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Columna:
Informe Rojo
Tortuoso como es, Flavino Ríos se humilla por 47
días en el poder, impuesto por el Congreso, violando la Constitución, con el
estigma de la mano infame que reprime pensionados, del hurto de 7 mil millones
y la complicidad con el duartismo que descarriló a Veracruz.
Su nombramiento, de entrada, es ilegal. Lo elige
Javier Duarte como sucesor y lo valida un gang de diputados a modo, los
maiceados que no vendieron su dignidad porque esa gracia no habita en sus genes
pero rentan su dedo para aprobar todo aquello que esté fuera de la ley.
Fugado Javier Duarte, Flavino Ríos Alvarado se
convirtió en falso gobernador. Entró a los bronces por una atarjea, levantando
la tapa del drenaje priista, hediondo el aroma, y así consumó el agravio sobre
la Constitución de Veracruz y el rompimiento del orden legal.
Día histórico el miércoles 12. Por la mañana, la
tele-renuncia del gordobés en vivo, a todo color, en Despierta de Carlos Loret
de Mola, donde hubo romance hasta que el es gordo dejó de pagar cuota a la
televisora de Azcárraga y entonces lo vapulearon a placer, a flote las
trastadas y corruptelas que antes callaron, el saqueo a las arcas, la quiebra y
el sangriento paso de los cárteles, en los que JDO llegó a ser socio VIP.
Día de metralla, su desastre era exhibido en
cifras: 35 mil millones no solventados y reintegros simulados que motivaron 53
denuncias penales por parte de la Auditoría Superior de la Federación;
investigación del Servicio de Administración Tributaria por las empresas
fantasma a las que JDO le otorgó 131 contratos por servicios que nunca recibió,
y las denuncias de Miguel Ángel Yunes Linares por enriquecimiento ilícito,
lavado de dinero, evasión fiscal.
Y Javier Duarte sonreía, se enchilaba, se
asombraba, la mueca en cada expresión, el labio torcido, los ojos saltones.
Pura infamia, pura calumnia, se dolía. Se iba, decía, para poder enfrentar las
denuncias. Se iba por amor a Veracruz. Se iba para enfilar a su sucesor al
terreno penal.
Por la tarde el duartismo volvió al carnaval. Las
rémoras contra más de la mitad de la Legislatura — diputados del PAN, PRD, PRI,
el ex AVE Francisco Garrido y Movimiento Ciudadano— repudiaban a Flavino, el
secretario de gobierno que fue tejiendo la telaraña en que enredó a Javier
Duarte, filtrando información de la PGR, moviendo la pluma de su prensa,
agitando en las calles hasta echarlo del poder.
Sin mayoría, el proyecto Flavino iba a abortar. Lo
mejor fue —¡vaya solución!— violar la Constitución de Veracruz.
Actuó la Comisión Permanente de la Legislatura
estatal. Aprobó la solicitud de licencia de Javier Duarte. Se acogió al
artículo 48 de la Constitución, que le confiere facultades sólo en caso de
ausencia temporal para designar un gobernador interino. Pero aquí se trataba de
ausencia definitiva. Y así impuso a Flavino.
Ana Cristina Ledesma López, panista, secretaria de
la Mesa Directiva, describió dónde se centraba la violación al texto
constitucional, pues tenía que ser el pleno del Congreso y no la Comisión
Permanente la que designara al gobernador sustituto. Y citó el artículo 47 de
la Constitución de Veracruz:
“Cuando la falta de Gobernador ocurriese en los
cuatro últimos años del período respectivo, si el Congreso se encontrase en
sesiones, elegirá al Gobernador sustituto que deberá concluir el período; si el
Congreso no estuviere reunido, la Diputación Permanente nombrará un Gobernador
provisional y convocará al Congreso a sesiones extraordinarias, para que,
erigido en Colegio Electoral, haga la elección de Gobernador sustituto”.
Ilegal e ilegítimo, Flavino Ríos nace gobernador
pero con vicios de origen.
Uno de los juicios más certeros sobre este atraco
político, lo emitió el doctor Francisco Berlín Valenzuela, ex secretario de
Gobierno, jurista intachable, presidente de la Casa de la Cultura Jurídica en
Veracruz y analista político. Señaló:
“Con suficientes razones, se observa como una
imposición de la mayoría en el Congreso que no entendió de razonamientos
jurídicos ni de interpretaciones parlamentarias, poniendo en duda el proceder
del órgano que tiene como misión la elaboración de las leyes que norman el
comportamiento social.
