* Héctor Yunes, el candiduarte * La complicidad del PRI *
Fingen que se deslindan * El desgobernador, solapado por su partido *
Duartistas serán candidatos del PRI * Benítez y Karla Enríquez,
listos * Candidata mujer por la alianza PAN-PRD en Coatza
Terrible el escenario electoral, vende el PRI que el malo es Javier Duarte,
que debe hablar con la verdad, encarar la ley. Ahora sí. Se lo sacude cuando
siempre lo encubrió, para allanarle el camino a Héctor Yunes y evitar, si es
que aún puede, una descomunal derrota el día de la elección.
Qué tretas las del PRI. Cómplice siempre, calló los excesos y los atracones
de poder, el saqueo y el desastre, la quiebra de las finanzas y la deuda
impagable, la represión al pueblo y el baño de sangre, el paso libre al crimen
organizado hasta ver a la policía de Veracruz abasteciendo de carne inocente a
los verdugos del mal.
Dice ahora Manlio Fabio Beltrones que el gobernador debe acudir a la
verdad, aclarar cuentas, esclarecer las cifras, explicar en qué instante se
extravió el dinero, casi nada, algo así como 35 mil millones de pesos. Ahora
sí.
Habla Don Beltrone a Reforma, este martes negro para el duartismo, martes
23, y se alienan los astros para diseñar la salida de Javier Duarte del
gobierno de Veracruz.
Le preguntan si el PRI seguirá apoyando a Javier Duarte y, seco, responde:
“Nosotros estamos respaldando a Héctor Yunes como candidato”.
No se irá por gusto, ni en plan grande. No tendrá cabida en el seno del
peñanietismo, en su gabinete, en la Secretaría de Turismo o en el Infonavit,
como se le auguraba cuando el presidente EPN aún lo traía de cuate, el único
amigo jarocho, según el mitómano gobernador, que tenía en Veracruz.
Horas después, el columnista Edgar Hernández, auguraba la renuncia en su
Línea Caliente, con un “Duarte, ¿cuándo te vas?”.
Retrataba el Premio Nacional de Periodismo ese caos llamado duartismo, que
acumuló repudio a granel, que provocó a la sociedad, que vapuleó a pensionados
y estudiantes, y que un día, en el café La Parroquia de Veracruz, creída la
gente que el que hacía acto de presencia era Javier Duarte, comenzó a gritarle
“Ratero, ratero, ratero”. Y de ahí el “Fuera, fuera, fuera”, que fue captado en
videos que inundaron las redes sociales.
No era el gobernador. Javier Duarte lo aclaró, él en su despacho de
palacio, ese que usa de vez en nunca porque es más placentero gobernar desde
Casa Veracruz, la residencia oficial, con el cel en la mano, a tuitazos y
feisbucazos, frente a la pantalla, clavado en el Xbox, con los Cheetos y la
Coca al alcance.
No era Javier Duarte pero sí el repudio de la gente. Se vaciaban los odios,
se volcaban los rencores, la mentada y el reclamo a quien nunca entendió que
significa ser gobernador.
Evoca el episodio de La Parroquia a los días posteriores al
lopezportillismo. Había dicho José López Portillo que defendería el peso como
un perro, y falló. Se devaluó la moneda, se fueron los capitales, se abatieron
las finanzas. Lloró en el Congreso, impotente el engreído.
Y así, cuando lo veía la gente llegar a los restaurantes, ya sin la aureola
de presidente, comenzaban a ladrarle. Crecía el coro. Ladraban más. Sonreían y
ladraban. Gritaban y ladraban. Y JoLoPo terminaba por largarse, con su esposa
Sasha, la de las películas de burlesque y encuere, y con su escolta. Los
mataban a burlas.
Así le irá a Javier Duarte, repudiado por el pueblo que lo ha sufrido,
ahora que se consuma la premonición, lo que pocos auguramos desde que Fidel
Herrera Beltrán bursatilizó el impuesto de la tenencia vehicular. Iba a haber
quiebra y la quiebra ya está.
Don Beltrone habló de cuentas claras e instó a que Javier Duarte no oculte
la verdad. Qué desmemoria o qué cinismo. Don Beltrone es el mismo que acudió al
rancho San Julián, en el feudo de los Yunes Zorrilla, en Perote, y ahí, frente
a todos sonreía, se abrazaba, convivía y con-bebía, celebraba las payasadas y
los chistoretes del gobernador de Veracruz.
Pudo instarlo ahí a hablar con la verdad, decir cuánto debe su gobierno,
cuánto no pudo solventar, cuántos de los 35 mil millones detectados por la
Auditoría Superior de la Federación fueron objeto de robo, de saqueo, de
corrupción. Se trata —y se debió tratar en San Julián— de hablar con la verdad.
Pero en esos días la misión era encubrir, Javier Duarte y el PRI, uno solo,
solidarios en el fango, en la corrupción.
Describe la trama de lo que teje el PRI, la periodista Claudia Guerrero
Martínez, autora de Entre lo Utópico y lo Verdadero, directora y propietaria
del portal Periódico Veraz.
Fue conclave en el PRI nacional, el lunes 22. Don Beltrone convocó a Pepe
Yunes, el senador; a Héctor Yunes, el precandidato a la microgubernatura; a
Emilio Gamboa Patrón, líder de los senadores priistas; a Miguel Ángel Osorio
Chong, secretario de Gobernación. Decidió que Javier Duarte debe dejar el
poder.
