Javier Corral Jurado
El Presidente de la República
Enrique Peña Nieto, su Secretario de Hacienda Luis Videgaray, el jefe de la
Oficina de la Presidencia Aurelio Nuño y Alejandra Lagunes, la encargada de
redes digitales del Gobierno, están sumamente preocupados por la aparición de
la plataforma MéxicoLeaks. Cada quien desde su ámbito ha hecho sentir la
presión y han expresado sus inquietudes a diversos actores, incluidos
opositores al gobierno.
Mexicoleaks es una plataforma digital independiente que permitirá a los ciudadanos enviar de manera segura y anónima, información y documentos de interés público a medios de comunicación y organizaciones no gubernamentales para que sea investigada, verificada, analizada y compartida. Es una iniciativa de Free Press Unlimited, una organización no gubernamental holandesa y un trabajo conjunto de Globaleaks y Associate Whistlebowing Press, que pretende ayudar a periodistas de diversas partes del mundo a la construcción de un mecanismo de comunicación que permita revelar información de interés público.
En entrevista Albana Shala, Coordinadora de Free Press Unlimited, señaló que pensaron en México porque “es un país con muchos problemas y muchos riesgos para periodistas que son perseguidos o asesinados solo por hacer su trabajo, es decir informar a la gente”. El grupo de medios de comunicación y de organizaciones no gubernamentales que se unieron a esta importante iniciativa cuentan con todo el prestigio pues su labor los respalda: Animal Político, EmeEquis, Más de 131, Periodistas de a Pie, Poder, Proceso, La Red en Defensa de los Derechos Digitales y la “Unidad de Investigaciones Aristegui/MVS”.
Lo que conmocionó a los cuatro personajes que realmente ejercen el poder en el gobierno, fue la inclusión en ese conglomerado de medios, de la unidad de investigaciones especiales de Carmen Aristegui, sobre todo conscientes de que uno de los asuntos con los que puede estrenarse la nueva plataforma, es una investigación periodística que ya realizaba el equipo de la directora y conductora de la primera emisión de Noticias MVS: la casa que Luis Videgaray compró a Grupo Higa - de Juan Armando Hinojosa Cantú - en una auténtica ganga de 7.5 millones de pesos, la que en realidad tiene un valor aproximado de 3 millones de dólares. Esa casa originalmente fue propiedad de Nelson Vargas, quien se desempeñó durante el gobierno de Vicente Fox, como Presidente de la Comisión Nacional del Deporte, y así la registró en su declaración patrimonial en el año 2000.
No preocupa sólo la potencia del programa que Carmen Aristegui ha construido a lo largo de los últimos seis años en el cuadrante radiofónico mexicano con su línea crítica - un auténtico cañón contra el silencio casi generalizado de los medios electrónicos - sino que desde su regreso a MVS el 1 de enero de 2009, tras su abrupta salida de W Radio, ella escapó del control editorial de la empresa en una relación contractual que convino blindar el mayor valor que la periodista colocó en la negociación: su libertad de expresión. No es casual que desde entonces a la fecha su programa anuncie su condición de "Mas libre que nunca".
Ese contrato que es confidencial para las partes, tuvo como anexo complementario de su clausulado, un Acuerdo General de Política Editorial y Código de Etica que tanto la periodista como la empresa decidieron hacer público y colocar en su página web durante el conflicto que se suscitó en febrero de 2011 y la mantuvo a ella fuera del aire por dos semanas; conflicto en el que actué como mediador y del que, entre los mecanismos de solución, se creó la figura del Ombudsman de la audiencia, hecho pionero en la radiodifusión comercial.
