El fin de semana pasado,
el Partido Revolucionario Institucional (PRI) reveló sus listas de candidatos a
diputados plurinominales, los que no son elegidos directamente por los
ciudadanos pero que cada instituto político asigna –según el porcentaje que obtenga
en las urnas– a militantes a los que debe favores o simplemente a aquellos que
pertenecen a la cúpula del poder en turno y se les designa por “dedazo” para
conservar influencia o perpetuarse.
Entre
la selección del tricolor están desde políticos que se mantenían en la
“congeladora”, como es el caso de Enrique Jackson Ramírez, hasta el actual coordinador
general de Comunicación Social de la Presidencia de la República, David López Gutiérrez, un hombre
que ha trabajado para el Presidente Enrique Peña Nieto desde 2005, cuando se convirtió
en Gobernador del Estado de México.
Otros
favorecidos en la lista de los pluris del PRI son, por ejemplo, Guillermina de la Torre Malváez,
madre del defenestrado dirigente priista en la Ciudad de México, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre,
quien fue acusado de operar una red de prostitución incluso desde el edificio
sede del tricolor en el Distrito Federal.
Además
está la popular actriz Carmen Salinas Lozano,
quien siempre ha confesado ser priista de hueso colorado y a quien se le conoce
también como “la reina de los memes” en las redes sociales, pues los usuarios
usan su imagen para mofarse de casi cualquier tema.
También
aparecen dos influyentes herederas: Sylvana Beltrones Sánchez, hija de Manlio Fabio Beltrones Rivera, actual
coordinador de los diputados del PRI, y esposa de Pablo Escudero Morales, Senador por el Partido Verde
Ecologista de México (PVEM), así comoMariana Moguel Robles, hija de Rosario Robles Berlanga, titular de
la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
Para
analistas políticos, esta lista de personajes tan disímbolos –la mayoría
cuestionados o sin experiencia alguna– muestra que el PRI tiene una real crisis
de cuadros pero, además, reafirma que ese partido no ha cambiado un ápice en
más de 70 años, pues mantiene la agenda del cinismo ante la sociedad mexicana,
no obstante que hoy la desconfianza de los ciudadanos por los institutos
políticos es la mayor de la historia moderna del país.
La
lista de plurinominales del tricolor refuerza lo que ya sabemos: que al PRI lo
menos que le interesa es hacer buen gobierno, sino mantener el “hueso” a toda
costa y repartirlo entre las familias y los grupos políticos que hoy encabezan
la administración federal. Y decimos “refuerza”, porque después de siete
décadas de gobierno, no hay mexicano que no sepa que ese es el estilo de un
Revolucionario Institucional acostumbrado a imponer su ley, no importa que sea
con desaseo, trampas, nepotismo, corrupción y opacidad.
Ese
ha sido su estilo, y así seguirá, según deja la lección de este fin de semana.
Su agenda está más clara que el agua: no hay espacio para la democracia ni
interna ni externa, no se elige a los mejores sino a los que pueden mantener
intocable el sistema del agandalle, y no hay una preocupación por las demandas
más sentidas de la población pues lo primero es pagarse cuotas y perpetuar el
poder entre sus familias.
La
agenda del cinismo es la misma que el tricolor le ha aplicado a los mexicanos
por décadas, y no sólo se remite a una lista de plurinominales sino a prácticamente
todas sus acciones como partido y como gobierno.