“No es admisible que los miembros de este órgano
desconozcan los principios básicos de la teoría política y de la doctrina que
asegura la existencia de un régimen democrático. Su actuación sugiere que sólo
acataron los designios de otro poder, lo cual anula su independencia y
autonomía.
“Al haber procedido como lo hicieron demostraron su
apego a la defensa de sus intereses personales y partidistas poniéndolos por
arriba de los principios que deben regir a la actividad política de los
representantes populares”.
Y alude al beneficiario de la transgresión
constitucional:
“Este indebido procedimiento que se siguió en el
nombramiento del Doctor Flavino Ríos Alvarado para que termine el periodo de
Javier Duarte de Ochoa, llama la atención sobre todo porque la persona que fue
nombrada en este cargo obtuvo su grado de Doctor en Derecho con una tesis sobre
‘Derecho Parlamentario’ que el suscrito (o sea Francisco Berlín) dirigió y que
me hace ver que ya olvidó el contenido de lo en ella consignado, no
obstante su experiencia legislativa en los congresos federal y
local”.
Sugiere a los tres integrantes de la Comisión
Permanente que votaron en contra, Ana Ledesma, Alejandro Zairick y Cuauhtémoc
Pola, que hagan valer su derecho a interponer una acción de
inconstitucionalidad por violación a normas de carácter general.
Simula Flavino Ríos que es gobernador. Sus primeros
día de ilegal son teatro puro. Viaja y se pavonea. Dialoga y actúa. Dice que le
pedirá una “ayudadita” al presidente Enrique Peña Nieto, como si el naufragio
de Veracruz se evitara con una limosna de Los Pinos, y que acudirá a la Secretaría
de Hacienda para obtener recursos y así pagar salarios y aguinaldos.
Sólo los que andan en otro mundo le creen. En las
calles de Xalapa sigue el caos. Marchan pensionados y maestros. “¿Pagas o
Pegas, Flavino?”, se lee en cartulinas. “Mi salario sirve para alimentar a mis
hijos; exijo mi salario en tiempo y forma”, reza otra, en las manos de una
joven madre que en su fular carga a su pequeño.
Tienen vivo el recuerdo de la felpa a los
pensionados, el 23 de diciembre de 2015, cuando bloquearon avenida Enríquez
exigiendo el pago de sus quincenas y su aguinaldo, molestos todos y algunos más
pues les entregaron cheques sin fondos. Flavino reconoció que él envió a la
Policía Estatal.
Otros le imputan que es copartícipe del desvío de 7
mil millones de pesos en el Instituto de Pensiones del Estado. Flavino era uno
de los 13 integrantes del Consejo de Administración del IPE, a quienes denunció
la Coalición de Pensionados Independientes (Copipev) por haber permitido que
fuera saqueada la reserva técnica del instituto.
Flavino Ríos es un fraude político. Nació en
Oaxaca, fue llevado muy niño a Minatitlán y ahí con el paso de los años, con
otra acta de nacimiento inició su carrera política como veracruzano.
Ser oaxaqueño es orgullo y no le impedía hacer
política. Pero algo lo avergonzó. Su arraigo le viene de toda la vida, más de
60 años en suelo veracruzano. Pero la existencia de dos actas de nacimiento
habla de trampas y ética nula.
Documentó su caso el extinto político César Vázquez
Chagoya, autor de la columna Pasillos del Poder. El 28 de junio de 2007 exhibió
el timo, las dos actas, la historia, al tramposo monumental.
Mogoñé, municipio de San Juan Guichicovi, lo vio
nacer el 22 de diciembre de 1950. Cuando iba a cursar su carrera de abogado,
acudió a su lugar de origen, certificó esa acta e ingresó a la Universidad
Veracruzana.
Y de pronto, en 1974, siendo regidor en Minatitlán,
logra que le expidan otra acta de nacimiento, en la que hace constar que nació
en la petrolera ciudad del sur de Veracruz.
Estimaba Vázquez Chagoya que su liga con Carlos
Brito Gómez, subsecretario de Gobierno con Rafael Hernández Ochoa, le abría
amplias perspectivas de crecer políticamente. Algún día, quizá, llegaría a ser
gobernador.