Pero ese ideal de relación laboral entre periodistas y empresarios es casi imposible en el mundo actual tan decantado por el interés económico, y mucho menos en México, donde el gobierno de Enrique Peña Nieto ha volcado décadas atrás en el control y sometimiento de la gran mayoría de los medios de comunicación, no sólo por la vía de cuantiosos recursos destinados a la cooptación, sino de las peores formas de intimidación, chantaje, hostigamiento empresarial y personal. Un vendaval de regresiones autoritarias atraviesan a nuestro país, y la cancelación de los pocos espacios críticos no iba a constituir una excepción, porque el nivel de arrogancia e incompetencia en el equipo más cercano a Peña Nieto es para la antología de la evolución hacia lo peor. Instalados en una lógica de corto plazo para ir atajando el escándalo inmediato, han acumulado en sólo dos años casi todos los elementos para detonar el conflicto social; hicieron desaparecer aquella sensación creada por ellos mismos de que, en efecto, venían nuevos tiempos para México, grandes reformas y prosperidad. A largo plazo, lo único en lo que están pensando es cómo proteger al Presidente Peña Nieto cuando deje de serlo, cómo construirle su impunidad transexenal.
Todo lo anterior es lo que está en el fondo del nuevo conflicto entre Carmen Aristegui y la empresa MVS. Existe una gran presión para que la empresa - por su propia naturaleza más susceptible a las exigencias del gobierno - recupere control editorial sobre las cuatro horas diarias que actualmente tiene sueltas y son, coincidentemente, las más escuchadas de toda la radio en México. Juntos todos los conductores del horario matutino en las frecuencias am y fm del Distrito Federal, incluídos los combos radiofónicos, no le llegan ni a los talones a la primera emisión de Noticias MVS con Carmen Aristegui.
Si no fuera así, no tendría ninguna explicación, sentido o racionalidad lo que ha venido sucediendo en estos últimos días en MVS, y su relación con la periodista. Sobre todo el sui generis método de plantear públicamente mediante desplegados en los principales periódicos de la ciudad de México, spots en la propia emisora y específicamente dentro de su programa, el diferendo; sin ni siquiera haberselo notificado a la interesada. A mi me sobrecogió escuchar ese mensaje, en los que sin nombrar a la periodista, se mencionaba que ésta había caído en engaños y se dejaba asentado ni mas ni menos que la comisión de un delito, ¡abuso de confianza!. No sólo eso, también se advertía que MVS tomaría “las medidas pertinentes y necesarias a fin de que sus recursos humanos, tecnológicos, financieros y materiales, no sean utilizados para fines distintos para los que fueron creados y sirvan a intereses particulares que nada tienen que ver con el periodismo que realiza la empresa”.
No sólo se aparta la forma de las vías civilizadas convenidas para dar cauce al arreglo o la terminación de la relación contractual, sino que se usó una rudeza innecesaria. El Ombudsman de MVS Noticias, Gabriel Sosa Plata, ha señalado que se trata de una "campaña inédita y desproporcionada". “Los desacuerdos editoriales o de otro tipo que existen en cualquier empresa periodística no son en general públicos. […] En lugar del diálogo y el acuerdo, la empresa recurrió a la estridencia mediática, sin ninguna aportación al ejercicio de libertad de expresión y el derecho a la información de la sociedad. Por el contrario, se hizo un daño a la imagen de los periodistas y de la marca que supuestamente se pretendía defender con esta campaña mediática.”
Es claro que al magnificar el asunto, al exagerar el alcance, no sólo se buscó alterar el ánimo de la periodista, o sacarla de sus casillas como se dice, asfixiar el ambiente y escalar el conflicto para que ella tomara la valiente y digna decisión de pararse y abandonar la cabina, sino también para acreditarle fehacientemente al gobierno que MVS como empresa nada tiene que ver con MexicoLeaks, y mucho menos destina un sólo centavo para su creación. Incluso todavía más, que es capaz de regañar públicamente a su conductora estrella. Pero la empresa no pudo marcarle la primera falta porque la periodista puso en operación una insospechada autocontención personal: “Si alguien quiere crear un pleito artificial aquí no cuenten con nosotros, nosotros apostamos porque este espacio se mantenga abierto, libre, independiente y haciendo periodismo para la audiencia.” Entonces MVS decidió echar a Daniel Lizarraga e Irving Huerta, ese par de manos hábiles que ayudan a la periodista a desmadejar los expedientes y armar los casos, como el de la Casa Blanca. No sólo eso, a los reporteros despedidos se les aseguraron los equipos de cómputo en los que guardaban las investigaciones iniciadas.
