“La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve”: Martín Luther King.
Este lunes trascendió el asesinato del ex alcalde de Villa Isla Nahún Tress Manica y su hijo Oscar Tress Pintado. La violencia en el sur del estado de Veracruz, continúa cobrando víctimas sin que las autoridades de Seguridad Pública del Estado o fuerzas federales, hayan logrado implementar operativos que frenen la ola de terror que reportan los ciudadanos, similares a los de la zona centro.
El ex edil priista y su hijo fueron ejecutados en su rancho por un comando de cuatro individuos, que con total facilidad pudo llegar hasta el interior de su casa y abrieron fuego en contra de ambos, sin que pudieran defenderse.
El hecho llama la atención porque ya van para tres años los reportes de asesinatos de personajes de la vida política, líderes campesinos y hasta desaparición y muerte de mujeres jóvenes, en esta región sur del estado de Veracruz. El apoyo por parte de las autoridades de Seguridad Pública, Procuración de Justicia y Fuerzas Federales, aún no les llega. Nadie sabe qué están esperando para actuar.
En marzo del año 2010 fue ejecutado Ramón Martínez Rodríguez, cuñado del dos veces ex alcalde Nahum Tress localizado en un plantío de piñas en Isla, en el camino de terracería a la colonia López Arias, donde los agresores dejaron un mensaje.
En Noviembre del año 2010, el Estado conoció la noticia del asesinato del panista Gregorio Barradas Miravete. El político de apenas 24 años, recién había ganado la alcaldía del municipio de Juan Rodríguez Clara. También de esta región sur.
Días antes de tomar protesta de su cargo, fue secuestrado y encontrado ejecutado junto con dos de sus ayudantes de nombres Ángel Landa Cárdenas y Omar Manzur Anzar, sus cuerpos fueron abandonados en la carretera Tuxtepec-Oaxaca.
A dos años de esos hechos que indignaron a la militancia panista de Veracruz, pues “Goyo Barradas”, como le decían sus amigos era carismático, popular y hasta cantante, la Procuración de Justicia del Estado de Veracruz, no ha revelado el avance de las investigaciones. Y pareciera, como diría Don Teofilito, “ni lo hará”.
En este año, el pasado 28 de junio, la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) confirmó la muerte de la alcaldesa panista de Tlacojalpan, Marisol Mora Cuevas, quien fue levantada unos días antes por un comando en el interior de su domicilio.
La edil era una mujer de fuerte liderazgo en la región y recién se había hecho militante del PAN, lo hizo porque pretendía resolver los serios problemas de marginación y rezago social que afectan a Tlacojalpan, un pueblito donde no hay fuentes laborales, la agricultura no recibe apoyo y la migración de los jóvenes es grande.
Los avances de estas investigaciones aún no se hacen públicos por parte de la Procuraduría de Justicia del Estado. Otro caso que pareciera continúa en el archivo donde el expediente luce lleno de polvo y en el olvido.
Ya no extraña. Ha sido la impunidad cómplice de cientos de homicidios, hasta en tanto las autoridades correspondientes no actúen, pareciera que los responsables continuarán abusando de la paciencia de los ciudadanos. Llegarán el día en que hartos de tanta complicidad, hagan justicia por su propia mano.
Los municipios de Villa Isla y Juan Rodríguez Clara, han reportado también, la frecuente desaparición de jovencitas y el asesinato de muchas más. Los cuerpos, han sido encontrados enterrados en la región de cultivo de piña. Nada se ha conocido sobre la detención de grupos que estén dedicados a esta clase de actividades y esto ha permitido muertes similares a las que han sufrido mujeres de Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua.
La violencia también se ha recrudecido en los municipios de Alvarado, Acayucan, Tlacotalpan y todo el sur pasando por Minatitlán, Coatzacoalcos, hasta las Choapas. Lo anterior, pese a las declaraciones de los funcionarios del estado que insisten en el “Veracruz Seguro”, que sólo existe en sus imaginaciones”. ¿Seguro?, pero para ellos que traen 30 guardaespaldas por funcionario, a los que les pagan entre 30 y 50 mil pesos mensuales. Al menos eso ganan los que cuidan al ministro de Finanzas, Tomás Ruíz y a su novia.
La población denuncia constantes delitos como secuestros, robos a casa habitación, desaparición de mujeres, extorsiones, asesinatos. Lo lamentable es que ha tres años de estar solicitando el apoyo de las autoridades nadie los ha escuchado. Y eso que allá en el pueblito de Nopaltepec, vio la luz por primera vez, un ex gobernador. Y en Acayúcan nacieron los abuelos de otro ex gobernador.
Cierto es que gracias a las fuerzas federales de la armada y el ejército, había disminuido la violencia en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río. No obstante, en estas últimas tres semanas, son frecuentes la localización de cuerpos mutilados y ejecutados, especialmente en la colonia Hidalgo de Veracruz.
Y es que mientras las autoridades locales no hagan la parte del trabajo que les corresponde, no solo en el aspecto de la seguridad, sino también en la procuración, administración de la justicia, así como creación de fuentes de empleo, combate a la pobreza y marginación, no habran ejércitos que puedan contrarrestar tanta violencia, ni en Veracruz, ni en el país entero.
Y mas ahora cuando ya se adelantó que el ejército continuará en las calles, pese a los mas de 115 mil muertos en 6 años, según las últimas cifras que revela el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI). Números que revelan una estrategia fallida pues crecen los muertos, pero no disminuye el tráfico de enervantes.
Ojalá que las fuerzas federales, refuercen su presencia en el sur de Veracruz. Resulta increíble cómo después de tantos asesinatos de políticos y mujeres jóvenes, no han puesto en marcha algún operativo similar a los de la región centro. Es urgente que escuchen el llamado de auxilio desesperado de los habitantes de esta región, donde se ve, nadie respeta la ley.
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