CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Aunque
María de Jesús Patricio Martínez, Marichuy, no logró recabar las firmas
necesarias para aparecer en la boleta electoral como candidata presidencial
independiente, supo desde siempre que no quería ser una líder que dirigiera a
un pueblo, sino que fuera el pueblo –no los partidos políticos o “el sistema
capitalista”– el que decidiera el destino del país.
“Hemos sido claros en nuestra
propuesta. Es una construcción diferente que está planteada y pensada sin los
partidos. El pueblo mismo, organizado, los pueblos indígenas organizados han
visto que no hay opciones, pues una vez que se llega a este poder, que está
diseñado ya desde arriba, los que llegan se corrompen”, afirmó en entrevista
con Proceso el 2 de enero de 2018 en la sede del Congreso Nacional Indígena
(CNI).
Marichuy,
hija de campesinos jaliscienses, dejó de conceder entrevistas hace poco más de
un mes, a raíz de que el 14 de febrero de 2018 la camioneta donde viajaban ella
y su comitiva en Baja California Sur se salió del camino. En el accidente
falleció Eloísa Vega Castro, de la Red Sudcaliforniana de Apoyo al Concejo
Indígena de Gobierno (CIG).
Y también porque ahora espera
que concluya el balance sobre su aspiración a la candidatura presidencial y
que, a finales de este mes, sesione el CNI.
Marichuy
insistió en la entrevista: “Hemos planteado que no vamos por querer estar allá,
sino que vamos a construir algo diferente y esa construcción es un llamado a
todos, a pueblos indígenas y a todos los habitantes de este país, a crear algo
nuevo de acuerdo con las condiciones y necesidades de cada lugar”.
Invisibles para los visibles
La niña de 13 años que vendía
semillas en Ciudad Guzmán, tercera de 11 hermanos y que aspiraba a la
candidatura presidencial, explicó en la entrevista por qué, en las agendas del
gobierno, de los partidos políticos y de los actuales aspirantes a la silla presidencial,
no hay políticas públicas, iniciativas, decretos… nada para los indígenas.
“Consideramos que en este
proceso de despojo que ha habido por años hacia los pueblos indígenas, lo que
menos ocupan es a los indígenas. Ocupan sus territorios, sus aguas, sus
árboles, sus bosques, ocupan todo, por eso no les interesa la vida de los
habitantes, de las comunidades. ¡Ni siquiera les interesa la vida de las
comunidades!
“Ocupan sus riquezas para
seguir siendo más ricos en este sistema capitalista. Yo pienso que por eso
todas las leyes y reformas que se han venido haciendo han sido contrarias a
nuestros pueblos, porque no les interesa en lo absoluto la protección de esos
espacios de los pueblos indígenas. Ocupan esas riquezas nada más para su
beneficio”, afirmó.
En su experiencia, las
instituciones creadas supuestamente para ayudar a los indígenas los han
perjudicado, los han dividido, han creado confrontaciones entre los pueblos
originarios.
“Creemos que son mañas que se
usan también para ir dividiendo al interior de las comunidades y, en lugar de
resolver, han incrementado la problemática, y lo vemos claro en la cuestión de
justicia”, añadió.
Resaltó que los pueblos
originarios se han reforzado en el CNI, creado en 1996. “¿Qué queremos?
Queremos hacer algo así en grande para México. Que el pueblo organizado vea por
estos gobernantes y que este gobierno vea por este pueblo.
“Por eso tenemos que
construirlo poco a poco. Nos ha servido, por una parte, el levantamiento del
94, que nos ha reforzado como pueblos. Pero la respuesta del gobierno ha sido
contraria. Una prueba clara fue cuando no quiso aprobar la Ley Cocopa que se
planteó, que se llevó al Congreso de la Unión y se discutió. Y no, al
contrario, crearon una ley diferente, quitaron derechos que ya tenían las
comunidades.”
Con este ejemplo, dijo, queda
claro que ni a los gobernantes ni a los candidatos les interesan los pueblos
indígenas, pues los siguen considerando objetos, personas que no piensan, “de
segunda o de tercera”.
“Tenemos que decir que aquí
estamos, que queremos seguir luchando para esta vida, y que esta vida es para
todos, no solamente para nuestros pueblos, los pueblos originarios, los que
estaban aquí antes de que surgiera este México. Unos cuantos se han apropiado
de este México y lo han destruido”, resaltó.