Ya para entonces había iniciado un revuelo en las redes sociales, desconcierto sobre el futuro de Carmen Aristegui y molestia de los radioescuchas por los despidos. Surgió el hashtag #EnDefensaDeAristegui, y miles de mensajes viralizaron la exigencia de que la periodista no saliera de la radio, lo que luego tomó forma en la plataforma change.org que hasta el momento de cerrar este texto, superaba la cantidad de 143,000 firmas de respaldo a la petición, recolectadas en cuatro días.
Pero nada parece atemperar el ánimo de la empresa para deshacerse de la comunicadora. Al exigir Aristegui el viernes por la mañana la reinstalación de los dos reporteros - "pues lejos de despedirlos, deberíamos premiarlos..."-, como condición para seguir adelante, MVS respondió con una propuesta de nuevos lineamientos en materia de política editorial que obligarán a sus cuatro conductores de noticieros a partir de este lunes 16 de marzo. Se trata de una propuesta que en términos reales busca rescindir el contrato base de la periodista, pues lo modifica esencialmente, así como hacer a un lado el actual acuerdo de política editorial y código de ética. Son lineamientos anti casas blancas, contra filtraciones. Esencialmente contrarios al derecho a la información consagrado en la Constitución. La empresa decidió hacerlos públicos, me supongo que descontando la verguenza que debe causarles asumir como propios esos textos ajenos a su historia, talante y convicciones.
Firmé en change.org la petición #CarmenSeQueda. Estoy convencido que se trata de silenciar desde la Presidencia de la República a la voz más crítica, valiente e informada que tienen los poderes fácticos y formales frente sí. Veo flaquear nuevamente a MVS, y he hecho llegar por diversos conductos mi punto de vista. En esta ocasión mi opinión no cuenta ni ha resultado importante. Soy amigo de Joaquin Vargas Guajardo, el Presidente de MVS y sé que este artículo lo puede molestar hondamente, me disculpo de antemano. Hemos construido una amistad basada en la honestidad, la verdad y el respeto a nuestras diferencias. Si alguien sabe que milito en el interés público es él, y que dadas las actuales circunstancias que vive México, de brutal regresión autoritaria y escandalosa corrupción política, volverme otra vez neutral no me queda, y menos quedarme callado. Lo que está en juego es demasiado y sé que tras este silenciamiento viene la represión. No es casualidad que un policía sea el Secretario de Gobernación.
P.D. El jueves 12 de marzo pasado se inició en Chihuahua la Jornada Estatal de Concientización y Movilización de UNION CIUDADANA que culminará en su primera etapa el 18 de abril con una marcha del silencio que partirá de la glorieta de Pancho Villa al Palacio de Gobierno, en la Plaza Hidalgo. La cita es a las 4:30 de la tarde y estarán con nosotros diversos líderes políticos, sociales e intelectuales del país. Será una jornada histórica en defensa de nuestras libertades políticas y en contra de la corrupción e impunidad de César Duarte Jaquez.
Las actividades se iniciaron con la presentación del video documental Los Porros de Duarte que exhibe con toda claridad y detalle la acción provocadora y las diversas agresiones que enfrentó la manifestación pacífica de UNION CIUDADANA el pasado 28 de febrero, a manos de porros enviados por César Duarte y Javier Garfio, que resultaron la mayoría empleados del municipio y del gobierno del Estado, entre ellos, el mismísimo Federico Guevara, director de comunicación social del Gobierno estatal. El video se exhibirá también en la Ciudad de México en un acto coordinado por el ex-consejero electoral Alfredo Figueroa y el escritor Ricardo Raphael.
