El teniente coronel Silvio Isidro de Jesús Hernández Soto, arraigado por sus presuntos vínculos con el narcotráfico, fue mando policiaco en Veracruz durante 16 meses del gobierno de Javier Duarte. En ese lapso, se dispararon los crímenes graves, en particular los homicidios violentos y las desapariciones.
El militar hoy es investigado y sujeto a un arraigo de 40 días como parte de una investigación por sus presuntos nexos con los Beltrán Leyva, junto con los generales Tomás Ángeles Dauahare, Roberto Dawe y Ricardo Escorcia.
Sin embargo, los saldos negativos en el servicio público no son sólo estos. Como subsecretario B de Seguridad Pública en Veracruz, del 6 de febrero hasta antes de su detención, el pasado 17 de mayo, enfocó sus operativos policiacos en las zonas de disputa entre los cárteles de Los Beltrán Leyva y Los Zetas: Veracruz-Boca del Río y la zona limítrofe con Tamaulipas, y desató una mayor violencia en esa entidad.
El teniente coronel de Caballería, quien causó baja en el Ejército el 2 de noviembre de 2002, llegó al cargo de subsecretario estatal de Duarte por recomendación del general Sergio López Esquer, quien fue titular de la Secretaría de Seguridad Pública en esa entidad, y durante su encargo se caracterizó por ser selectivo en sus acciones.
De acuerdo con fuentes consultadas en esa entidad, mientras se mantuvo en este puesto, la violencia ligada con ejecuciones y con desaparecidos fue al alza en los municipios de la región costera central: Veracruz Llave, Boca del Río, y en los de la parte norte, Pánuco, Tampico El Alto y Tantoyuca.
De lo anterior dan cuenta hechos como el ocurrido en Boca del Río, el 20 de septiembre del año pasado, cuando fueron encontrados 35 cadáveres con huellas de tortura en esa demarcación conurbada con el puerto de Veracruz.
Posteriormente, el 6 de octubre, elementos de la Secretaría de la Marina hallaron 37 cuerpos más sin vida en tres domicilios ubicados en tres fraccionamientos.
Estos hechos son los que históricamente han concentrado un mayor número de víctimas en el estado, tan sólo en dos acciones del crimen organizado. A ellos habría que sumar la localización de sepulcros clandestinos en la entidad.
Algunos de los familiares de los ejecutados, denunciaron ante medios locales que sus familiares habían sido “levantados” –privados de su libertad previamente- por la policía.
Incluso, algunas fuentes policiacas que laboran en el área de Hernández Soto, sostienen que en ese lapso “hubo una limpia de zetas en Veracruz”.
Otro de los señalamientos es que en su estancia en la Secretaría de Seguridad Pública se elevó la desaparición de personas, particularmente en las zonas costera central, en algunas regiones de la zona sur y en la parte norte. En esta última, la gente no puede salir a la calle de noche, por temor a que la secuestren, y a diario se registran homicidios violentos.
Los desaparecidos
Datos dados a conocer el pasado mes de febrero por Províctima establecían que de octubre a enero, se habían reportado en esa entidad a un total de 61 personas desaparecidas.
Mientras tanto, la página de la Secretaría de Seguridad Pública federal, en su Registro Nacional de Personas Extraviadas, muestra fotografías de 224 casos del estado de Veracruz, 73 de ellas desaparecidas el año pasado.
En el estado de Veracruz se negaron a dar una cifra precisa de cuántas personas desaparecieron de febrero del año pasado a mayo del presente año, aunque fuentes consultadas establecieron que en ese lapso la estimación es que fueron privadas de su libertad por lo menos 250 personas en el estado.
Familiares de desaparecidos y de personas secuestradas, le demandaron a Hernández Soto investigar dónde estaban sus hijos, hermanos, nietos, y de acuerdo con declaraciones públicas de algunos de ellos, sólo recibieron malos tratos y falta de voluntad de que se realizaría una investigación sobre el paradero de estos.
Su paso como director de la Agencia Veracruzana de Investigaciones (Policía Ministerial), al cual llegó el 16 de enero de 2011 y terminó el 3 de febrero de ese mismo año, para irse a ocupar el cargo de subsecretario, dejó la impresión entre la gente de la Procuraduría de Justicia de esa entidad, de “un tipo con un trato áspero e impositivo, que enviaba a los agentes a operativos muy puntuales”.
Su paso por la cuna de los Beltrán
Casi un sexenio después de haberse dado de baja de la Secretaría de la Defensa Nacional, el 19 de mayo de 2008, el militar que se encuentra arraigado por sus presuntos nexos con el Cártel de los Beltrán Leyva, fue designado director de la Policía Ministerial de Sinaloa, durante el sexenio del priista Jesús Aguilar Padilla.
De esa fecha y hasta junio de 2010 fue funcionario de la Procuraduría de Justicia Estatal, cuyo titular era el actual diputado priista Luis Cárdenas Fonseca.
El 23 de julio de 2010, al retirarse del cargo, una mujer cuya identidad se reserva, presentó una denuncia penal en contra del teniente coronel, por los golpes que él, su pareja sentimental, le había propinado. La mujer era empleada en 2008 del teniente.
En su defensa por la denuncia penal, Hernández Soto aseguró que los golpes se los había propinado uno de sus escoltas a su pareja, al haber reaccionado a una presunta agresión por parte de ésta.
El 1 de septiembre de ese año, la agredida se presentó ante la agencia del Ministerio Público Especializada en Delitos sexuales y Violencia Familiar a desistirse de la denuncia penal, para lo cual argumentó que todo había sido producto de una “diferencia entre pareja”. La averiguación previa es la Cul/698/2010 de la citada mesa.
Para considerar…
72 muertos se reportaron en sólo dos hechos mientras fue mando en Veracruz 61 personas desaparecidas se registraron sólo de octubre a enero 250 personas fueron “levantadas” durante sus periodos como mando.