Apuntó que a los gobernantes no
les interesa la vida del pueblo mexicano ni el cuidado de los recursos
naturales, de los habitantes, de los cerros, los ríos, de las comunidades. “El
día que se destruya esto, se destruye a todos los habitantes”.
El legado del EZLN
“El alzamiento del 94 nos ayudó
mucho a los pueblos indígenas, porque nos dimos cuenta de que había muchos
pueblos más en México. Por ese lado, gracias a nuestros hermanos del Ejército
Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que de pronto surgen y se hacen
visibles a los medios.
“Desde ahí los pueblos hemos
caminado juntos, nos hemos enlazado, nos hemos puesto a platicar que juntos
podemos ir resolviendo nuestros problemas, que no lo vamos a esperar del
gobierno porque no hay interés.”
–Desde 1994, cuando el EZLN
irrumpe en la vida pública por la defensa de los indígenas, ¿cuáles han sido
los avances? –se le pregunta.
–Por parte del gobierno,
ninguno. Lo que pensó el gobierno es que los pueblos indígenas ocupaban sus
territorios… no sé… como cuando los hijos se rebelan. Los padres piensan que es
porque les falta un peso para que vayan a comprar, como dándoles una limosna,
en lugar de resolver los problemas que se tienen rezagados y que son
milenarios.
Para Marichuy es importante que
los mexicanos construyan, en unidad, un nuevo país “desde abajo”, pues todavía
hay formas de cambiar.
–Usted ha dicho que había
aceptado la candidatura para que se escuche la voz indígena. ¿Lo logró?
–Estamos caminando por los
diferentes pueblos indígenas de México y con algunos hermanos que están en la
ciudad también luchando, y a nuestro paso también es importante escuchar su
voz, escuchar sus dolores.
“Si queremos revertir esa
situación que se está viviendo actualmente, tenemos que revertirla nosotros
mismos, organizándonos desde abajo.
“Nuestro proyecto es diferente.
Nuestra propuesta es muy ajena a los partidos. Es una construcción que estamos
planteando, que sea una nueva forma de gobernarnos, que tenemos que construir
algo diferente, sin los partidos, porque los partidos ya tienen una forma de
ser: que a través del voto es como deciden quién. Nosotros pensamos que eso no
nos ha favorecido a los pueblos.”
En la llamada “Convocatoria al
siguiente paso en la lucha”, el CNI, el CIG, la asociación civil Llegó la Hora
del Florecimiento de los Pueblos y el EZLN lamentaron no haber obtenido firmas
suficientes para que Marichuy fuera candidata presidencial independiente.
“Obtener el número de firmas
suficientes nos hubiera permitido aprovechar ese espacio para seguir
visibilizando a los pueblos originarios, sus dolores y luchas, así como
señalando el carácter criminal del sistema, para hacernos eco de los dolores y
rabias que pululan en todo el territorio nacional, y para promover la
organización, la autogestión, la resistencia y la rebeldía”, indica el
documento.
Conminan a sus seguidores a
continuar buscando “otras formas, métodos y modos, con ingenio, creatividad y
audacia, para conseguir lo que queremos”, porque su apuesta nunca fue la toma
del poder, sino la organización autogestionaria, la autonomía, la rebeldía, la
resistencia y la solidaridad.
“Nuestro caminar sigue. Y la
diferencia fundamental con las etapas anteriores es que ahora somos más pueblos
originarios caminando juntos, y, lo más importante, ahora somos más personas,
grupos, colectivos y organizaciones orientadas a buscar
en nosotr@s mism@s (sic) las soluciones que, lo sabemos, no
vendrán nunca de arriba”, añade.
En cuatro puntos, los abajo firmantes agradecieron “de corazón” a las personas
que en México y en el extranjero “dieron sus firmas”.
“Tanto la asociación civil
Llegó la Hora del Florecimiento de los Pueblos, como el Congreso Nacional
Indígena y quienes lo forman, el Concejo Indígena de Gobierno y el Ejército
Zapatista de Liberación Nacional han iniciado, a nivel interno, un análisis
serio y una valoración de esta etapa que termina”, informa en su tercer
punto.
Esta entrevista se publicó el 1
de abril de 2018 en la edición 2161 de la revista Proceso.