Juan José Olivares
Periódico La Jornada
Viernes 4 de octubre de 2013, p. 9
La tv debe formar ciudadanos, no televidentes, asegura
Considera desafortunados los dichos de Salinas Pliego, de que Imevisión era una colección de fierros obsoletos cuando la compró
El periodista, escritor, locutor, cantautor, conductor y en algún tiempo
aspirante a funcionario público Jorge Saldaña ironiza:Mi mamá me dio en toda la
madre.
Lo dice porque su progenitora tenía el
gusto de exponerlo en la ventana de su casa –bien peinadito y empolvadito– en
el pueblo veracruzano Banderilla, para que lo viera la gente, lo que en su
opinión, fue una razón sicoanalista de mi vanidad, pero también el origen
de por qué se hizo adicto a estos menesteres”; es decir, a aparecer en la
televisión, medio que conoce muy bien y para el cual ha trabajado muchos años
en la conducción de varios programas(Sábados Culturales, Desayunos con
Saldaña, Anatomías, Sábados con Saldaña, Sopa de Letras, Nostalgia yAñoranzas...)
en los cuales ha mostrado orgánicamente su forma de pensar, y que le han
servido de plataforma de difusión de temas de interés cultural, social y
político.
Por lo mismo, el ácido conductor se ha
acostumbrado a que no lo contraten por ser crítico, al aire y fuera de él y
rechaza contundente la censura.
Saldaña es el vociferador de que
en México vivimos en una televicracia.
Recuerda a La Jornada lo
que ha dicho desde hace algunos años: El gobierno y el sistema mexicano
han puesto en los hombres endebles de la televisión una gran fuente de poder.
Y reconoce que en la actualidad se
gobierna por medio del noticiero. Los gobiernos han colaborado con la ideología
y el sistema que estructura el pensamiento de la televisión.
Aniversario de TV Azteca
El motivo de la charla con Saldaña (Banderilla, 1931) es por los
comentarios que hizo Ricardo Salinas Pliego en el aniversario número 20 de TV
Azteca (celebración a la que asistió parte de la clase política del país,
incluido el presidente Enrique Peña Nieto), que no me resultan
afortunados.
El dueño de la televisora comprada al
gobierno de México hace 20 años detalló en ese acto cómo recibió lo que fue la
estatal Imevisión. Dijo: Ha cambiado la forma de hacer televisión, no
solamente en México, sino en el mundo, y podemos decir, sin duda, que no hay
ninguna comparación entre lo que era Imevisión, una empresa paraestatal, y lo
que hoy es Azteca. En 93 esto era una colección de fierros obsoletos que en el
mejor de los casos ofrecía una cobertura irregular y deficiente de nuestra
señal.
Salinas agregó: Era menos de 5 por
ciento del auditorio nacional el que veía Imevisión en esa época y en cuanto a
participación de mercado les puedo decir que era cero. Y a nivel mundial
podemos decir con orgullo que somos el segundo productor de contenido en
español y exportamos programación a más de 90 países.
La palabra contenidos encrespó
a Jorge Saldaña, quien en la charla con este medio, asegura: En las
apreciaciones de Salinas, que me merece todo respeto, hay términos que no me
resultan afortunados, como eso de que esa televisora estaba hecha pedazos, que
eran fierros viejos y que ha habido un cambio enorme y se ha transformado en
una industria importante... que es una privatización exitosa... Que es
productora de contenidos. Todo eso niega la existencia del canal donde yo tuve
la suerte de colaborar 20 años, aunque fui despedido sin indemnización y de
forma irregular y sucia.
Abunda: “Salinas habla de que los
contenidos del canal apuestan por la democracia, que hay capacidad de conquista
de auditorios y que se ha dado empleos a muchos especialistas. Los criterios
del señor Salinas privan también en la parte política rectora del pensamiento
nacional. Cuando afirma que están aportando a la evolución de México por contar
con el Juguetón, A quien corresponda, algo que llaman
Fundación Azteca y Vive sin drogas, él menciona también como aportaciones de
contenidos el hecho de que sus telenovelas se ven en muchos países, a eso le
llama contenido. No creo que eso sea el contenido, que es una voluntad interior
de no perjudicar del auditorio, de hacer televisión que forme ciudadanos, no
televidentes. Para mí los contenidos tienen que ver con los valores”.
Saldaña, quien estudió derecho en la
Universidad Veracruzana, derecho internacional en La Haya y periodismo en
Madrid, agrega: En su jerarquía de valores no los culparía. Recuerdo
cuando Emilio (Azcárraga) nos decía que hacía televisión para jodidos y cuando
alguien de la misma esencia comentaba que el minuto que no vendiera se perdía
para la eternidad, te das cuenta de la filosofía de alguien que mercantiliza lo
inexistente y contra eso, no puedes hacer nada. Como lo digo yo, lo piensan
centenas de personas, sólo que por necesidades o no lo dicen o no tienen donde
decirlo. Acepta que el canal 13 de Imevisión se debatía entre la
mercantilización y entre hacer algo cultural, pero el hecho de que no aportó te
puedo demostrar que a la fecha los criterios de utilidad televisiva surgieron
de Imevisión.
