El mandatario asegura que se trata de “radicales y recalcitrantes”; la organización humanitaria señala que el diálogo se ha dado en un ambiente de humillación; los desplazados exigen repatriación con garantías y tierras para trabajar.
René Alberto López, corresponsal
Villahermosa, Tab. El Centro de Derechos Humanos del Usumacinta (CDHU) respondió a las declaraciones del presidente de Guatemala, Álvaro Colom Caballeros, quien el pasado martes en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, refirió que la comunidad guatemalteca desplazada de ese país y que buscó refugió en Tenosique, Tabasco, son “radicales y recalcitrantes” y que su gobierno se mantiene abierto al diálogo.
“Colom miente, ya que todo el proceso de diálogo se ha dado en un ambiente de humillación hacia la comunidad, pues de distintas maneras los han presionado”, sostuvo el sacerdote Tomás González Castillo, presidente de la organización defensora de los derechos humanos.
Argumentó que las 68 familias que se encuentran en un campamento situado en la comunidad tabasqueña de Nuevo Progreso demandan tierras para poder trabajar, así como un retorno y una reubicación “con apego al respeto a los derechos humanos y que se les garantice la reparación de daños a la que tienen derecho, puesto que en tres desalojos muy violentos los han dejado a la intemperie y sin ningún patrimonio”.
El CDHU reiteró entonces “un urgente llamado” a los gobiernos de Guatemala y al de México para que cumplan con su obligación de “proteger efectivamente la vida, la integridad física y los derechos humanos de la población desplazada de Nueva Esperanza, Guatemala”, tras manifestar que los integrantes de esa organización son testigos del padecimiento de las familias, que sufren con las inclemencias del tiempo, el hambre y las enfermedades.
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