El gobernador de Veracruz, Javier Duarte. Foto: Yahir Ceballos
|
MÉXICO, D.F. (apro).- A cada paso que da el gobierno del priista Javier Duarte para promover su imagen pública como un mandatario preocupado por la situación de los periodistas en su entidad, surgen nuevos hechos que acreditan a Veracruz como “una de las regiones más peligrosas del mundo para el ejercicio periodístico”, según calificaron la Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias (WAN-IFRA) y el World Editor Forum, la semana pasada.
El vergonzoso reconocimiento que le dio la Asociación Mexicana de Editores (AME) a Duarte de Ochoa por ser un “protector” de los periodistas se ha caído por su propio peso. No sólo se han deslindado una decena de periódicos (Notiver, El Mundo de Córdoba, El Diario de Juárez, Correo de Guanajuato, Imagen de Zacatecas, Síntesis de Puebla, Hidalgo y Tlaxcala o El Mundo de Tehuacán), también la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
En un escueto comunicado, la SIP se deslindó el lunes 8 de cualquier responsabilidad en el reconocimiento al mandatario, un hecho que, más bien, se ha leído como una bofetada al gremio periodístico. La SIP desmintió a Julio Bazán Gómez, gerente de la AME, quien dijo que el galardón a Duarte se decidió del 8 al 11 de marzo pasados, en el marco de la reunión de la SIP en Puebla.
No acababa de pasar la ola de repudio al ‘chayopremio’ para un mandatario que en menos de tres años de administración ya registra nueve periodistas asesinados, tres desaparecidos y una decena de corresponsales y fotógrafos que han decidido salir de la entidad, cuando se confirmó el despido de la conductora Verónica Danell, del noticiero de la empresa Mega Noticias.
“No se puede hacer periodismo en tiempos de Duarte”, sentenció Verónica Danell. En su cuenta de Twitter @verodanell la conductora también señaló este martes que “la presión a los periodistas es como el aire, no se ve, pero se siente”.
A Danell le hicieron saber el descontento de la gerencia de Mega Noticias por haber difundido el video donde se escucha la pifia de Enrique Peña Nieto cuando confundió la capital de Veracruz con Boca del Río. En lugar de dejar pasar el episodio como uno más de los capítulos tragicómicos de las metidas de pata de Peña Nieto, Mega Noticias –quizá bajo la presión de la oficina de Comunicación Social del gobierno de Duarte– magnificó más el episodio.
Otros elementos pesaron en la decisión de correr a la comunicadora. Según su propio testimonio, Danell fue considerada como una periodista “no controlable” e incómoda por haber criticado también el despilfarro de 2 millones de pesos de la alcaldesa de Xalapa, Elizabeth Morales, para pintar cruceros peatonales. También cometió la osadía de leer al aire comentarios de la audiencia en contra del gobernador Javier Duarte. En las críticas muchos veracruzanos hacían mofa de la gordura de Duarte.
No es el primero ni el último caso de censura y de autocensura en estos primeros meses de 2013 en Veracruz. Entre enero y marzo se registraron seis agresiones contra periodistas en la entidad, según el reporte trimestral de la organización Artículo 19, la misma que ha tenido un desencuentro con Duarte al haber exhibido las cuentas secretas de los millonarios pagos de publicidad de su administración a los medios dóciles.
Sentencia al presunto asesino de Regina
En coincidencia con el escándalo que se ha suscitado en redes y medios digitales –la mayoría de la prensa nacional prefiere evadir la crítica a Duarte para no dañar jugosos convenios publicitarios–, el Poder Judicial veracruzano informó que José Antonio Hernández Silva, El Silva, fue sentenciado a 38 años de prisión y al pago de 80 mil pesos por “reparación del daño” por ser uno de los presuntos autores materiales del homicidio de Regina Martínez, corresponsal de Proceso en Veracruz.
Las autoridades veracruzanas ratificaron así la principal línea de investigación del caso Regina Martínez de la Procuraduría estatal: a la reportera no la mataron por su trabajo periodístico, sino para robarle.
Hernández Silva tiene 38 años, es analfabeta, y de manera mendaz las autoridades divulgaron el estado serológico del presunto homicida como si fuera necesario para “construir el caso” que para muchos observadores se parece más al de un chivo expiatorio.
El otro presunto asesino José Adrián Hernández Domínguez, El Jarocho, se encuentra prófugo y las autoridades no han dado con su paradero.
Regina Martínez fue asesinada el 27 de abril del año pasado. Su crimen levantó una ola de indignación y repudio por la extrema precariedad de los periodistas que buscan ejercer de manera crítica y responsable su trabajo en los tiempos del priista Javier Duarte.
No había transcurrido ni un mes del crimen de Regina cuando fueron encontrados los cuerpos de tres reporteros gráficos: Guillermo Luna Varela, Gabriel Huge Córdova, ambos exfotógrafos de Veracruz News, y de Esteban Rodríguez, de diario AZ.
El asesinato de Regina Martínez agudizó el miedo y la sensación de persecución que muchos reporteros veracruzanos viven.
Inamovible, la coordinadora general de Comunicación Social del gobierno del estado, Gina Domínguez, sigue presionando a aquellos medios “amigos” o “clientes” para que cualquier crítica al mal estado de la prensa en Veracruz no trascienda.
Son tiempos de censura en Veracruz. Y, al parecer, Duarte sigue creyendo que es un protector de periodistas.
Comentarios: www.homozapping.com.mx