, debe basarse en una teoría revolucionaria que todos reconocemos en el socialismo científico”. A un partido así correspondía un símbolo inconfundiblemente clasista: el de la hoz y el martillo.
El PSUM también fue fundado bajo la égida de la “pirámide sacrificial” del centralismo democrático, con su constelación de sometimientos y subordinaciones, de mayorías y minorías, de organismos “superiores” y, naturalmente, “inferiores”. ¿Para qué? Para “garantizar la capacidad de acción del partido y una vida democrática plena” (Informe citado). Aquí la clave está en la “capacidad de acción del partido”, eufemismo típico de la jerga comunista que remite a la “diversidad de formas de lucha” y, en la célebre última instancia, a la lucha armada, a la insurrección.
Finalmente, el PSUM se propuso como objetivos la revolución y el socialismo, pero también… el comunismo y sus temas sacramentales: la desaparición del Estado, la creación del “hombre nuevo” y, en general, lo que Aguilar Camín llama las “mitologías del flanco izquierdo”. La hegemonía comunista en el nuevo partido fue, desde el primer momento, evidente. El aparato de “cuadros profesionales” del PC se trasladó, casi entero, al PSUM; Arnoldo fue el candidato presidencial; Pablo Gómez, el “joven león” del mexicomunismo resultó electo, casi por unanimidad, secretario general del flamante partido. Las condiciones se presentaban inmejorables, en apariencia, para un despliegue victorioso de la corriente comunista.
Sin embargo, las cosas tomaron otro curso. ¿Por qué? En otro lugar escribí que el PCM había llegado a la fusión en condiciones de “cierta crisis”, de pasmo y desmoralización, debido a la forma como se resolvió la lucha interna en el XIX Congreso. Arnoldo y Montes han dicho, refutándome, que por contrario, el PC llegó “unido y con entusiasmo” a la fundación del PSUM. la verdad es que el partido comunista encontró, en la unidad con otras fuerzas, la salida a una situación que, sin ser desesperada, era bastante amarga y confusa.
Que las heridas de la lucha interna no habían cicatrizado se hizo evidente cuando, antes del primer congreso del PSUM, una parte de los renovadores abandonaron el partido y fundaron el Movimiento Comunista Libertario. La persistencia de una división profunda entre los comunistas fue patente cuando, en vísperas del II Congreso (verano de 1983), los miembros del MCL reingresaron al partido y, junto con los “renos” que se habían mantenido en él, forjaron sus alianzas más o menos efímeras con Alejandro Gazcón Mercado, para “radicalizar al PSUM”.
En general, aquél fue un periodo muy complicado; los acontecimientos se agolpaban sometiendo a duras pruebas la capacidad de respuesta de una dirección partidaria que muy pronto mostró carencias y contradicciones. Primero fue la retirada del PMT. luego la confrontación entre el PCM y el Partido del Pueblo Mexicano por la candidatura presidencial. Arnoldo derrotó a Gazcón por un margen muy apretado, con un saldo de agravios que aflorarían posteriormente en toda su venenosa magnitud.
Poco después, a principios de 1982, el primer congreso hizo patente la división del partido en “eurocomunistas” (PC y MAP) y marxistas-leninistas (PPM y PSR), ásperamente enfrentados por los acontecimientos polacos, y la determinación de los “euros” de hacer aprobar una resolución del congreso condenando la implantación del estado de emergencia en Polonia y las injerencias soviéticas.
Y así, en cascada: malos resultados electorales en las elecciones federales de 1982, nacionalización bancaria que sorprende no sólo al partido socialista; iniciativa de ley presidencial sobre el “daño moral”, apoyada por la mayoría del grupo parlamentario pesimista, pero que provoca una oleada de controversias dentro y fuera del partido. La dirección, ante la avalancha de presiones, virtualmente se paraliza. Apoya de manera vergonzosa la posición del grupo parlamentario, lo que lleva a Rolando Cordera, su coordinador, a decir que tales apoyos son peores que un rechazo franco.
En algunos sectores del partido crece la irritación por lo que considera una actitud poco firme de la dirección ante el nuevo gobierno. Pablo Gómez, que como dirigente estudiantil y luego como parlamentario comunista había sido un miembro brillante, pronto evidencia falta de capacidad y sobre todo poca autoridad para cohesionar y dirigir a un conglomerado tan complejo y desigual como el grupo dirigente del PSUM. Levanta, a falta de una línea política viable, la bandera de la disciplina. Al tiempo que intenta controlar a Gazcón y tranquilizar a los del MAP.
Por su parte, Arnoldo habla en la Comisión Política, de la necesidad de salvaguardar el “prestigio” de los órganos de dirección partidaria. A la libertad de expresión dentro del partido (invocada en relación a la polémica interna sobre la “ley moral”) opone la “libertad de organización” del partido, esto es, la libertad de la organización para romper con – o expulsar a – los elementos “hostiles” en su seno. A partir de este momento, la dirección “histórica” del PC entra en una etapa signada por el pérdida de perspectiva, el encarnizamiento interno, el estupor y claros elementos de degradación. Golpe a golpe, acontecimiento tras acontecimiento, la “herencia” se les diluye entre las manos.
Así, contra el real o supuesto asalto de la “ola verde” de Gazcón en el II Congreso del PSUM, la corriente comunista, encabezada por Pablo Gómez y los “fontaneros”, despliegan un dispositivo táctico que no repara en medios para liquidar la amenaza a su pequeño poder. Después de su victoria en el congreso; mantienen la táctica de “lucha sin cuartel y golpes implacables”, tomando como pretexto a los diputados gazconianos que se niegan a entregar su dieta a la finanza partidaria.
