Jair García
Luego de una recesión económica durante 2008 y 2009, el estado apenas está alcanzando los niveles de crecimiento previos a esa etapa, sin embargo desde entonces el número de pobres en la entidad creció en 600 mil, ante lo cual no se puede hacer frente sólo con programas asistencialistas, pues eso es caer en puro paternalismo que los condena a seguir en la misma situación, mencionó el investigador de la Universidad Veracruzana, Rafael Arias Hernández.
Recordó que en el sexenio pasado, como director del Comité de Planeación para el Desarrollo de Veracruz, señaló en su momento que el país y particularmente la entidad atravesaba por un periodo de nulo crecimiento económico y, al contrario, se registraba una recesión, pero su postura fue minimizada en ese entonces.
Señaló que la economía veracruzana venía creciendo a un ritmo “excelente” de 8.5 por ciento al año desde 2006, pero al llegar a 2008, al combinarse varios factores como la crisis mundial, afectó bruscamente a Veracruz e incluso durante 2009 reportó un decrecimiento de casi 2 por ciento.
El investigador de la UV dijo que en los últimos años el comportamiento económico de Veracruz no ha sido satisfactorio y es apenas en 2012 que comienzan a darse señales de recuperación económica, tal como lo había previsto a la crisis de 2008.
“Mi investigación de los ciclos de la economía veracruzana abarca desde 1994 a 2010 y hemos tenido dos años de recesión en Veracruz y, a pesar que se ha hecho un esfuerzo para sostener un ritmo de crecimiento, éste no ha sido suficiente”, agregó.
Rafael Arias Hernández destacó la importancia de evaluar el desempeño de toda la administración estatal para asegurar lo que está bien y cambiar lo que no funciona. Mencionó que durante el sexenio pasado el único error que tuvo en sus estudios y proyecciones fue que él calculó que crecería el número de pobres en Veracruz en 500 mil, pero finalmente son 600 mil los que reportó el Consejo Nacional para la Evaluación de políticas públicas (Coneval).
Frente a este panorama resaltó que se tiene que vigilar la asignación de los programas sociales asistencialistas de los tres niveles de gobierno, “los padrones tienen que entregarlos los tres y conocerlos para que funcione el buen gasto y evitar caer en el paternalismo que sólo condena a las siguientes generaciones a vivir en la misma situación de pobreza”, refirió.