Irma Eréndira Sandoval
La fotografía de falsa euforia de
Enrique Peña Nieto, su esposa y sus cercanos ante el triunfo de la selección
nacional contra Nueva Zelanda tiene un tufo de los típicos arreglos corruptos
que suelen caracterizar al futbol. Si algo se celebra en esa imagen ensayada,
no sería lavictoria de una selección mediocre, sino el alivio de Televisa
que tanto invirtió en los derechos de transmisión de la Copa Mundial.
El engañoso y perverso enaltecimiento
del consumismo del Buen Fin constituye la perfecta metáfora para la
coyuntura nacional actual. Si Peña Nieto compró la elección que lo llevó a la
Presidencia, si la Secretaría de Hacienda compró su Presupuesto de Egresos para
2014 con precios que oscilan entre 10 y 24 millones de pesos por diputado, y
los cabilderos de las grandes petroleras compran al precio que sea plumas y
conciencias con el fin de aprobar sureforma energética, ¿por qué no Televisa
habría de comprar un partido de futbol que para la selección de Nueva Zelanda
no significaba absolutamente nada?
Abundan las historias de corrupción,
fraudes y engaños en el futbol. La comisión de ética interna de la FIFA ha
tenido que reconocer la constante realización de millonarios sobornos a los más
altos funcionarios de la federación internacional. Este mismo año estos
escándalos le costaron el cargo de presidente honorario al propio Joao
Havelange y a su yerno Ricardo Teixeira, entre otros altos funcionarios.
También existe una intricada red de
corruptelas en el mundo de las apuestas futbolísticas, un gran negocio por su
propia naturaleza frecuentemente vinculado al lavado de dinero y el crimen
organizado. Esta red involucra a las más altas autoridades gubernamentales,
deportivas y empresariales de más de una decena de países europeos. La policía
europea, Europol, ha identificado a Singapur como el nodo articulador y ha
señalado que al menos 380 partidos disputados entre 2009 y 2011, varios de
ellos incluso para la clasificación a la Copa del Mundo, estuvieron amañados
con sobornos. Los más de dos millones de euros involucrados en los sobornos,
implican a casi 500 diferentes personas, entre jugadores, árbitros, jueces de
línea y desde luego, de manera preponderante, altos directivos de los clubes
involucrados.
La designación de Qatar como sede
de la Copa del Mundo para 2022 estuvo envuelta también en un gran escándalo de
corrupción involucrando la millonariacompra de la sede por el autoritario
país árabe a través de sus famosospetrodólares. Michel Platini,
presidente de la Unión Europea de Asociaciones de Futbol (UEFA), y el ex
presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, han aceptado sin pudor la
participación en las reuniones y cenas secretas con el príncipe de
Qatar, Tamin bin Hamad al-Thani. Aunque, con total descaro y cinismo,
también han declarado que ellos habrían decidido su voto a favor de Qatar en
total independencia de estos agasajos.
La magia del futbol, que de manera
genuina exige una amalgama de habilidades físicas e intelectuales, ha devenido
hoy una herramienta de dominación de las oligarquías mediáticas en su afán por
despolitizar, desmovilizar y dominar a los pueblos. La corrupción no se
engendra únicamente en entes públicos, sino que es también parte consustancial
de los actores de mercado y afecta desde ese supuesto ámbito privado
a gobiernos y ciudadanos.
La corrupción en el futbol, como en la
política, es institucional, estructural y cotidiana e involucra múltiples
dopajes, intercambio de jugadores, fraudes financieros, apuestas manipuladas,
contratos millonarios a patrocinadores y sobornos a árbitros e
instituciones futbolísticas capturadas. Esta larga lista de irregularidades no
es más que un reflejo fiel de lo que acontece también en la política electoral
de países como México, con sus vínculos entre el crimen organizado y los
poderes constituidos, los habituales fraudes electorales, el continuo
transfuguismo político, los pactos palaciegos, las concertacesiones, la captura
de las instituciones reguladoras, electorales y de justicia y, hoy como nunca
en la era de las asociaciones público-privadas, la continua asignación de
contratos millonarios a aliados, cofrades y amigos.
Después del más reciente encuentro
futbolístico entre la selección nacional de nuestro país y el equipo de Nueva
Zelanda, aquella bella formulación gramsciana del futbol como el reino de
la libertad humana ejercida al aire libreha quedado reducido hoy al
abyectoreino de las mercancías del que hablara Marx. El mediocre triunfo
del Tri, la cancelación de las celebraciones por el aniversario de
la Revolución Mexicana y el teatro del Buen Fin reflejan de manera
indiscutible la misma lógica corrupta de las oligarquías mediáticas del país.
Twitter: @Irma_Sandoval