Luego, cuando la escisión se ve venir, y en el Comité Central se crea un ambiente contrario a asumirla como fatalidad (un grupo amplio, encabezado por Gilberto Rincón Gallardo, se afana por encontrar una salida política al conflicto), el núcleo duro de los comunistas “cierra filas” alrededor de Pablo Gómez, para mantenerlo en la secretaría general. Arnoldo formula, entonces, la tesis de que la causa de las derrotas históricas de la corriente comunista estriba en que “siempre ha cedido” ante sus adversarios/aliados, desde la “unidad a toda casta” del 37 hasta el II Congreso del PSUM. ya no se puede ceder más. Pablo Gómez se convirtió, de esta suerte, en el último bastión del mexicomunsimo.
Encadenado a una visión sectaria y caudillesca, convertido su grupo en otro bloque impenetrable, Gazcón se escinde en plena asamblea electoral, en marzo de 1985. El partido, desmoralizado, hace la campaña casi por inercia. A unos días de las elecciones, el hasta entonces casi desconocido Partido de los Pobres secuestra a Arnoldo Martínez Verdugo (que en su momento es candidato a diputado) y pone al PSUM contra la pared. El secuestro devela uno de los que Semprún llama “secretos de sangre y mierda” del partido: el PCM se habría beneficiado, en una etapa difícil de su historia, de una parte del dinero que la familia de Rubén Figueroa pagó como rescate al grupo armado de Lucio Cabañas en el otoño de 1974.
Félix Bautista, antiguo enlace entre el PC y Lucio, quien entregará el dinero del rescate al representante de la dirección comunista (Arturo Martínez Nateras), fue a su vez secuestrado, cuatro meses antes que Arnoldo, por el mismo grupo. Se forma entonces, en la Comisión Política del PSUM, un comité ad hoc para examinar el problema y tomar decisiones. El que describe, casi por casualidad presente en una reunión de este comité, propone entablar negociaciones con el grupo secuestrador para obtener la libertad de Félix, lo que implica, en principio, ante el llamado Partido de los Pobres, que efectivamente el PCM se había quedado con ese dinero. Entre los que se opusieron a esta iniciativa, Arnoldo fue el más enérgico. Aludió a lo frágil de la legalidad que tenemos, a que no sabíamos si este grupo era realmente quien decía ser, a los probables agravios que estos hechos dejaron, por ejemplo, en el ejército, etc.
A la sordidez y malos humores que inevitablemente acompañaron a esta develación forzada de secretos, la actitud de la dirección del partido y de los principales involucrados añadió otros: nunca se informó, ni a la opinión pública ni a la militancia, cuánto se recaudó en la colecta pública para pagar los 100 millones de pesos que pedían los secuestradores, ni de dónde salió el resto del dinero. Tampoco aclararon quiénes tenían el compromiso de hacerlo ni el origen histórico de esta situación.
Arnoldo es, por fin, liberado. Félix Bautista también. El Comité Central va a discutir su posición sobre todo el problema. Pablo Gómez presenta en la Comisión Política un proyecto de resolución que, en esencia, asume como interlocutor al Partido de los Pobres, explicándoles que si bien el marxismo reconoce, en principio, “todas las formas de lucha”, incluso las armadas, ahora conviene usar unas, y otras no. La CP rechaza este enfoque y nombra, de hecho, otra comisión para que lo redacte. El nuevo proyecto se pronuncia en defensa de la legalidad constitucional, rechaza en forma tajante la violencia como método para resolver los conflictos políticos y sociales; no concede legitimidad “revolucionaria” o de cualquier tipo a grupos armados o a tribunales de excepción.
La discusión de este documento, primero en la CP y luego en el Comité Central, fue por demás sintomática: los representantes de la vieja guardia no comparten sus términos, pero encuentran muy cuesta arriba el refutarlo. Hablan de “compromiso excesivo” con la legalidad, de que hay que mantener la amenaza de las formas violentas de lucha, de que la legalidad vigente es “ilegal”. Se vota: uno en contra, una abstención. Es este un momento clave para entender la suerte del comunismo mexicano. Ante una situación extrema, en la que se exige una respuesta partidaria de cara al país, los viejos tópicos de la cultura política comunista no sirven. Parecen, si acaso, como un susurro vergonzante del pasado.
Vendrían después una serie de debates en la dirección y entre los cuadros principales del partido, donde se fue haciendo cada vez más evidente lo frágil, lo arcaico de los carismas específicamente comunistas: el partido de clase (“obrero-revolucionario de masas”), la filosofía de clase y de partido; la revolución como utopía milenarista, las irrenunciables “formas de lucha”, todo lo que antes eran las tablas de la ley y que hoy sólo es defendible a partir de una referencia íntima, autista.
La inquina contra las fusiones, a quienes se achacan todos los males y desgracias de esta corriente, parte de la idea de que lo específico del comunismo —la famosa cosmovisión— merecía salvaguardarse como promesa de un futuro grandioso. Esta visión no se hace cargo, siquiera, de la suerte del comunismo en el mundo, de los procesos de descomposición —o al menos de estancamiento— por los que atraviesa la inmensa mayoría de estos partidos, tanto en América Latina como en Europa. Si bien es cierto que aún está por hacerse el balance de estos procesos de unidad en los que se ha visto comprometida la corriente de los antiguos comunistas mexicanos, también lo es que las fusiones fueron la búsqueda, a veces más intuitiva que consciente, de superar las limitaciones pero también las taras y perjuicios que arrastraba esta corriente.
Las fusiones fueron, si se quiere, una “fuga hacia adelante” que, buscando superar en lo inmediato dispersiones y ampliar el radio de acción del socialismo mexicano, en el fondo implicaban diluir dogmatismos, recrear la unidad de lo diverso, acostumbrarse a la pluralidad. Si estos experimentos no tuvieron mejor suerte fue porque se dieron en una situación social y política general donde la respuesta de las masas era aún débil, lo que impidió romper la marginalidad. Con ello, se mantuvieron los usos y costumbres sectarios, las reminiscencias de la “cultura comunista”.