Diputado local, diputado federal, regidor, líder
cenopista, secretario de Educación dantista, consejero de Alejandro Montano,
secretario ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad Pública, secretario de
gobierno con Miguel Alemán y potencial aspirante a ser su sucesor. Y a cuestas
llevaba su acta apócrifa.
Fidel Herrera lo mantuvo a raya. Javier Duarte
igual. De ahí sus exabruptos, la tenebra, la insidia cuando se tocaba el tema
del gordobés. De inexperto, improvisado, políticamente verde, no bajaba al
gobernador. Y a las cifras que esgrimía Javier Duarte, la deuda de Fidel, los 3
mil 500 millones en los que nadie creyó, Flavino Ríos respondía con una
evidencia contundente: el Plan Veracruzano de Desarrollo, de la autoría de JDO,
señalaba que entre deuda bancaria y deuda a proveedores sumaba 34 mil millones
de pesos. Y cuanto podía se lo mostraba.
Su imposición es de antología. La consuman los
miembros de la Comisión Permanente del Congreso de Veracruz, la bancada
duartista, la cofradía de las rémoras.
Jurídicamente, lo que decida Flavino Ríos, los
acuerdos que suscriba, las acciones de gobierno que adopte, los dineros que
pague, están viciados de origen. Su caso, estiman los panistas, será llevado a
la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Si la SCJN resuelve en contra, Veracruz habrá
permanecido sin gobernador desde el día en que Javier Duarte fue obligado a
abdicar.
Qué historia la de Flavino. Es el Hugo Conti de
Luis Spota en Casi el Paraíso, versión tropical. Conti no era príncipe; Flavino
no es veracruzano. También él miente, también engaña, también embauca a los
incautos. Y al final lo pillan.
Es el falso gobernador de Veracruz.
Archivo muerto
Retiene Morena el distrito de Cosoleacaque. Falla
su favor el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, sala
regional, este jueves 13, cuando hasta los morenistas daban por hecho irían a
elección extraordinaria.
Rocío Pérez Pérez será la diputada local, cuyo
triunfo se empañó, no en las urnas sino en el manoseado recuento de votos, en
el órgano electoral, y el traslado de los paquetes electorales a Xalapa sin
proveer las medidas de seguridad en apego al principio de legalidad.
Según el Trife regional, el Tribunal Electoral de
Veracruz realizó una valoración deficiente de las pruebas presentadas, lo que
determinó la anulación de los comicios. Ahora el Trife revoca la resolución y
le restituye al Movimiento de Regeneración Nacional el triunfo. Rocío Pérez
será diputada ante el Congreso… Otro que truena es Alberto Silva, alias el Pato
de Tuxpan, alias El Cisne.
Deja la Coordinación de Comunicación Social del
gobierno de Veracruz donde era literalmente un cero a la izquierda, sin dinero
para maicear a los textoservidores, sin nada que informar como no fueran los
disparates de Javier Duarte, entonces gobernador. A lo más que llegaba Silva
Ramos era orquestar las respuestas tuiteras del gordobés, capoteando la
metralla, las filtraciones de prensa, la persecución de la PGR y de la
Auditoría Superior de la Federación.
Lo suple Polo Pascasio, del staff de Prensa, quizá
sólo como una formalidad pues a 44 días de concluir el sexenio ni quien fume al
gobernador espurio, Flavino Ríos Alvarado…
Atrapado en el
mundo de las letras y la denuncia social, Mussio Cárdenas Arellano cuenta ya
con un extenso kilometraje recorrido en el periodismo. Lejano parece ya aquel
1978 cuando en Coatzacoalcos, su tierra natal, escribió sus primeras notas.
Transitó por la entrevista, el reportaje, la crónica, el artículo y la columna
política. Fue corresponsal de la revista Proceso, Imevisión, IMER, Contralínea;
fundador de las revistas Contacto e Informe Rojo; analista político en radio y
televisión, y ganador del Premio México por columna política, en 2009, otorgado
por la Federación de Asociaciones de Periodistas de México (FAPERMEX). Su
contacto con el periodismo viene de familia. Su padre, Mussio Cárdenas Cruz, y
sus tíos Emilio, Francisco y Paulino, constituyen una dinastía de periodistas
veracruzanos de reconocido prestigio. Actualmente escribe la columna Informe
Rojo, que se publica en portales en internet y medios escritos con amplia
aceptación entre la opinión pública.
mussioc2@gmail.com