El Estanquillo presenta obras de Picasso, Rivera y Zalce, entre otros
Jueves 04 de agosto de 2011
Sonia Sierra El Universal
RECORRIDO. Rafael Barajas “El Fisgón”, curador de la muestra, presenta algunas de las 270 piezas que componen la exposición (Foto: ALMA RODRÍGUEZ EL UNIVERSAL
En la revista Futuro de abril de 1939, el artista Santos Balmori diseñó una portada en la que representó a Adolfo Hitler como un simio que sostiene una tabla donde se lee: “Amarás a Hitler sobre todas las cosas”, así como una suma de mandatos: “Incendiarás, Mentirás, Robarás, Violarás, Matarás”.
Más o menos por la misma época, en la prensa se leían los escritos profascistas de Dr. Atl, que en uno de sus textos describía a Franklin Delano Roosvelt y resaltaba la peculiaridad de sus rasgos “de judío sefardita”.
Como en todo el mundo, también en México hubo dos formas de entender el fascismo: unos se sumaron a la causa y otros fueron férreos opositores. También los intelectuales estaban divididos.
Además del Dr. Atl, José Vasconcelos -en especial en la revista Timón - y algunos periodistas expresaron en México su apoyo a ese movimiento nacido como una reacción de la derecha europea contra el comunismo. De manera paralela, hubo otro movimiento que contrarrestó el impacto de esos mensajes y que expresó su rechazo ante el mal que representaba el fascismo, en medios como obra gráfica, al alcance del público en paredes, volantes, carteles.
Aquel periodo de tiempo -que como dice el caricaturista Rafael Barajas El Fisgón a menudo no queremos recordar- es el tema de la exposición que este jueves abre al público el Museo del Estanquillo, titulada Dos miradas al fascismo: Diego Rivera y Carlos Monsiváis.
Es una muestra de alrededor de 270 piezas entre grabados, carteles, revistas, volantes, libros, fotografías, películas y acuarelas, poco más de la mitad pertenecientes a las colecciones de Monsiváis, y otras de acervos privados o de asociaciones como Cemos (Centro de Estudios del Movimiento Obrero y Socialista A. C.). Cierra la exposición una pintura de Rivera, El refugio de Hitler, ruinas de la cancillería de Berlín, un óleo sobre tela de 1956, penúltimo que hizo el artista mexicano.
La historia mundial desde lo local
La exposición cuenta con la curaduría de Rafael Barajas, quien ayer en un recorrido por las salas del museo, destacó que el conjunto de piezas “como muchas obras de la colección de Monsiváis, junta la alta cultura y la cultura popular”. Moisés Rosas, director del Estanquillo, describió la muestra como una crónica de la historia de México y agregó que “el hilo conductor de la colección de Monsiváis es la historia de México”.
Dos miradas al fascismo inicia con una serie de obras alusivas a la Primera Guerra Mundial, en la que figuran trabajos de Jean Cocteau, Paul Klee y Oskar Kokoschka, entre otros; que da paso luego a una secuencia de materiales sobre el fascismo en los años 30 y la Guerra Civil Española, donde se pueden ver desde un par de grabados de Pablo Picasso, hasta obra gráfica de Andrés Audiffred, quien exponía con un gran estilo la ambición de Hitler y sus seguidores. Están aquí también trabajos de Raúl Anguiano, Leopoldo Méndez y Luis Arenal, muy activos con su obra en la tarea de mostrar a la sociedad lo que el nazismo hacía en varios países de Europa.
Hay una secuencia muy completa de carteles hechos en México por artistas del Taller de la Gráfica Popular. La burla, la exageración y el retrato del horror coinciden en estas piezas. Hay obras de Pablo O’Higgins, Alfredo Zalce, Antonio Pujol, Roberto Montenegro y otros. La muestra expone todas estas manifestaciones contra el fascismo -los organizadores reconocieron que es escasa la gráfica a favor del tema- y da cuenta, poco a poco, de cómo son derrotados Hitler y sus seguidores.
Figuran también algunos audios y películas como Visa al paraíso, Olympia y El gran dictador.
Alusiva al fascismo, fue más abundante la obra gráfica que la plástica, afirma Barajas: “Claro, porque la gráfica es de batalla, de combate. Esos carteles, algunos creados para las conferencias en Bellas Artes de la Liga pro Cultura Alemana, no hay que olvidarlo, estaban pegados en la calle, los daban en los camiones y se logró con ello contrarrestar la propaganda de la prensa fascista. El Taller de la Gráfica Popular fue la máquina de propaganda antifascista más importante de la época”. Para Barajas esta muestra es la primera sobre el fascismo que se presenta en México: “Se suele olvidar que el fascismo tuvo muchos simpatizantes en México; se nos olvida que existió la Asociación Revolucionaria Mexicanista, un grupo muy agresivo corresponsable del asesinato de sectores de obreros, del saqueo a comercios de judíos, un grupo que tenía por manifiesto ‘Mexicanos acabemos de una vez con esta vergüenza, que no quede en México ni un chino ni un judío’”.
El refugio de Hitler, ruinas de la cancillería de Berlín, cierra la muestra; sobre él, Rosas explicó: “Fue creado por Diego Rivera tras el impacto de ver el búnquer donde murió Hitler. Muestra la caída del fascismo, la destrucción del capitalismo y el futuro de la humanidad en los edificios con banderas del Socialismo. Es un mensaje político al final de su vida, con el socialismo como futuro de la humanidad”.
La muestra estará hasta enero en el Museo del Estanquillo (Isabel La Católica 26, Centro)