CARLOS LORET DE MOLA A
De las diez encuestas más seguidas, nueve marcan empate técnico (menos de seis puntos porcentuales de diferencia, estrictamente hablando) entre Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, en todos los casos el empate muestra al perredista tantito delante de la panista. Esto construye la percepción de que la candidata del PAN ya se cayó. No inspira, y lo peor: parece que ya no importa.
Josefina Vázquez Mota se ve sola, sola, sola. La ha dejado sola el presidente. La ha dejado sola el PAN. La ha dejado sola Fox.
El peso de Los Pinos no se ha sentido a favor de la candidata del PAN. Calderón lanzó aquella famosa encuesta donde decía que Josefina Vázquez Mota estaba a tres puntos porcentuales de Peña Nieto y se apagó. Se ha limitado a defender su propia gestión ante los ataques de la oposición. Gobernadores, medios de comunicación, empresarios acaudalados no acusan recibo de las habituales presiones del poder presidencial en estos tiempos de campaña. Muy bueno y muy sano para una democracia frágil como la nuestra. Veremos si sigue así, porque cuentan algunas fuentes bien informadas que, tras la publicación de la encuesta que pone al candidato perredista a cuatro puntos porcentuales de llegar a Los Pinos, el presidente se alarmó y decidió ponerse a operar. Se sabrá pronto.
El expresidente Vicente Fox la torpedea en cada declaración: desde que sólo un milagro la haría ganar hasta el llamado a sumarse al "puntero" y recomendar a la panista dedicarse a consolidar su segundo lugar.
El PAN, que históricamente había sabido mantener a sus grupos en la institucionalidad cerrando filas en torno a quien resultara ganador después de una contienda interna, dejó los hilos sueltos, desoyó el llamado de su candidata a olvidar las divisiones y sigue sin aparecer con fuerza detrás de su abanderada. Cada corriente, cada gobernador blanquiazul, cada líder vigila los intereses propios.
Frente a las encuestas, todos corren a refugio seguro: curules, embajadas, deslindes. Hasta el coordinador de su campaña tiene segura una plurinominal al Senado (el coordinador es Roberto Gil… ¿o Mario Laborín?). Uno de los principales integrantes del "cuarto de guerra", Juan Molinar Horcasitas, es desconocido por la candidata cada que le preguntan, pero sigue tienendo primera importancia.
El tono de la candidata mueve al lamento, no al entusiasmo. Su estrategia ha servido… a López Obrador. Y eso que ha contado con la incalculable ventaja de que la contienda no ha versado sobre los 60 mil muertos de Calderón sino de la corrupción del PRI.
Josefina aún pelea en las preferencias el segundo lugar. Las tendencias son negativas, pero hasta hoy, los datos no dan para descartarla. El asunto es que su equipo parece paralizado.
Su última llamada es el debate del próximo domingo. Si no logra meterse de nuevo con fuerza ese día, la Josefina Diferente más bien quedará en Josefina Irrelevante.
SACIAMORBOS
Nunca, nunca, imaginé un desenlace así para ella. La calculé mucho, mucho mejor candidata.
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