"El gobierno no descansa en la fuerza, el gobierno es la fuerza; descansa en el consentimiento, o en una concepción de la justicia." Chesterton
ORIZABA, VERACRUZ |
Por Andres Gomez Ojeda
La inseguridad prevaleciente en Veracruz tiene en la mira a
todos los actores de la vida cotidiana, pero especialmente para aquellos que
son incómodos para algunos gobernantes. La seguridad y la paz social es
responsabilidad del Estado. En el país de Felipe Calderón, en la entidad
veracruzana de Javier Duarte de Ochoa y en los municipios de las autoridades
municipales.
Se le reconoce
el esfuerzo que hace el Gobierno de Javier Duarte de Ochoa para avanzar en la
pacificación de la entidad veracruzana. Obligación moral y legal de nuestro
gobernante, nadie en su buen juicio puede apostar a que a nuestras autoridades
le vaya mal, al contrario. Por encima de cualquier diferencia política o
ideológica esta la tranquilidad de todos los ciudadanos.
Lamentable,
desdeñable hasta repudiable son los acontecimientos de extorsión y secuestros,
el atentado en su persona y bienes de los veracruzanos. La desaparición forzada
en la entidad veracruzana se ha multiplicado a pesar de las cifras alegres.
Lamentable y deplorable que aquellos ciudadanos que se presentan a denunciar la
desaparición de un familiar y toparse con ministerio públicos y un
subprocurador que solo hallan en los trámites burocráticos engorrosos buen
pretexto para su desempeño. Pero si el desaparecido, extorsionado o secuestrado
es de las familias adineradas o con influencias políticas, entonces, el aparato
judicial actúa, investiga y detiene a los delincuentes. Pero para las familias
de la clase trabajadora es un calvario y se topa con la negligencia y la
incapacidad de funcionarios en los ministerios públicos y juzgados.
Reitero, que
cada municipio el responsable de darles seguridad a las familias es la
autoridad municipal. En Orizaba hay responsables para garantizar la paz social
y por cierto esa misma autoridad municipal a nombre del progreso se impone
pisoteando la dignidad y violando las garantías individuales del sector
informal y otro tanto no tan informal. Se persigue y se pretende acallar las
voces discordantes, a los líderes se les coopta o se les reprime. La paz social
en Orizaba, Veracruz, se rompe por aquellos que están obligados a garantizarla.
Basta mencionar
algunos ejemplos: El 10 de febrero de 2011 una manifestación pacífica de
comerciantes ambulantes que se celebraba frente del palacio municipal de
Orizaba, Veracruz, fue reprimida y 11 militantes encarcelados, entre los
detenidos se encontraban los activistas Maximino Antonio Jiménez y Gabriel
Gómez Cañas. Este último desaparece el 25 de marzo del
mismo año, después de salir de un plantón instalado en parque Apolinar
Castillo. Hasta ahora el Ministerio Público y el mismo subprocurador, han
manifestado que ya agotaron todas las diligencias y que se toparon con una
pared. Gabriel Gómez Cañas no era hijo de un empresario y tampoco era familiar
de un político connotado amigo del gobernador o del presidente de la republica,
el era un activista y defensor de las familias que sobreviven del comercio
informal.
La mayoría de
los líderes del mercado Zapata fueron cooptados por la autoridad municipal, no
así Tomasa López Peralta, que surge encabezando a un grupo importante de
comerciantes de citado zoco, es acosada y perseguida por elemento policiacos;
ademas amenazada de muerte por el comandante de policía municipal, pero no se
ha hecho nada al respecto. La autoridad municipal y el departamento jurídico
han utilizado la intriga y manejado ante la prensa el asunto legaloide para
presionar sicológicamente a los comerciantes del mercado Zapata que solo piden
un acuerdo digno que no perjudique a su de por si deteriorada economía.
El alcalde se ha
tenido que enfrentar con los comerciantes establecidos de la calle madero, no
hubo acuerdos y consensos, solo hubo la decisión autoritaria del alcalde
Orizabeño para cerrarla a la circulación, poner estatuas y flores.
Y el caso más
reciente es la desaparición de Lenin Antonio Pérez, este martes 9 de octubre a
las 8 de la noche, con 13 años de edad, estudiante de secundaria, hijo del
activista Maximino Antonio Jiménez.
El ciudadano
común se encuentra entre la frustración y preocupación, los luchadores sociales
se encuentran ante un gobierno municipal y ante un aparato judicial que solo funciona
para los adinerados y políticos influyentes.
Mientras tanto
Hugo Chahìn Maluli no oye y no ve estos argumentos, porque él es un empresario
“honesto” y “exitoso”, cuasidios, omnipotente y sempiterno, así se siente a esa
autoridad municipal que ha golpeado a familias del comercio informal, porque su
actuación arbitraria y prepotente ha dejado mucho que desear. La paz social no
existe porque el mismo alcalde se ha encargado de sembrar el odio y el encono.
No existe paz social mientras haya desapariciones de personas. No es posible
que siga ese estado de cosas, cuando deberían ser las autoridades las que
deberían de dar esa confianza a la ciudadanía, pero no es así…
Ante el miedo y
la frustración del ciudadano se encuentra inerme… es hora que Javier Duarte
intervenga en Orizaba o será cómplice de este cuasidios Orizabeño. Esperamos
noticias de la pronta aparición de Lenin Antonio Pérez.
Por Andres Gomez
Ojeda