Por José Miguel Cobián
Cuando supe del gazapo de Peña Nieto en la FIL de Guadalajara, lo primero que hice fue pensar que hubiera respondido yo. De entrada estoy seguro que hubiera dicho: Juan Salvador Gaviota de Richard Bach, y hasta ahí… Y he leído más de mil libros. Pero de entrada no encontraba otros que hubieran marcado mi vida.
Me entretuve leyendo los chistes en twitter y luego los correos electrónicos y por último los videos, hasta que comencé a pensar que alguien estaba pagando tanto escándalo. No era para tanto. Ni creo que de manera espontánea surgiera tanto, sobre todo en you tube. Pero eso es problema de las autoridades y del propio Peña Nieto, por los burros que tiene en su equipo, que no pensaron prepararlo para esa pregunta obvia en la FIL.
De ahí, seguí pensando en los libros que han marcado mi vida, y me di una vuelta por mi biblioteca. De inmediato surgieron muchos títulos. ¨Casi el paraíso¨ de Luis Spota, que me permitió entender el malinchismo y servilismo de los mexicanos hacia la nobleza y lo extranjero. ¨El laberinto de la Soledad¨ de Octavio Paz, que me permitió entender tanta rareza de nuestro pueblo, en el cual durante mucho tiempo me sentí un extraño, porque me educaron de manera diferente mis padres. ¨El mexicano enano¨, de cuyo autor no me acuerdo, pero que explica claramente muchos complejos culturales del mexicano.
De ahí pasé al ¨Mono Desnudo¨ de Desmond Morris, para entender un poco más al ser humano en general, y me encontré con un ícono de la adolescencia, ¨Demian¨, de Herman Hesse, que debiera ser obligatorio para todos los adolescentes del mundo. Para la misma edad ¨La vida sale al encuentro¨ de José Luis Martín Vigil, un dechado de moral y virtudes para un jovencito, entrañable libro. Lo importante de Hesse y Martín Vigil es que te enganchan, y comienzas con uno de sus libros y se vuelven autores favoritos, igual que Bach. Así llegaron ¨El Lobo Estepario¨, ¨Narciso y Goldmundo¨, ¨Siddartha¨ de Hesse, éste último imprescindible para comprender la cultura Hindú, ¨Uno¨, ¨Nada es azar¨, ¨Ilusiones¨, ¨Ajeno a la tierra¨, de Bach, y comprender su visión del mundo, ¨La muerte está en el camino¨, y otros de Vigil, con la sensibilidad y espiritualidad propias de su alma sencilla.
¨Sobre la agresión¨ del etólogo Alemán Konrad Lorenz para entender las conductas agresivas del ser humano vistas primero en los animales. En fin, comienza uno a buscar libros que marcaron la vida de uno y acaba con una lista interminable. Pues cada libro deja algún tipo de huella en el lector.
Si consideramos un acercamiento a la ciencia, autores como Carl Sagan, con ¨Cosmos¨, ¨Los dragones del Edén¨, ¨Cerebro de Broca¨, y otros más, también marcan la vida y el conocimiento de quien los lee. Así como también los de Asimov, escritor tan prolífico que siempre me hizo pensar que no era una persona sino un grupo de personas, pues lo mismo leí títulos de historia de su autoría, que divulgación científica o ciencia ficción. De esta última, la herencia de la serie ¨robot¨ dónde establece las tres leyes de la robótica, que hoy sirven de base para los tecno-científicos del futuro, o la serie de ¨La fundación¨ que combinados hacen más de los trece tomos que tengo, y que explican con enorme sutileza no sólo que Isaac consideraba el posible futuro de la humanidad, sino los conflictos históricos medidos con la parábola del futuro.
Si queremos llegar a los libros que con mayor intensidad marcan la vida de las personas, tenemos que considerar que para los que somos creyentes, seguramente los cuatro evangelios marcan un antes y un después en la vida de quien los lee. Y seguramente los libros sagrados de otras religiones también tienen sus partes fundamentales que establecen el destino de sus fieles. Hace poco un amigo me contaba que la frase de ¨Por sus obras los conocerán¨, marcó su vida y siempre trata de darse a conocer como seguidor de Cristo por las obras que mi amigo realiza.
Prácticamente todos los libros que tengo en mi biblioteca más muchos que me fueron prestados y otros que yo presté, los leí, y sin embargo, a la pregunta a bote pronto que yo me hice, me quedé helado. No pensé en el ¨México Bárbaro¨, que marca la explotación del régimen porfirista de los pueblos sometidos o en ¨Kanek¨ que muestra los abusos contra los mayas. Y qué decir de ¨La visión de los vencidos¨, que muestra la conquista de lo que después fue México pero desde la percepción de los conquistados. Pero insisto, no se trata de defender a Peña, a veces hay preguntas para las que uno no está preparado, aunque un candidato no puede darse ese lujo. La falta de agilidad mental de don Enrique aunado a la falta de preparación de su equipo de campaña puede causarle un tropiezo que ni sus 20 puntos de ventaja pudieran soportar. O es más cuidadoso o pierde.
@jmcmex