El atentado al derecho de libre manifestación de los chihuahuenses, por quienes se dicen nuestros gobernantes, da cuenta de la regresión y la tiranía que se ha instalado en nuestra entidad. Invitamos a tod@s a compartir y difundir este video por cualquier medio a su alcance. Se encuentra en YouTube: http://youtu.be/h8YfrPepLkw .
Mexicoleaks es una plataforma digital independiente que permitirá a los ciudadanos enviar de manera segura y anónima, información y documentos de interés público a medios de comunicación y organizaciones no gubernamentales para que sea investigada, verificada, analizada y compartida. Es una iniciativa de Free Press Unlimited, una organización no gubernamental holandesa y un trabajo conjunto de Globaleaks y Associate Whistlebowing Press, que pretende ayudar a periodistas de diversas partes del mundo a la construcción de un mecanismo de comunicación que permita revelar información de interés público.
En entrevista Albana Shala, Coordinadora de Free Press Unlimited, señaló que pensaron en México porque “es un país con muchos problemas y muchos riesgos para periodistas que son perseguidos o asesinados solo por hacer su trabajo, es decir informar a la gente”. El grupo de medios de comunicación y de organizaciones no gubernamentales que se unieron a esta importante iniciativa cuentan con todo el prestigio pues su labor los respalda: Animal Político, EmeEquis, Más de 131, Periodistas de a Pie, Poder, Proceso, La Red en Defensa de los Derechos Digitales y la “Unidad de Investigaciones Aristegui/MVS”.
Lo que conmocionó a los cuatro personajes que realmente ejercen el poder en el gobierno, fue la inclusión en ese conglomerado de medios, de la unidad de investigaciones especiales de Carmen Aristegui, sobre todo conscientes de que uno de los asuntos con los que puede estrenarse la nueva plataforma, es una investigación periodística que ya realizaba el equipo de la directora y conductora de la primera emisión de Noticias MVS: la casa que Luis Videgaray compró a Grupo Higa - de Juan Armando Hinojosa Cantú - en una auténtica ganga de 7.5 millones de pesos, la que en realidad tiene un valor aproximado de 3 millones de dólares. Esa casa originalmente fue propiedad de Nelson Vargas, quien se desempeñó durante el gobierno de Vicente Fox, como Presidente de la Comisión Nacional del Deporte, y así la registró en su declaración patrimonial en el año 2000.
No preocupa sólo la potencia del programa que Carmen Aristegui ha construido a lo largo de los últimos seis años en el cuadrante radiofónico mexicano con su línea crítica - un auténtico cañón contra el silencio casi generalizado de los medios electrónicos - sino que desde su regreso a MVS el 1 de enero de 2009, tras su abrupta salida de W Radio, ella escapó del control editorial de la empresa en una relación contractual que convino blindar el mayor valor que la periodista colocó en la negociación: su libertad de expresión. No es casual que desde entonces a la fecha su programa anuncie su condición de "Mas libre que nunca".
Ese contrato que es confidencial para las partes, tuvo como anexo complementario de su clausulado, un Acuerdo General de Política Editorial y Código de Etica que tanto la periodista como la empresa decidieron hacer público y colocar en su página web durante el conflicto que se suscitó en febrero de 2011 y la mantuvo a ella fuera del aire por dos semanas; conflicto en el que actué como mediador y del que, entre los mecanismos de solución, se creó la figura del Ombudsman de la audiencia, hecho pionero en la radiodifusión comercial.
Pero ese ideal de relación laboral entre periodistas y empresarios es casi imposible en el mundo actual tan decantado por el interés económico, y mucho menos en México, donde el gobierno de Enrique Peña Nieto ha volcado décadas atrás en el control y sometimiento de la gran mayoría de los medios de comunicación, no sólo por la vía de cuantiosos recursos destinados a la cooptación, sino de las peores formas de intimidación, chantaje, hostigamiento empresarial y personal. Un vendaval de regresiones autoritarias atraviesan a nuestro país, y la cancelación de los pocos espacios críticos no iba a constituir una excepción, porque el nivel de arrogancia e incompetencia en el equipo más cercano a Peña Nieto es para la antología de la evolución hacia lo peor. Instalados en una lógica de corto plazo para ir atajando el escándalo inmediato, han acumulado en sólo dos años casi todos los elementos para detonar el conflicto social; hicieron desaparecer aquella sensación creada por ellos mismos de que, en efecto, venían nuevos tiempos para México, grandes reformas y prosperidad. A largo plazo, lo único en lo que están pensando es cómo proteger al Presidente Peña Nieto cuando deje de serlo, cómo construirle su impunidad transexenal.
