por Lilia Baizabal
“Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella”: Joan Báez.
Qué tiene que suceder en el estado de Veracruz para que los comunicadores puedan realizar su trabajo sin el riesgo o el miedo de que en el acontecer diario, tengan que ser “levantados”, “desaparecidos”, “ejecutados” o demás.
Resulta ya imposible que alguien pretenda ocultar la realidad. Los hechos de inseguridad que registran nuevo aumento en la entidad y que afectan a ciudadanos de cualquier nivel económico, deben ser suficientes ya, para que las autoridades estatales actúen de manera inmediata en detener esta barbarie.
Ya es preocupante situación de inseguridad contra periodistas.
Un nuevo capítulo se abre en la historia de las agresiones en contra de trabajadores de los medios de comunicación. El secuestro deGregorio Jiménez, a manos de un grupo armado que se lo llevó a plena luz del día, deja ver la fuerte indefensión en que se encuentran otra vez, los periodistas veracruzanos.
Nueve asesinatos de comunicadores y dos desapariciones sin resolver, así como poco más de 20 exiliados, no han sido suficientes para que la Procuraduría de Justicia del estado al mando de Amadeo Flores Espinoza, presente a los responsables de alguno de estos hechos y la Secretaría de Seguridad Pública al mando deArturo Bermúdez Zurita actúe en frenar la acción de la delincuencia.
Es evidente que continúa el disimulo y tolerancia con los delincuentes por parte de algunas autoridades responsables de la procuración, impartición y ejecución de la justicia. ¿A cambio de qué?. ¿ O de cuánto?.
Esto ha dado como resultado la impunidad, las deficiencias en la administración de justicia —por incapacidad, irresponsabilidad y evidentemente corrupción—. Y el alarmante incremento de hechos delictivos. Se ha hecho también clara la infiltración de la delincuencia organizada en instituciones del Estado. Como sucedió en con el caso de los policias que participaron en el secuestro del cantante Gibrán Martíz.
Si no hay justicia, como los hechos demuestran no existe en el estado de Veracruz, se puede delinquir con mayor facilidad. Claro, ese es y ha sido el mensaje para los delincuentes. “Actúen con tranquilidad, a cualquier hora del día, aquí no pasa nada”. Los resultados están a la vista, un nuevo periodista agredido.
Varias organizaciones nacionales, diversos medios de comunicación nacional y hasta internacional dan cuenta de la información sobre el secuestro de Gregorio Jiménez de la Cruz. Sin embargo, es necesario que las autoridades correspondientes concentren sus esfuerzos en lograr su regreso sano y salvo.
Quienes se llevaron al comunicador, lo hicieron con la idea de que “todo mundo se enterara”, pues en los otros casos de reporteros desaparecidos, nunca nadie dijo haber visto algo parecido. Ahora, la acción fue diferente, llegaron hasta su casa y le dieron a Gregorio, la oportunidad de que se despidiera de su familia.
A plena luz del día. En punto de las 7:15 de la mañana, la familia sufría la conmoción de ver cómo se llevaban al esposo y padre, al que apenas le dieron tiempo de estacionar el vetusto carrito en el que se transportaba, luego de regresar de la escuela a donde había dejado a su hija.
Gregorio Jiménez vivía en la más absoluta pobreza. Lo que ganaba como reportero en NOTISUR y el Liberal del Sur no le alcanzaba ni para poder haber concluido el techo total de su casa.
Es pública la explotación de la mayoría de los dueños de los medios de comunicación sobre los periodistas. El 90% no ofrece Seguridad Social, menos mucho menos Infonavit, cómo podría haber tenido Gregorio Jiménez una casa decente.
El antecedente viene a colación para desvirtuar cualquier comentario de los agentes del ministerio público que muy seguramente, podrían desprestigiar a la víctima. No sería sólido un argumento en relación a que se dedicaba a hechos delictivos o tenía nexos con la delincuencia. Un delincuente tiene dinero, al menos para tener una casa decente. ¿no?.
Sin embargo, aún no está visto de todo lo que son capaces los funcionarios “expertos” en la investigación de la Procuraduría de Justicia del estado de inventar…
La designación de Enoc Maldonado al frente de este nuevo caso, no será garantía de que habrá transparencia y hasta pareciera que se preparan para anunciar una investigación por homicidio, cuando lo que se exige es que rápida investigación y hechos que logren la aparición con vida de Gregorio Jiménez.
El móvil de este nuevo levantón, evidentemente está relacionado con la actividad de Gregorio Jiménez, dinero, no tenía. Pero tampoco sería extraño que digan que “era compadre, amigo, cuate”, de quienes se lo llevaron… o que “acostumbraba invitarles a tomarse unas copas en su casa”….y luego de una “discusión” decidieron llevárselo….como dijo la Procuraduría en el caso de las pesquisas por el asesinato de la corresponsal de Proceso Regina Martínez.
Son tan burdas y aberrantes tantas de las cosas que se han dicho de las víctimas para justificar que algo les sucedió “porque andaban en malos pasos”, no por el hecho de que la brutal corrupción que permea en las dependencias responsables de procurar y administrar justicia, permite que Veracruz viva la peor crisis de inseguridad de su historia.
