1 de junio de 2012

EL PENDEJO DE LA SEMANA: JAVIER DUARTE


En esta nueva columna semanal, Román Cotera premiará a toda aquella figura pública nacional que haya tomado el camino de "no mantenerlo real" y sea un auténtico merecedor al título: Pendejo de la semana.
Para ser merecedor del título de 'Pendejo de la semana' hay que hacer méritos y colarse a la muy larga fila de aspirantes a ostentarlo. Si el nombre de Javier Duarte no te dice algo y todavía lo confundes con Jack Duarte, podemos decir que el tipo es un gobernador que tiene la costumbre de andar reapendejado.
Entre sus logros en tan solo 9 meses como mandatario estatal de Veracruz, y tras una cuestionada resolución electoral en tribunales, está el haber endeudado al estado con una suma histórica de casi  57 mil millones de pesos. Pero no fue ésto lo que catapultó a Javier Duarte  la fama internacional.
El 25 de agosto, tras una oleada enfrentamientos armados y jornadas llenas de violencia que merecieron solo menciones de “eventos aislados” por parte de los medios oficiales del gobierno de Javier Duarte, finalmente la cuerda reventó por lo más delgado. Usuarios del canal #VerFollow de Twitter, quienes en un principio lo utilizaron como red ciudadana para informar en tiempo real de hechos violentos en Veracruz, aseguraban haber recibido reportes de levantones y disparos en escuelas donde todavía era horario de clase. Esto derivó en una serie de mensajes en Twitter por parte de un puñado de personas –la lista es de alrededor de 16 cuentas investigadas- que causaron alarma y una psicosis generalizada que las autoridades no pudieron contrarrestar a pesar de contar con estrategias de contención de daños virales en redes sociales. Inclusive el mismísimo gobernador tuvo que poner sus dos pulgares sobre su Blackberry para pedir –vía Twitter- calma a la enardecida turba de padres de familia que causaron “caos vial y perdidas comerciales” en diferentes zonas de Veracruz y el municipio conurbado de Boca del Río. Desde el paso de los huracanes Karl y Matthew no se veía tanta devastación en Veracruz.
Tras la tragedia, y alguno que otro episodio de crisis nerviosa de obesas funcionarias de la educación, el gobierno de Veracruz fue firme en encontrar a quienes, en sus palabras, habían cometido el mayor acto de terrorismo en la historia del Veracruz. Horas después el atentado al Casino Royale de Monterrey daría un contexto diferente a la palabra 'terrorismo'.
Finalmente, y en un inusitado tiempo record, se llevaron a cabo las investigaciones sobre la identidad y paradero de 2 de las 16 cuentas investigadas. Pero más rápido aún ha sido el proceso judicial donde se está juzgando bajo cargos por terrorismo a Gilberto Martínez Vera y a María de Jesús Bravo Pagola, el maestro de matemáticas y la periodista que han sido aislados y sometidos a un proceso lleno de irregularidades. Bajo el supuesto que los pendejos son los veracruzanos, Javier Duarte ha aplicado la ley selectivamente y ha encendido las alarmas de una gran parte de las ONG’s que ven en esta pifia un retroceso democrático que sienta un peligroso precedente legal en México.
No son las redes sociales las cuales deban regularse, en todo caso habría que evitar que la gente pendeja haga mal uso de nuevas tecnologías (Así como ha si como ha sucedido con el radio, la televisión y el teléfono) Los rumores tienen límites, la (re) pendejez no.

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