Luchador social excepcional y de cabal honradez: Carlos Payan
Se le debe un perdón histórico, afirmó su hija María Fernanda
En el homenaje a Valentín Campa Salazar aparecen, de izquierda a derecha, Elvira Concheiro, Carlos Payán Velver, director fundador de La Jornada, y María Fernanda CampaFoto Marco Peláez.
Fuente: Periódico La Jornada
Martes 28 de junio de 2011, p. 21
Compañeros de lucha y amigos de Valentín Campa Salazar, ex líder del Partido Comunista Mexicano (PCM), recordaron ayer en la Cámara de Diputados –de la que formó parte en la LI Legislatura– su trayectoria como hombre ejemplar de izquierda, y lamentaron que el Gobierno del Distrito Federal no haya respondido a la petición de ciudadanos para que se imponga su nombre en las estaciones del Metro y del Metrobús de Buenavista.
Ayer, en los salones de la zona conocida como Los Cristales, en el Palacio Legislativo de San Lázaro, se leyó la carta que fue enviada el 27 de abril al jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, donde se le hizo la solicitud: “Creemos que este trámite puede ser sencillo si hay voluntad para ello”, expresa el documento.
En el homenaje que se hizo al ex dirigente ferrocarrilero, Marcos Leonel Posadas, quien fue electricista en el sector petrolero y dirigió Oposición, el periódico del PCM, sostuvo que si bien “esta ciudad se gobierna en nombre de la izquierda, sus políticas difícilmente pueden ser calificadas como tales”.
Al menos, dijo, no ha sabido utilizar su posición para que la nomenclatura de las calles del Distrito Federal sea un medio de educación cívica, de historia y de las luchas sociales que se dieron en su territorio. La administración local, insistió, tiene la oportunidad de reconocer a centenares de obreros, artesanos, estudiantes e intelectuales “que con sus vidas hicieron destacadas contribuciones a la vida de la ciudad”.
En cambio, contrastó, “la derecha clerical, política o empresarial y, desde luego, el viejo régimen, sí utilizan este medio para honrar a sus personajes. A presidentes ladrones y asesinos, que prolongan su presencia en vialidades, plazas y escuelas, aunque no sean causa de orgullo cívico, sino al contrario”.
Como parte de la historia de Campa, contada ayer, el director fundador de La Jornada, Carlos Payán Velver, recordó el carácter de luchador social excepcional de Valentín Campa, y de su “cabal honradez, de la que hizo gala toda su vida”.
Era tal su honestidad, expuso, que en su campaña presidencial, en 1976, reportaba todos sus gastos, incluso si había gastado cinco centavos en una caja de cerillos.
En su exposición sobre Campa, Payán Velver citó el proceso de expulsión que el PCM le inició a Campa Salazar acusado de trotskista y antileninista, y recogió pasajes de las 36 cuartillas del oficio de su separación, junto con la de Hernán Laborde, ex secretario general del partido.
Payán rememoró que cuando Campa permanecía preso en Lecumberri, en 1960, le correspondió organizar los comités de lucha en favor de los presos políticos.
María Fernanda Campa, hija del líder ferrocarilero, afirmó que se les debe a Valentín Campa y Hernán Laborde un perdón histórico, porque ellos fueron sujetos de la persecución que se orquestó, desde los gobiernos del siglo pasado, contra los movimientos sociales.
En la revisión de la vida de su padre, contó que durante 40 años, esto es, “la mitad de su vida, la pasó en cárceles, clandestino, escondido. Desde sus veintes hasta después de sus 60 años fue perseguido, pero no dejó de luchar”.
La doctora Elvira Concheiro Bórquez ponderó que Campa fue un hombre íntegro, cabal y justo. “Un sencillo obrero del ferrocarril que de joven se hizo comunista”.