Por Sanjuana Martínez
SinEmbargo
diciembre 10, 2018
SinEmbargo
diciembre 10, 2018
“Empecemos por Luis
María Aguilar Morales, Ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación (SCJN), quien recibe anualmente 4 millones 658 mil 775 pesos en
concepto de sueldo y beneficios”.
Preocupados porque
se acerca la pérdida de sus privilegios, funcionarios de muy distintos niveles
se revelan ante la austeridad republicana. Tienen razón. Pobrecitos.
Sus sueldos son
espectaculares. No existen en ningún otro país los sueldos de estos
funcionarios. Tampoco los beneficios extras que reciben. Algunos se llevan un
millón de pesos al mes. Y bajarse el sueldo significaría modificar su nivel
millonario de vida.
¿Quiénes son los
funcionarios millonarios del Gobierno mexicano?
Empecemos por Luis
María Aguilar Morales, Ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación (SCJN), quien recibe anualmente 4 millones 658 mil 775 pesos en
concepto de sueldo y beneficios. Además del seguro de gastos médicos mayores,
recibe una gran cantidad de prestaciones como vales de gasolina, de despensa,
el pago del teléfono celular, vehículo blindado, chofer… y un largo etcétera
que conforman el casi millón de pesos que se lleva mensualmente.
Cabe recordar que
el Ministro Aguilar Morales llegó a la SCJN gracias a su amigo Felipe Calderón
el 1 de diciembre de 2009. Y precisamente, fue Calderón quien les inventó el
famoso “pago extra” a los ministros que se llama “pago por riesgo”. Luego fue
nombrado presidente en la administración de Enrique Peña Nieto en enero de
2015. Fue quien votó en contra de darle seguridad social a las trabajadoras
domésticas.
Su argumento para
ganar tres mil salarios mínimos al año es que eso le proporciona la “independencia”
necesaria: “Necesitamos remuneraciones y condiciones de retiro razonables y
dignas, que les permitan tener la humana tranquilidad para reflexionar sus
análisis y decisiones, sin presiones internas ni externas que doblen la vara de
la justicia”, dijo. Es decir, no quieren un sueldo, sino un cohecho, porque con
dinero baila el perro. Cuando alguien mide su honestidad con el dinero, estamos
perdidos.
Cada uno de los
once ministros de la SCJN gana anualmente 2 millones 36 mil 457 pesos. Con
estos sueldos, la independencia no existe en la SCJN, porque los honorables
ministros no pueden morder la mano que les da de comer y obedecen la línea que
les marca el Presidente en turno. Sus polémicas decisiones han afectado de
manera tremenda algunas de las más importantes luchas sociales.
Entre los
funcionarios millonarios hay que contar a los senadores. Cada uno de los 128
senadores recibe 1 millón 884 mil 312 pesos anuales. Aunque ya se anunciaron
reducciones en sus percepciones por Morena, hay que decir que siguen dentro del
grupo de los privilegiados.
Igualmente los 500
diputados que ganan 1 millón 460 mil 550 pesos anualmente. Diputados que se han
puesto de acuerdo para no bajarse las percepciones. Por cuatro meses
trabajados, este mes de diciembre, cada uno, se llevará más de 200 mil pesos.
Y volvemos a lo
mismo, la alta burocracia está empobreciendo a México. Por ejemplo, David
Colmenares, el hombre encargado de vigilar la honestidad de los funcionarios,
el presidente de la Auditoría Superior de la Federación, quien percibe 2
millones 857 mil 05 pesos cada año.
A la lista de los
funcionarios millonarios hay que añadir a cada uno de los consejeros del
Consejo de la Judicatura Federal que anualmente reciben 2 millones 862 mil 620
pesos.
Obviamente podemos
ir observando a los más enojados por la reducción salarial de la alta
burocracia. Caras tristes como la de Lorenzo Córdova Vianello, Consejero
presidente del Instituto Nacional Electoral. El polémico presidente que avaló
memorables irregularidades electorales seguramente para no contradecir la mano
que le da de comer, se lleva anualmente 2 millones 4 mil 563 pesos.
No es el único, los
magistrados electorales, sobre quienes en ocasiones pesa la sombra de la
corrupción por aceptar fraudes electorales a cambio de dinero, se llevan
anualmente 4 millones 564 mil 875 pesos.
Insisto. Estos no
son sueldos, son cohechos. Otro ejemplo: Luis Raúl González Pérez, presidente
de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), quien percibe cada año
2 millones 05 mil 378, sin contar todas sus grandes prestaciones. Este señor se
mantuvo callado durante los peores años del peñismo, pero en la recta final,
fue publicando información sobre las terribles cifras de graves violaciones de
derechos humanos.
Otro caso, es el de
Alejandra Palacios Prieto, Comisionada presidenta de la Comisión Federal de
Competencia Económica, quien percibe cada año 2 millones 362 mil 106 pesos, al
igual que Gabriel Contreras, Comisionado presidente del Instituto Federal de
Telecomunicaciones que anualmente percibe 2 millones 20 mil 364 pesos.
Y el de Francisco
Javier Acuña Llamas, Comisionado presidente del Instituto Nacional de
Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos, quien se lleva
anualmente 2 millones 401 mil 208 pesos. O el caso de Julio Alfonso Santaella
Castell, presidente del Inegi, quien recibe cada año, 2 millones 335 mil 446
pesos o cada uno de los consejeros del Instituto Nacional para la Evaluación de
la Educación, que gana anualmente 2 millones 335 mil 446 pesos.
A esta lista, hay
que añadir los sueldazos de gobernadores, alcaldes, regidores, secretarios,
directores, en fin, funcionarios que a discreción se autorizan, sin recato ni
decencia, grandes percepciones y beneficios.
El plan de bajar
los sueldos a más de 35 mil funcionarios que sobrepasan el límite de los 108
mil pesos que percibirá el Presidente Andrés Manuel López Obrador, es
necesario.
Por eso, el fallo
de los ministros millonarios de la SCJN que suspende la Ley Federal de
Remuneraciones de los Servidores Públicos, es indecente, particularmente porque
existe un conflicto de interés, porque son los propios ministros quienes no
quieren perder sus privilegios.
No existe crisis
institucional, ni invasión de la independencia de los poderes en México, lo que
existe es un grupo de funcionarios millonarios que se niegan a aceptar el
cambio de paradigma del servicio público.
Muy sencillo,
aquellos funcionarios que no acepten el cambio, pueden irse. Los mexicanos se
los vamos a agradecer. No podemos seguir con estas desigualdades, mientras hay
70 millones de pobres. Basta de dispendio y excesos.
www.websanjuanamartinez.com.mx
Twitter: @SanjuanaMtz
Facebook: Sanjuana Martinez
Twitter: @SanjuanaMtz
Facebook: Sanjuana Martinez
*Compártelo*
No hay comentarios:
Publicar un comentario