INEPTITUD CRIMINAL |
MÉXICO, D.F. (apro).- Si la eficacia de un gobierno nacional se mide por el bienestar que genera para su población, el de Felipe Calderón es un fracaso irrebatible: En sólo cuatro años arrojó al infierno de la pobreza a 12 millones 205 mil 356 mexicanos.
Es una infamia: Se trata de un aumento de 27% del número de pobres que había cuando, en 2006, asumió al cargo. Es decir, la pobreza patrimonial pasó de 45.5 millones ese año a 57.7 millones el año pasado.
La mitad de los mexicanos, entonces, es pobre.
La vasta propaganda oficial y oficiosa ha tratado de esconder esta cifra de pobreza patrimonial y aun el aumento de 3.2 millones de pobres multifactoriales –de 48.8 a 52 millones–, contenidos en el informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), y ha tratado de imponer la idea de que se contuvo el aumento de pobreza extrema.
Y en efecto, qué bueno que los programas asistencialistas del gobierno federal evitaron que la cifra de pobres extremos creciera más de los 11.7 millones que hay –y que son muchísimos–, pero qué lamentable que ese número sea casi igual a los mexicanos que se convirtieron en pobres.
Orquestadas por Calderón, las justificaciones por el aumento de la pobreza en México se multiplican en el gobierno federal y en el Partido Acción Nacional (PAN), y entre los pretextos se cuentan los que acuden inclusive a la comparación de los pobres que generó la crisis detonada en 1994.
Las cifras oficiales establecen que, tras el colapso económico de ese año, los mexicanos que cayeron en pobreza patrimonial ascendieron a 64 millones de personas. Pero así como van las cosas, en este y el próximo año, bien puede Calderón generar los poco más de 6 millones para igualar y superar esa cifra.
Talento, para la desgracia, lo tiene.
Y para los pretextos, también.
En 2006, en su libro propagandístico El hijo desobediente, prometió que sacaría de la pobreza a 27 millones de mexicanos: En números redondos, desaparecerán 15 millones pobres-pobres y 12 millones pobres extremos.
Eso implicaba que disminuirán 2.5 millones de pobres cada año, 208 mil 333 por mes y casi 7 mil diarios. Los pobres extremos desaparecerán, gracias a Calderón, a razón de 2 millones anuales, 166 mil mensuales y 5 mil 500 cada mes.
Las cifras combinadas de pobres y pobres extremos que desaparecerán, según la promesa de Calderón –27 millones en total–, son las siguientes: Cada año, dejarán de ser pobre y pobres extremos 4.5 millones de mexicanos, 375 mil por mes y 12 mil 500 diarios.
A la vuelta de cinco años –cuatro en la evaluación del Coneval–, Calderón no sólo no pudo cumplir con ese compromiso de abatir la pobreza, sino que la aumentó por su incompetencia en todos los órdenes.
Y lo fundamental: Tratándose de personas es una ineptitud criminal…