Todo lo anterior es lo que está en el fondo del nuevo conflicto entre Carmen Aristegui y la empresa MVS. Existe una gran presión para que la empresa - por su propia naturaleza más susceptible a las exigencias del gobierno - recupere control editorial sobre las cuatro horas diarias que actualmente tiene sueltas y son, coincidentemente, las más escuchadas de toda la radio en México. Juntos todos los conductores del horario matutino en las frecuencias am y fm del Distrito Federal, incluídos los combos radiofónicos, no le llegan ni a los talones a la primera emisión de Noticias MVS con Carmen Aristegui.
Si no fuera así, no tendría ninguna explicación, sentido o racionalidad lo que ha venido sucediendo en estos últimos días en MVS, y su relación con la periodista. Sobre todo el sui generis método de plantear públicamente mediante desplegados en los principales periódicos de la ciudad de México, spots en la propia emisora y específicamente dentro de su programa, el diferendo; sin ni siquiera haberselo notificado a la interesada. A mi me sobrecogió escuchar ese mensaje, en los que sin nombrar a la periodista, se mencionaba que ésta había caído en engaños y se dejaba asentado ni mas ni menos que la comisión de un delito, ¡abuso de confianza!. No sólo eso, también se advertía que MVS tomaría “las medidas pertinentes y necesarias a fin de que sus recursos humanos, tecnológicos, financieros y materiales, no sean utilizados para fines distintos para los que fueron creados y sirvan a intereses particulares que nada tienen que ver con el periodismo que realiza la empresa”.
No sólo se aparta la forma de las vías civilizadas convenidas para dar cauce al arreglo o la terminación de la relación contractual, sino que se usó una rudeza innecesaria. El Ombudsman de MVS Noticias, Gabriel Sosa Plata, ha señalado que se trata de una "campaña inédita y desproporcionada". “Los desacuerdos editoriales o de otro tipo que existen en cualquier empresa periodística no son en general públicos. […] En lugar del diálogo y el acuerdo, la empresa recurrió a la estridencia mediática, sin ninguna aportación al ejercicio de libertad de expresión y el derecho a la información de la sociedad. Por el contrario, se hizo un daño a la imagen de los periodistas y de la marca que supuestamente se pretendía defender con esta campaña mediática.”
Es claro que al magnificar el asunto, al exagerar el alcance, no sólo se buscó alterar el ánimo de la periodista, o sacarla de sus casillas como se dice, asfixiar el ambiente y escalar el conflicto para que ella tomara la valiente y digna decisión de pararse y abandonar la cabina, sino también para acreditarle fehacientemente al gobierno que MVS como empresa nada tiene que ver con MexicoLeaks, y mucho menos destina un sólo centavo para su creación. Incluso todavía más, que es capaz de regañar públicamente a su conductora estrella. Pero la empresa no pudo marcarle la primera falta porque la periodista puso en operación una insospechada autocontención personal: “Si alguien quiere crear un pleito artificial aquí no cuenten con nosotros, nosotros apostamos porque este espacio se mantenga abierto, libre, independiente y haciendo periodismo para la audiencia.” Entonces MVS decidió echar a Daniel Lizarraga e Irving Huerta, ese par de manos hábiles que ayudan a la periodista a desmadejar los expedientes y armar los casos, como el de la Casa Blanca. No sólo eso, a los reporteros despedidos se les aseguraron los equipos de cómputo en los que guardaban las investigaciones iniciadas.