El conductor, quien también colaboró en
Televisa, menciona varios de los nombres de artistas e intelectuales que
pasaron por sus programas (como Luis Vega Monroy, Ernesto de la Peña, Felipe
San José, Ricardo Garibay, Santiago Ramírez, José Cueli, Santiago Genovés, por
mencionar a algunos).
Pregunta: Dime qué intelectuales
hay en la actualidad en TV Azteca que puedas mencionar. Esos (que estuvieron
conmigo) eran unos maestros en el uso del español y la cultura básica.
Por ello, sobre su regreso a la
televisión, en este caso a la pública en Once TV, nunca dudó que no fuera a
funcionar, porque me he pasado toda mi vida en esto. Un programa como el
mío funciona porque tiene valores y me vale madre que no haya escenografía. Me
vale que aparezca sin maquillar, que esté viejo, que tenga que usar bastón. Sé
que defiendo una causa que tiene en sí un valor: la mexicanidad, en su sección
de música. Y el hecho de hacer justicia a alguien que, por ejemplo, ha cantado
toda su vida y que a los 70 años no tiene quien le dé empleo porque no es
comercial. En este país 25 por ciento de las personas es de edad avanzada.
En el Once me aceptaron
Esos personajes a los que Jorge Saldaña se refiere no tienen cabida en
la televisión privada, porque “yo mismo he pedido trabajo en 17 lugares, en los
cuales se me ha negado. Afortunadamente en el Once me aceptaron.
–Hoy día, ¿cómo ve la televisión
pública?
–Cuando me corrieron de Imevisión
(junto con otras 600 personas) me desilusioné y me fui a París, donde encontré
trabajo. Aún era medio joven y me puse a cantar en algunos lugares. También
trabajé en la Unesco, en la radio y tv francesas... Me quedé 12 años, pero me
aburrí y regresé a Xalapa. Creo que los retos para las televisoras públicas son
grandes... también tienen pesos terribles, porque están hechas a imagen y
semejanza de las privadas”.
Ejemplifica: Les digo que dejar el
cubo del micrófono (con el sello del canal) es la presencia del patrón, es la
censura. Si tienes a un entrevistador y a un entrevistado y en medio está el
cubo, esa es la presencia del patrón. Cuando sale el gobernador con el agua en la
cintura y su entrevistador con su cubito en medio, la desgracia nacional
adquiere las características de escenografia, de montaje.
La censura, inherente al mexicano
–¿Qué es para usted la censura?
–Es inherente al mexicano. Comienza por
nosotros. Primero existe la censura y luego hay una autocensura. Pero para que
haya, debe exitir el que la impone, aunque no diga nada, y quien la ejerce: uno
mismo, que dice: esto no lo puedo decir. Estamos condenados, no es cultural, es
algo salvaje. Una vez al director de un canal le pedí que me dijera de quién no
podía hablar. Respondió que hablara de quien quisiera, pero que si había bronca
me entendiera con (la Secretaría de) Gobernación. Luego de eso, me corrió,
porque hablé de uno de sus cuates.
–¿Adónde llegaremos con esta televisión
privada?
–Sepa la madre, pero se trata de que no
lleguemos a ninguna parte. La televisión ha hecho que el mexicano se sienta
orgulloso de su ignorancia, y eso te lo demuestra la jactancia que hace TV
Azteca de sus grandes aportaciones.
Rememora: En canal 13 cada
programa tenía razón de ser. Estaba dirigido a un público, al cual no le iban a
hacer mal esas emisiones, porque no lo inducía a comprar, sino a le daba algo.
Para Saldaña, la música es plataforma
estética por la que pueden despegar parte de sus sentimientos e ideas, su
catarsis. Es una forma sutil de llegar a la gente. Y es crítico con la que
actualmente se hace para los jóvenes en el plano comercial.
Afirma que los que hacen la música que
le dan a los jóvenes no resisten un examen musical, porque sus melodías no
están constituidas y las letras no tienen ni poesía ni lógica ni léxico. Reto a
quien sea a examinar una letra de nuestra época, de compositores viejitos (como
Agustín Lara, Rafael Hernández), que sí eran cursis, pero la melodía era rica,
por eso han permanecido años. Los muchachos de ahora son víctimas, los están
engañando. Los cantantes actuales llenan plazas porque los que los escuchan son
producto de la televisión. El fenómeno es global.