Todavía faltaba el catalizador de las rupturas que se estaban gestando en el tejido político y social. Este, como se demostró, no surgiría de la vertiente socialista-comunista, ni siquiera de la amplia izquierda independiente del país, sino a partir de una escisión de la “familia revolucionaria”. La terquedad en mantener la candidatura de Heberto Castillo, cuando todo indicaba que las rupturas no se procesarían por este flanco, obedecía, en el fondo, aparte de las motivaciones personales, a la incapacidad para concebir que el nuevo liderazgo popular no surgiría de la corriente histórica que de ese objetivo había hecho la razón de su existencia.
Si el fenómeno del liderazgo cardenista se presta, como se dice, a múltiples lecturas, hay una que es inocultable, la del fracaso histórico del tópico específicamente socialista (con su carga de milenarismo, esto es, de abstracción histórica, como lo señaló mucho tiempo atrás Carlos Pereyra) y su pretensión de convertirse en origen y núcleo del nuevo bloque social. En este marco, la pretensión de mantener al socialismo como “fuerza organizada” al margen de la corriente principal-popular que ha surgido en estos meses quintaesenciados no tiene ninguna viabilidad. Y menos cuando el discurso cardenista no es antisocialista sino, en sus propios términos, convergente con los objetivos racionales y nacionalizados del socialismo democrático mexicano.
El comunismo mexicano, que a diferencia por ejemplo del español tuvo un curso más discreto -lejos de los reflectores protagónicos de un Santiago Carrillo, pero también a salvo del ridículo y la descomposición que signaron al PCE-, ahora se dispone, conscientemente, a apagar la débil flama de su existencia para, transfigurado en socialismo democrático, hacer su aporte a la constitución del Partido de la Revolución Democrática.
Los cuadros más influyentes y representativos de la corriente comunista (sin comillas), en sus diversos niveles y generaciones, han comprendido que la “herencia” no se salvaguarda con misas de difuntos, sino poniendo en juego aquello que, a pesar de todo, se constituyó como su aspecto más luminoso: la consecuencia y la perseverancia en la lucha democrática, la capacidad para poner por delante la política y el sentido común antes que la ideología.
Faltan, es cierto, ajustes de cuentas ideológicos y políticos sin los cuales la conversión será, en varios casos significativos, superficial, “táctica”; es necesaria la exhumación del “secreto” cuya preservación ahora no tiene sentido. Por ejemplo, ¿cuál es la historia real de la ruptura con el encinismo a principios de los sesenta, cuál el papel del Partido Comunista de la Unión Soviética en el caso? Si en la propia URSS la glasnost está develando llagas dolorosas de la etapa estalinista y de la era Brezhnev, no hay razón para seguir ocultando, aquí, la verdadera urdimbre de las relaciones PCM-PCUS.
A propósito: la disolución del PMS conlleva otro elemento singular: desaparece en México el “partido de Moscú”, no en el sentido vulgar -pero histórico- del partido “agente del comunismo internacional”, pues el PCM dejó de cumplir este papel, en general, desde la derrota del encinismo. Lo que desaparece es el partido con el cual el PCUS tiene la “relación privilegiada”, y no parece claro que el PPS o el grupo de Aguilar Talamantes puedan llenar ese hueco; tampoco que a alguien le interese que se llene. En sus estertores, el comunismo también contribuye a la modernización política. 
Gustavo Hirales
Dirigente del Partido Mexicano Socialista y colaborador en Nexos.  


