México, D. F., a 11 de enero de 2012
Para la Fundalex es lastimoso que el diario ataque contra los representantes de los medios de comunicación haya terminado el pasado 6 de enero en el asesinato de Raúl Régulo Quirino Garza, reportero del diario La última palabra, de Nuevo León, en el municipio de Cadereyta de Jiménez del mismo estado.
Cuando parecía que la violencia en contra de quienes son expresión viva de la sociedad había tomado una larga tregua de poco más de tres meses, un grupo armado cegó la vida de Quirino Garza, quien también se desempeñaba como empleado de Desarrollo Social municipal y colaborador de la Cruz Verde.
El último asesinato en contra de un periodista fue el 24 de septiembre en Nuevo Laredo, en contra de María Elizabeth Macías Castro, jefa de información del medio digital Primera Hora y bloguera.
Antes fueron asesinados otros ocho periodistas el año anterior: Noel López Olguín, Miguel Ángel López Velasco (Columnista y subdirector), Misael López Solana (Reportero gráfico) y Yolanda Ordaz de la Cruz en el estado de Veracruz; Ángel Castillo Corona en el Estado de México, Humberto Millán Salazar en Sinaloa y Ana María Marcela Yarce Viveros y Rocío González Trápaga en el Distrito Federal.
De todos estos asesinatos, sólo el de Yarce Viveros y González Trápaga ha sido resuelto, el resto permanece en completa impunidad.
Asimismo, el año anterior desaparecieron y aún no han sido encontrados Marco Antonio López Ortiz, Jefe de Información de Novedades Acapulco y Gabriel Manuel Fonseca Hernández, reportero de Diario El Mañanero de Acayucan, Veracruz.
La Fundación para la Libertad de Expresión exige a las autoridades correspondientes una amplia, prolija y rápida investigación y el compromiso de que la impunidad no será el signo de este asesinato.
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