Jorge Gonzalez Rojas
La óptica con la Calderón ve la problemática del país se reduce a policías y ladrones. Una visión muy limitada en cuanto a las causas de los graves problemas nacionales.
Calderón anda medio resolviendo los efectos coyunturales del país y no va a las causas estructurales de los problemas sociales y económicos nacionales.
El Gobierno Federal, en nombre del control de la inflación, de la disciplina y el superávit fiscal ha cometido atrocidades contra el país, que han causado más daños sociales y económicos que la propia delincuencia organizada.
Bajo la premisa de la tendencia inflacionaria, se reprime el salario, situación que ha generado una brutal cartera vencida en la clase trabajadora y mantiene en situación de pobreza a quienes aportan la mano de obra que genera la riqueza nacional.
Para mantener el superávit fiscal y bajo control la inflación, el Gobierno Federal retira dinero circulante a través de los cortos, disminuye el gasto social, en educación, en investigación científica y tecnológica, situación que genera recesión y nos mantiene en el subdesarrollo social y económico.
El aumento en el precio de los combustibles de la gasolina y el Diesel, no son otra cosa más que la aplicación de impuestos federales que repercuten directamente en el índice final de precios al consumidor, con lo cual le pega directamente al consumo de la canasta básica de alimentos y servicios del pueblo mexicano.
En efecto, el precio actual de la gasolina y el Diesel en México, no obedecen a criterios de costos de producción, ni de mercado. Obedecen a la política recaudatoria de impuestos del Gobierno Federal, es decir, que el aumento gradual del precio de la gasolina y el Diesel no son otra cosa más que impuestos federales que se aplican al pueblo, encareciendo el costo de la vida, repercutiendo brutalmente en los más pobres.
Esta política recaudatoria del Gobierno Federal, de acuerdo a los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la política de desarrollo social (CONEVAL) arroja los siguientes datos: el número de personas en situación de pobreza subió de 48.8 millones a 52 millones entre 2008 y 2010, lo que significa que el 46.2% de la población mexicana se encuentra en esta situación. El referido informe señala que la pobreza extrema, la que tiene tres o más carencias sociales, pasó de 10.6% a 10.4% de la población total, con lo que se mantiene en el nivel de 11.7 millones de personas; mientras que el número de personas vulnerables por ingreso pasó de 4.9 millones en 2008 a 6.5 millones en 2010.También destaca que 28 millones de personas tienen carencia por acceso a alimentación, lo que representa un aumento de 4.2 millones en dicho periodo. En México, el porcentaje de personas con carencia por acceso a la alimentación pasó de 21.7% (23.8 millones de personas) a 24.9% (28.0 millones de personas) entre 2008 y 2010.
Este tipo de diagnósticos son ignorados por el Gobierno Federal, quien en manos de neoliberales se dedica a mantener bajo control los indicadores macroeconómicos de acuerdo a las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM) olvidando los índices sociales y económicos que reflejan la situación real del país.
El gran beneficiado de esta tragedia nacional que ha generado el superávit y la disciplina fiscal, es el capital trasnacional especulativo que entra al país a través de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y es, quien sustituye la falta de circulante nacional.
Ante esta realidad, la única solución es que el Gobierno Federal libere la inflación y ésta se aplique en la reactivación y fortalecimiento de la planta productiva de la industria nacional y el campo mexicano.
En este sentido es como todos los sectores sociales, políticos y económicos debemos coincidir, más allá, de la naturales diferencias.
Orizaba Ver a 14 de enero del 2012
Jorge González Rojas
Dirigente Estatal del Partido del Trabajo en Veracruz