PESE A PANDEMIA; DEVOTOS DE LA “SANTA MUERTE” MARCHAN EN TEPITO


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2 mayo, 2020

Cientos de devotos de la Santa Muerte marcharon por las calles del barrio de Tepito, en la Ciudad de México, pese a las recomendaciones de las autoridades sanitarias para evitar el contagio de coronavirus COVID-19.
Los creyentes acudieron a la calle de Alfarería para orarle, llevarle flores, veladoras o algún otro obsequio a la también denominada “Niña blanca”.
Algunos asistentes portaron cubrebocas e incluso guantes para evitar contraer del coronavirus, sin embargo, otros más se saltaron las medidas de protección.
Con figuras de la muerte, flores y más regalos, adultos y niños no defraudaron su fe hacia la “Niña Blanca”.
lps

MILLONES SE QUEDAN SIN EMPLEO EN EU MIENTRAS QUE LA ÉLITE SE VUELVE 10% MÁS RICA DURANTE LA PANDEMIA


Millonarios se hacen más ricos durante la pandemia mientras crece el desempleo en EU. Foto: EFE.
Millones se quedan sin empleo en EU mientras que la élite se vuelve 10% más rica durante la pandemia

mayo 03, 2020

Mientras que el nuevo coronavirus ha dejado sin empleo a millones en Estados Unidos, la fortuna de los multimillonarios estadounidenses creció en 282 mil millones de dólares, casi un 10 por ciento, según estimaciones del Instituto de Estudios de Política (IPS) de Estados Unidos. El que más se ha beneficiado durante la pandemia ha sido el fundador y director ejecutivo de Amazon.

Ciudad de México, 3 de mayo (AP/RT/SinEmbargo).– En medio de la pandemia del nuevo coronavirus, entre el 18 de marzo y el 10 de abril de 2020 más de 22 millones de personas perdieron su trabajo y la tasa de desempleo creció hasta un 15 por ciento, mientras que la fortuna de los multimillonarios estadounidenses creció en 282 mil millones de dólares —casi un 10 por ciento— durante el mismo período, según estimaciones del Instituto de Estudios de Política (IPS) de Estados Unidos.
El reciente estudio del organismo concluyó que el fundador de Amazon, Jeff Bezos, así como Bill Gates y Warren Buffet “siguen poseyendo tanta fortuna como la mitad inferior de todos los hogares de EE.UU. juntos”. “Entre tanto, se estima que un 78 por ciento de los hogares viven de sueldo a sueldo, mientras que un 20 por ciento tiene un patrimonio neto nulo o negativo”, señalaron los investigadores.