No extrañó en lo más mínimo la protesta en las calles de los comunicadores de Coatzacoalcos que demandan la agilización de las investigaciones para lograr la reaparición con vida de Gregorio Jiménez.
Tampoco que por la noche, hayan interrumpido una rueda de prensa que ofrecieron varios funcionarios del gabinete a los que los colegas, les reclamaron en su propia cara sean incapaces de evitar las agresiones contra periodistas y de la misma ciudadanía en general, que ya se encuentra harta de tantos hechos de violencia.
O que hoy viernes por la mañana, volvieron a marchar. Con gesto de preocupación, tristeza e indignación.
Valiente y decidida la actuación de los comunicadores de la zona sur del estado. Muchos acudieron a la protesta aún bajo amenaza de ser despedidos de sus fuentes de trabajo. A quién le importa continuar de reportero o de fotógrafo si ya nadie tiene garantizado en Veracruz, que no será víctima de un hecho de violencia.
Han transcurrido 2 años de las ejecuciones de 9 comunicadores en el estado. El hecho aún se recuerda con preocupación y dolor. Lo más decepcionante, es ver cómo podría desatarse una nueva era de violencia contra los periodistas y nada nuevo sucederá porque las autoridades de todos los niveles están cruzados de brazos.
No hay investigación. No hay detenciones. No hay resultados. No hay justicia. No hay justicia no solo para las familias de los comunicadores que fueron terriblemente asesinados. Si no para cualquiera que cae víctima de un hecho de inseguridad.
Sobran las excusas, las campañas de difamación contra los asesinados, pero también contra los reporteros vivos que en sus espacios, dan cuenta de la otra realidad de Veracruz.
Es evidente. Nadie puede ocultar más la crisis de inseguridad que nuevamente vive el estado con todo el programa “Veracruz Seguro” y la incapacidad de los funcionarios de todos los niveles del gabinete para resolverla.
Sí, desde el gobernador Javier Duarte de Ochoa, el Procurador Amadeo Flores Espinoza, el Secretario de Seguridad Pública Arturo Bermudez Zurita y el mismo Presidente del Tribunal Superior de Justicia, Alberto Sosa Herández. Ninguno ha estado a la altura de lo que los veracruzanos demandan con urgencia ya, ¡seguridad! y ¡justicia!.
Ahora si, que como gritaron las consignas de los colegas de Coatzacoalcos hartos de tanta indiferencia, ineptitud y valemadrismo de los que cobran enormes sumas por no hacer nada en beneficio de los ciudadanos ¡si no pueden, renuncien!.
Debieran los señores funcionarios tener un poco de dignidad y permitir que otros personajes puedan intervenir para resolver esta grave situación, que no solo pone a los comunicadores en grave riesgo de seguridad, si no como se ha visto a muchos ciudadanos, a nuestros niños, a nuestros jóvenes, a nuestros profesores…a nuestros ancianos.
Qué más tiene que suceder para que las autoridades federales reconozcan además, el clima que vive el estado, para que refuercen los operativos o realicen los ajustes necesarios para que los veracruzanos puedan recuperar una vida libre de zozobra, incertidumbre, miedo y violencia.
Acaso esperan que la frustración de estos grupos sociales que no ven resultados, sea capitalizada por actores políticos para sus propios fines, y aumente el riesgo de reivindicaciones violentas.
Qué más debe suceder para que la misma sociedad asuma con decisión la urgencia de responder a los desafíos de la inseguridad y la violencia que los funcionarios no pueden o no quieren resolver.
Cuánta gente más debe ser levantada, desaparecida, secuestrada, asesinada, robada, violada en Veracruz para que su sociedad responda. Una sociedad más responsable, ya debió a estas alturas de crisis de violencia organizarse y salir a reclamar su derecho a la garantía de un Estado seguro.
Pero no. ¿Dónde está esa sociedad que no se ve por ningún lado?..
Vale la pena que más comunicadores y sus familias, continúen arriesgando sus vidas, en aras de mantener informada con veracidad y profesionalismo, a una sociedad que parece no ver, no escuchar y a la que no le importa nada.
Que pena, qué tristeza que los veracruzanos todavía no respondan y se organicen también como los michoacanos, para exigir, demandar o proponer a las autoridades soluciones inmediatas a esta terrible crisis de inseguridad que de continuar como va, algún día, les tocará a su puerta. Que pena. ¡Que preocupación y tristeza!.
Son responsables muchos funcionarios de esta terrible realidad que vive México. Pero también los ciudadanos por seguir en su comodidad e indiferencia y no salir a las calles para exigir drásticos cambios que frenen esta historia de horror y muerte. ¿Hasta cuándo reaccionarán señores?..Esperemos que cuando lo hagan, no sea uno de su familia el protagonista de un hecho trágico.
Mientras, rogamos al cielo para que Gregorio Jiménez pueda regresar a su casa sano y salvo. Un abrazo solidario para su familia en estos momentos de angustia y preocupación. Así sea….
fuente: PLUMAS LIBRES