Carta de la Dra. Ruth Quiroz
Son las tres de la tarde de un día que ha durado demasiado a pesar de las pocas horas transcurridas… A las 12: 40 AM me despertaron fuertes ruidos que venían de la calle, lo primero que pensé fue en una pelea o tal vez una balacera... me quede acostada unos minutos esperando que terminaran, pero eran cada vez más intensos... atarantada por la abrupta despertada, me asomé a la ventana y para mi sorpresa vi varios autos estacionados a la mitad de la calle alrededor de los cuales había hombres encapuchados, mucha luz y pequeñas luces de LED que brillaban en algunos puntos.. asustada me preocupe por mis vecinos (claro uno nunca piensa ser el objetivo de estos tipos).
Los ruidos eran cada vez más intensos, los reconocí, golpeaban fuertemente un objeto metálico, un auto o una chochera, mi habitación empezó a cimbrarse… ¡Golpeaban la cochera de la casa donde vivo con mi Mamá, mi hermana y su bebé! Inmediatamente fui por ellas que dormían en las habitaciones posteriores, estaban de pie al lado de sus camas, se habían despertado al escuchar pasos en el techo. En ese momento llame al número de Emergencias para avisar que unos sujetos estaban a punto de entrar a mi casa, los golpes y las voces se hicieron más próximos ¡estaban en la cochera! Tomamos al bebé y corrimos a encerrarnos en el cuarto de mi Madre, mi hermana llamó desde su celular a la Policía, aviso que habían entrado a nuestra casa.
Desde la ventana vimos desfilar a casi 30 hombres vestidos de negro, con pasamonañas, todos con armas largas cuyo nombre ni siquiera conozco o me había interesado nunca, la mayoría con las siglas PGJ inscritas en sus chalecos antibalas, los golpes se iban haciendo cada vez más cercanos, esta vez sobre la puerta de madera que da a la sala, la derribaron en un par de minutos
ABRAN hijos de la chingada- Y golpes ahora en la puerta de la habitación donde estábamos. Les exigí que se identificaran, mi mamá les preguntaba que querían. –ABRAN hijos de la… la puerta cedió.. vimos a seis hombres armados entrar.
¿Quiénes viven aquí? ¿Solo son ustedes?¿Donde está su esposo, señora? Mi mamá le contesó: “El no vive aquí, solo somos nosotras vivo con mis hijas y mi nieto”. La misma persona ordena que nos cambiemos de habitación, los hombres armados nos escoltan empujándonos y apuntando con sus armas. El que parece estar al mando pregunta repetidamente: ¿Dónde están las armas? ¿Dónde tiene los papeles? ¿Dónde está la caja fuerte? , en diferentes ocasiones contestamos que en la casa no hay armas ni de juguete o caja fuerte alguna y que no sabemos qué papeles buscan.
Mi mamá intenta alcanzar una mantita para el bebé que empieza a toser –No se muevan- nos apuntan. Inicia nuevamente el interrogatorio: ¿Dónde está su esposo?, ¿Hace cuanto vive en otro lado?, ¿Que tan seguido viene a esta casa?, ¿Donde vive su esposo?, ¿A qué se dedica su esposo?, ¿De qué viven ustedes?, ¿Donde están las armas?, ¿Donde trabajan?, ¿De quién es la oficina que se encuentra en la parte de abajo?, ¿Donde tiene fotos de su esposo?
Mi Madre les explica que deben estar equivocados en nuestra casa todos somos profesionistas, que mis Padres tienen un negocio desde hace 16 años y a duras penas viven de eso como personas de clase media, nada más. Les explico que mi hermana es contadora y yo soy médico especialista y que trabajo en el Centro Médico ISSEMYM en Toluca donde ellos van a curarse… sale del cuarto.
Regresan con las fotos de la sala una de ellas de mi abuelo que falleció hace 10 años –¿Este quién es? ¿Es su Papá?
- No Señor ese es mi abuelo
- Ah entoces es este.. nos muestra otra foto.. se nos acerca más…
- Si.. pero están equivocados.. el es un hombre que trabaja todo el día.. honestamente, no tiene un solo antecedente, bueno, ni siquiera una infracción de tránsito...
Sólo dejaron una de las fotografías y la otra la retiraron del marco y se la llevaron.
Al dejar de escuchar ruido dentro de la casa nos asomamos por la ventana y vimos que se retiraban dos camionetas tipo suburban blancas y 7 autos tipo sedan sin identificación. Salimos de los cuartos y notamos que faltaban nuestras laptops, cámaras de foto, video, celulares, ipad, nuestras joyas, anillos de graduación y el dinero de nuestras quincenas que acabábamos de cobrar.
Llamamos a nuestro abogado para asesoría quien a su vez llamó a la policía por tercera vez. Al llegar nos informaron que habían acudido al llamado pero se encontraron afuera a los agentes encapuchados que "dieron el charolazo” de la policía ministerial y les dijeron que se encontraban en un operativo, por lo que se retiraron ya que no pueden interferir con dichos procedimientos. Les pedimos que mantuvieran una unidad afuera para vigilancia de la casa que se encontraba con boquetes en todas las puertas, pero no quisieron ya que tenían que atender más llamados y tenían que andar todos juntos por el reciente asesinato de dos de sus compañeros en Zinacantepec , por lo que lo único que ofrecieron fue patrullar la calle intermitentemente. Y lo único que nosotros pudimos hacer fue “vigilar” que nadie entrara por los boquetes que habían dejado en nuestra casa.
El día empezaba a clarear, no sabíamos que hacer.. teníamos miedo, impotencia, tanto enojo y frustración. ¿A quién acudir cuando las personas a cargo de la seguridad de los civiles son las mismas que los agreden? ¿Qué irrumpen en sus hogares totalmente fuera de la legalidad y sin razón alguna? ¿Qué los roban?
Mi sorpresa fue más grande cuando en el Ministerio Público y en Derechos Humanos nos informaron que no éramos las únicas familias a las que les había sucedido lo mismo esa noche, al menos había 4 casos similares.
Ante la magnitud del problema solicitamos una audiencia con el Procurador y como sucede cuando se llega sin palancas a pedir una cita con alguien en un puesto político de tal envergadura, terminamos con el Secretario Particular de Asuntos Especiales de la PGJ quien categóricamente negó que se realizaran este tipo de operativos en Toluca y nos recomendó esperar a la respuesta del Ministerio Público que daría la misma atención a este caso que a cualquier otro robo reportado…. Efectivamente cualquier otro… como el de un celular, una mochila, un carro.
Cito a Efraín Bartolomé que en Agosto vivió una situación tan parecida que parece que escribimos la misma historia pero con diferentes personajes:
¿Sabe el presidente Calderón esto que pasa en las casas de la ciudad en este caso de Toluca?
¿Lo sabe el procurador General de la República Marisela Morales?
¿Lo sabe Eruviel Ávila Gobernador del Estado de México?
¿Tiene conocimiento u ordena Alfredo Castillo el procurador del Estado estos operativos?
¿Sabrán quién fue el encargado de este acto en contra de inocentes?
Lo que le paso al Sr. Bartolomé, ahora a mí y a mi familia ¿seguirá pasando en otros hogares del País?
¿Recuperaremos algún día la tranquilidad con la que vivíamos los Mexicanos?