El himno nacional es uno de los símbolos principales de la Nación, al igual que la bandera y el escudo; tiene una explicación histórica, es anacrónico -en muchos sentidos-, y una reliquia interesante del nacionalismo mexicano, apuntaron Leonor Correa, profesora de la Universidad Iberoamericana y César Villanueva, maestro también de la Ibero.
En entrevista para Aristegui CNN, Correa dijo que “se ha discutido mucho la vigencia del himno, porque se habla de que el contenido es muy bélico, se habla de guerra, de violencia, se habla de muerte en honor de la patria, tiene muchos elementos y se discuten qué tanto nos representa, o representa México ese himno, con ese contenido que respondió a una época distinta. La parte importante es eso, como un símbolo que se construye cuando México se convierte en una nación independiente”.
“Ciertamente el himno es producto de una convocatoria en 1853, cuando gobernaba Santa Ana, en el momento en que surge es un contexto de un país que ha vivido varios sucesos bélicos y responde a ese contexto”, indicó.
Por su parte, César Villanueva afirmó que “el himno nacional, como los símbolos patrios,cumple una función interna para México, en términos de cohesionar para cuestiones militares, para la defensa de una nación, para exaltar valores nacionales, historias, personajes, en ese sentido cumplen una función muy importante, el consumo interno. Todos los estados tienen himnos y van aparejados a los nacionalismos, casi todos se consolidan en el siglo XIX”.
En el caso mexicano, “el himno tuvo modificaciones, se han hecho cambios. En la Segunda Guerra Mundial, México adopta el himno, en 1943”, recordó.
Abundó que “hay una ansiedad del Estado mexicano de consolidar una identidad nacional, una identidad patriótica y entonces el himno nacional ayuda a que esas identidades queden establecidas no sólo por un dicho, sino como un reglamento que existe, que regula la manera de cómo se debe de utilizar no solo el himno nacional, sino todos los símbolos patrios, eso es significativo”.
“En muchos sentidos hay que entenderlo como elemento de la historia”, subrayó Villanueva.
La letra del himno fue compuesta por el poeta Francisco González Bocanegra en 1853, mientras su música fue compuesta en 1854, obra del músico español Jaime Nunó.
Aquí el himno completo:
Coro
Mexicanos, al grito de guerra
El acero aprestad y el bridón;
Y retiemble en sus centros la tierra
Al sonoro rugir del cañón.
Coro
Mexicanos, al grito de guerra
El acero aprestad y el bridón;
Y retiemble en sus centros la tierra
Al sonoro rugir del cañón.
I
Ciña ¡Oh Patria! tus sienes de oliva
de la paz el arcángel divino,
que en el cielo tu eterno destino
por el dedo de Dios se escribió.
Mas si osare un extraño enemigo
profanar con su planta tu suelo,
piensa ¡Oh Patria querida! que el cielo
un soldado en cada hijo te dio.
II
¡Guerra, guerra sin tregua al que intente
de la patria manchar los blasones!
¡guerra, guerra! los patrios pendones
en las olas de sangre empapad.
Guerra, guerra! en el monte, en el valle,
los cañones horrísonos truenen
y los ecos sonoros resuenen
con las voces de ¡Unión! ¡Libertad!
III
Antes, Patria, que inermes tus hijos
bajo el yugo su cuello dobleguen,
tus campiñas con sangre se rieguen,
sobre sangre se estampe su pie.
Y tus templos, palacios y torres
se derrumben con hórrido estruendo,
y sus ruinas existan diciendo:
de mil héroes la patria aquí fue.
IV
¡Patria! ¡Patria! tus hijos te juran
exhalar en tus aras su aliento,
si el clarín con su bélico acento
los convoca a lidiar con valor.
¡Para ti las guirnaldas de oliva!
¡un recuerdo para ellos de gloria!
¡un laurel para ti de victoria!
¡un sepulcro para ellos de honor!
Ciña ¡Oh Patria! tus sienes de oliva
de la paz el arcángel divino,
que en el cielo tu eterno destino
por el dedo de Dios se escribió.
Mas si osare un extraño enemigo
profanar con su planta tu suelo,
piensa ¡Oh Patria querida! que el cielo
un soldado en cada hijo te dio.
II
¡Guerra, guerra sin tregua al que intente
de la patria manchar los blasones!
¡guerra, guerra! los patrios pendones
en las olas de sangre empapad.
Guerra, guerra! en el monte, en el valle,
los cañones horrísonos truenen
y los ecos sonoros resuenen
con las voces de ¡Unión! ¡Libertad!
III
Antes, Patria, que inermes tus hijos
bajo el yugo su cuello dobleguen,
tus campiñas con sangre se rieguen,
sobre sangre se estampe su pie.
Y tus templos, palacios y torres
se derrumben con hórrido estruendo,
y sus ruinas existan diciendo:
de mil héroes la patria aquí fue.
IV
¡Patria! ¡Patria! tus hijos te juran
exhalar en tus aras su aliento,
si el clarín con su bélico acento
los convoca a lidiar con valor.
¡Para ti las guirnaldas de oliva!
¡un recuerdo para ellos de gloria!
¡un laurel para ti de victoria!
¡un sepulcro para ellos de honor!