Fue policía municipal, integrante de Protección Civil y taxista
Lo vio en inminente peligro y no dudo ni siquiera un instante en ir a su auxilio.
Por: Ángel Bravo Martínez.- Sabía que ponía en serio riesgo su integridad física y aun así procedió raudo y veloz; su actitud formó siempre parte de su esencia y formación educativa, lo que lo motivó a incursionar en la Unidad de Protección Civil, la Policía municipal y más tarde ganarse la vida honestamente como taxista.
Ampliamente conocido, apreciado y estimado por propios y extraños; amado y querido por toda su familia. Era “El Bapo”.
Con su vida pagó la osadía de heroica actitud, ahora valorada y reconocida por toda la sociedad de Santiago Tuxtla y más allá de nuestras fronteras.
Éste episodio se registró el sábado por la tarde cuando un sujeto en estado de ebriedad se arrojó a las turbulentas aguas del río Tepango a la altura del puente de la carretera federal, siendo arrastrado por las corrientes y metros abajo, aproximadamente a la altura del lugar conocido como Puente Real, aferrado a unos matorrales estaba, quien ahora se sabe responde al nombre de Francisco Palayot Victorio.
Ya para esos instantes, decenas de personas apostadas sobre los márgenes del afluente de lado y lado en medio de los dos puentes atónitos observaban la escena, elementos policiacos y de protección civil sobre un costado esperaban que bajara el nivel del agua para proceder a las labores de rescate de este individuo, los minutos se hicieron eternos y en medio de la incertidumbre con decidida acción Jorge Isaid Bapo Diez, de 25 años de edad, sin pensarlo dos veces ingresó al río crecido con una cuerda en mano, pero no se amarró a ella.
Por espacio de varios minutos, así se aprecia en un video colgado en el face, luchó para que el sujeto entrara en razón y entendiera que pretendía salvarlo como pudo lo amarró, para que los de rescate, que ya habían entrado en acción y actuaban en consecuencia lo jalaran, Jorge Isaid Bapo, había logrado el cometido, pero desgraciadamente en un momento determinado y prácticamente exhausto por el esfuerzo realizado perdió el equilibrio y aun así luchó por varios minutos aferrado a unas piedras con los golpes de agua en el rostro.
La gente estaba aterrada, impávida observaba la dramática escena, gritos de angustia y desesperación, exigían a la policía y a los de rescate que hieran algo, ¡¡sálvenlo, sálvenlo!!,pero les fue imposible y, el heroico joven finalmente desvaneció, se soltó de las piedras donde aferraba su vida y fue arrastrado por la corriente y atrapado por el remolino del agua en medio de la impotencia de la muchedumbre.
Prácticamente 24 horas más tarde su cuerpo apareció en las aguas de la poza “casa de las piedras”, a unos metros donde inició la osadía y en las que salvó a su semejante, hoy el pueblo de Santiago Tuxtla llora a su Héroe Jorge Isaid Bapo Diez. Descanse en paz.