Ocho multimillonarios —Jeff Bezos, Elon Musk, MacKenzie Bezos, Eric Yuan, Steve Ballmer, John Albert Sobrato, Joshua Harris y Rocco Commisso— han aumentado su patrimonio neto en más de mil millones de dólares entre el 1 de enero y el 10 de abril, indicó el instituto.

El que más se ha beneficiado durante la pandemia ha sido el fundador y director ejecutivo de Amazon. Para el 15 de abril la fortuna de Bezos se incrementó en 25 mil millones de dólares desde el inicio del año, mientras que para el 10 de abril sus ganancias constituían más de 10 mil millones.
“La riqueza de los multimillonarios ha crecido asombrosamente en las últimas décadas y para algunos ‘especuladores de la pandemia’ incluso más drásticamente desde la crisis del covid-19, aún cuando las obligaciones fiscales de los multimillonarios han caído en picada”, resume el informe.

A falta de reformas fiscales y supervisión a corto y largo plazo “la ‘condición preexistente’ de extrema desigualdad de EU.” no solo podría abrumar a la economía del país, sino que también a la democracia, opinan los autores del estudio.
DESEMPLEO EN EU

Apenas el 30 de abril se dio a conocer que más de 3.8 millones de trabajadores recién despedidos en Estados Unidos solicitaron beneficios por desempleo a medida que la economía del país se hunde aún más en una crisis que se está convirtiendo en la más devastadora desde la Gran Depresión de la década de 1930. La cifra significa que más de uno de cada seis trabajadores estadounidenses no tiene empleo.
Ahora suman aproximadamente 30.3 millones de estadounidenses que han solicitado ayuda por desempleo en las seis semanas desde que el nuevo coronavirus que causa el COVID-19 comenzó a obligar a millones de empleadores a cerrar sus negocios y recortar sus fuerzas laborales.
Esa cifra supera la de las personas que viven en las áreas metropolitanas de Nueva York y Chicago combinadas, y es, con mucho, la peor serie de despidos registrados hasta ahora.

Apenas el 30 de abril se dio a conocer que más de 3.8 millones de trabajadores recién despedidos en Estados Unidos solicitaron beneficios por desempleo. Foto: AP,

A medida que más empleadores recortan sus nóminas para ahorrar dinero, los economistas han pronosticado que la tasa de desempleo para abril podría llegar al 20 por ciento. Esa sería la tasa más alta registrada desde la de 25 por ciento durante la Gran Depresión.
El Gobierno de Donald Trump calculó la semana pasada que la economía se contrajo a una tasa anual de 4.8 por ciento en los primeros tres meses del año, la caída trimestral más marcada desde la crisis económica de 2008. Aun así, es probable que el panorama empeore mucho más: Se espera que la economía se contraiga en el trimestre de abril-junio a una tasa anual de hasta 40 por ciento. Ningún trimestre anterior había sido tan débil desde que el Gobierno empezó a obtener tales cifras después de la Segunda Guerra Mundial.
En una entrevista con El País publicada hoy, el ensayista Alejandro Horowicz reflexiona sobre el capitalismo: “Entonces, cuando hablamos de los mercados no hablamos de ninguna otra cosa que del sistema financiero internacional. Y cuando hablamos del coronavirus, de lo que hablamos es del efecto que una gramática mercantil que se extiende sobre todo, produce como efecto destructivo sobre todo. Yo no soy un infectólogo, no soy médico y no pretendo dar lecciones de aquello que ignoro, ni mucho menos. No sé cómo se combate específicamente esta pandemia, pero sé como se combate el sistema y la lógica de las pandemias. Es decir: si los mercados siguen regulando la producción, y el planeta Tierra se explota como una especie de granja sin límites, donde el único concepto de los mercados, que es la rentabilidad, puede destruir todo, incluido el mercado, lo van a hacer. Sin ninguna duda”’.
Agrega: “Entonces, zafemos o no zafemos del coronavirus, la pregunta es qué se hace con el virus del capitalismo. Ese es un virus altamente peligroso”.
“Los mercados practican el socialismo al revés: las pérdidas son de todos, las ganancias son de los mercados”, agrega Horowicz a El País. El escritor es doctor en Ciencias Sociales, profesor en la Universidad de Buenos Aires y autor de varios libros.