Ya para entonces había iniciado un revuelo en las redes sociales, desconcierto sobre el futuro de Carmen Aristegui y molestia de los radioescuchas por los despidos. Surgió el hashtag #EnDefensaDeAristegui, y miles de mensajes viralizaron la exigencia de que la periodista no saliera de la radio, lo que luego tomó forma en la plataforma change.org que hasta el momento de cerrar este texto, superaba la cantidad de 143,000 firmas de respaldo a la petición, recolectadas en cuatro días.
Pero nada parece atemperar el ánimo de la empresa para deshacerse de la comunicadora. Al exigir Aristegui el viernes por la mañana la reinstalación de los dos reporteros - "pues lejos de despedirlos, deberíamos premiarlos..."-, como condición para seguir adelante, MVS respondió con una propuesta de nuevos lineamientos en materia de política editorial que obligarán a sus cuatro conductores de noticieros a partir de este lunes 16 de marzo. Se trata de una propuesta que en términos reales busca rescindir el contrato base de la periodista, pues lo modifica esencialmente, así como hacer a un lado el actual acuerdo de política editorial y código de ética. Son lineamientos anti casas blancas, contra filtraciones. Esencialmente contrarios al derecho a la información consagrado en la Constitución. La empresa decidió hacerlos públicos, me supongo que descontando la verguenza que debe causarles asumir como propios esos textos ajenos a su historia, talante y convicciones.
Firmé en change.org la petición #CarmenSeQueda. Estoy convencido que se trata de silenciar desde la Presidencia de la República a la voz más crítica, valiente e informada que tienen los poderes fácticos y formales frente sí. Veo flaquear nuevamente a MVS, y he hecho llegar por diversos conductos mi punto de vista. En esta ocasión mi opinión no cuenta ni ha resultado importante. Soy amigo de Joaquin Vargas Guajardo, el Presidente de MVS y sé que este artículo lo puede molestar hondamente, me disculpo de antemano. Hemos construido una amistad basada en la honestidad, la verdad y el respeto a nuestras diferencias. Si alguien sabe que milito en el interés público es él, y que dadas las actuales circunstancias que vive México, de brutal regresión autoritaria y escandalosa corrupción política, volverme otra vez neutral no me queda, y menos quedarme callado. Lo que está en juego es demasiado y sé que tras este silenciamiento viene la represión. No es casualidad que un policía sea el Secretario de Gobernación.
P.D. El jueves 12 de marzo pasado se inició en Chihuahua la Jornada Estatal de Concientización y Movilización de UNION CIUDADANA que culminará en su primera etapa el 18 de abril con una marcha del silencio que partirá de la glorieta de Pancho Villa al Palacio de Gobierno, en la Plaza Hidalgo. La cita es a las 4:30 de la tarde y estarán con nosotros diversos líderes políticos, sociales e intelectuales del país. Será una jornada histórica en defensa de nuestras libertades políticas y en contra de la corrupción e impunidad de César Duarte Jaquez.
Las actividades se iniciaron con la presentación del video documental Los Porros de Duarte que exhibe con toda claridad y detalle la acción provocadora y las diversas agresiones que enfrentó la manifestación pacífica de UNION CIUDADANA el pasado 28 de febrero, a manos de porros enviados por César Duarte y Javier Garfio, que resultaron la mayoría empleados del municipio y del gobierno del Estado, entre ellos, el mismísimo Federico Guevara, director de comunicación social del Gobierno estatal. El video se exhibirá también en la Ciudad de México en un acto coordinado por el ex-consejero electoral Alfredo Figueroa y el escritor Ricardo Raphael.
El atentado al derecho de libre manifestación de los chihuahuenses, por quienes se dicen nuestros gobernantes, da cuenta de la regresión y la tiranía que se ha instalado en nuestra entidad. Invitamos a tod@s a compartir y difundir este video por cualquier medio a su alcance. Se encuentra en YouTube: http://youtu.be/h8YfrPepLkw .