“La radiografía electoral mostraba que el culpable de la falta
de credibilidad entre los veracruzanos hacia el PRI, es gracias a la pésima
gestión de Javier Duarte de Ochoa… Y así, alguien deberá salir, para no seguir
perjudicando el Proceso Electoral en Veracruz y por ende, a los pre
y candidatos tricolores…”.
Agregó Claudia Guerrero:
“En las próximas horas se dará el anuncio de la separación al
cargo como Gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa… Quizá lo
enfermen y su estado de salud se diga ser ‘grave’… Quizá lo despidan de manera
fulminante y sin miramientos… Lo interesante es que ya hay traidores a Duarte y
quienes como las ratas salen del barco, antes de que este se hunda….
“Mientras, en las cuatro paredes de la oficina principal de Casa Veracruz,
Javier Duarte de Ochoa trata de negociar, con dinero de los veracruzanos…
Intenta comprar a operadores políticos y pretende imponer su voluntad, al no
querer dejar el puesto, ‘pataleando’ de manera vergonzosa para no dejar el
poder y la ubre gubernamental”.
Un remolino envolvía a Javier Duarte y él sólo tuiteó que se hallaba en la
ciudad de México, junto al presidente de la Fundación Teletón, Fernando
Landeros, suscribiendo acuerdos para el futuro.
Ese martes reiteraba que no se va. Visitó medios de comunicación en el
puerto de Veracruz y ahí le cuestionaron sobre los rumores de su salida.
“Falsos”, respondió desdeñando los comentarios del virtual candidato de la
alianza “Unidos para Rescatar a Veracruz”, Miguel Ángel Yunes Linares.
Su área de comunicación comparó la versión de su salida con el episodio de
La Parroquia, donde lo abuchearon sin que el gobernador estuviera presente,
creídos los comensales que el que arribaba era Javier Duarte.
Debe irse, aunque no obedece a un acto de justicia ni para enfrentar
la ley, rendir cuentas por el saqueo y el abuso, por el caos en que sumió a
Veracruz, la deuda descomunal, la burla a los que les debe, pensionados,
empresarios, proveedores, maestros, a la Universidad Veracruzana, al Órgano
Público Local Electoral.
Se irá, no porque la justicia lo vaya a alcanzar sino como una treta
política del PRI, para dejar de ser un lastre para Héctor Yunes, su campaña en
las últimas, sin intención de voto, atrapado en el repudio a Javier Duarte,
pero también al PRI.
Nadie concibe a Javier Duarte por un lado y al PRI por el otro. Son lo
mismo y son los mismos, les dice en cada foro, en cada entrevista, Miguel Ángel
Yunes Linares.
Horas después, cuando la información de Claudia Guerrero viralizó las redes
sociales, cuando desató la furia de los amigos del Face y los tuiteros, los
internautas, Héctor Yunes se volvió a colgar del escándalo, necio en que puede
hablar de culpabilidades pero no de culpables.
“Hay una ola gigantesca de exigencia para que se rindan cuentas en
Veracruz”, señaló el precandidato del PRI, el candiduarte, e instó la
intervención federal para enterar a los veracruzanos de lo que ha ocurrido con
la aplicación de los recursos públicos.
“Aplaudo y agradezco la postura que he sostenido por largo tiempo: Debe
sancionarse la corrupción. Es ahora o nunca”, agregó. ¿Ah, sí? ¿Y los elogios a
Javier Duarte en los eventos de Alianza Generacional? ¿Y el silencio encubridor
desde el Senado?
“No podemos seguir siendo vergüenza nacional”. Y aseguró que nadie tiene
que llegar a Veracruz a limpiar la casa. Eso “lo hacemos desde el PRI”. O sea,
el lodo purificando al lodo.
¿Y los nombres? Ni ahí menciona a Javier Duarte.
Describe la farsa el candidato azul-amarillo, Miguel Ángel Yunes Linares.
No hay justicia. Es una trama, una treta, un show. El PRI busca salvarle el
pellejo a Héctor Yunes.
Javier Duarte dejaría el cargo “no para hacer justicia a los veracruzanos,
sino para proteger al PRI y su candidato tapadera porque saben que tienen
perdida la elección a gobernador”, expresaba en un video que circuló de
inmediato en las redes sociales.
E insistió en que Duarte y sus secuaces deben devolver lo robado. “Queremos
saber dónde están los millones destinados a la salud, a la educación, (…).
Queremos antes de que Javier Duarte se vaya, verlo ante un juez, a él y a los
funcionarios de su gobierno y a los pseudoempresarios que prestaron su nombre
para quebrar Veracruz”.
Si quitan a Javier Duarte “para protegerse”, los veracruzanos “nos la vamos
a cobrar, no vamos a caer en la trampa, no nos van a ver la cara”, enfatizó.
Y apuntó:
“Nosotros queremos justicia, que devuelvan el dinero que se robaron, que
Veracruz se desarrolle y haya seguridad (…) sí, que quiten a Duarte, pero que
vaya a la cárcel, que devuelva lo que se robó, él y toda su banda”.
A su vez, Fernando Yunes Márquez, su hijo, senador panista, encabezaba a la
fracción legislativa que solicita el juicio político al gobernador de Veracruz.
Clara, la maniobra pretende alargar el tiempo de Javier Duarte en el
gobierno de Veracruz, mínimo un mes, que siga siendo la piedra atada al pie de
Héctor Yunes, el fallido candiduarte del PRI.
Qué ironía. Hace meses los panistas demandaban la caída de Javier Duarte y
los priistas lo defendían y sostenían. Hoy son los priistas quienes lo quieren
lejos del gobierno de Veracruz, que no le cause daño a Héctor Yunes y al PRI, y
son a los panistas, los Yunes azules, a quienes les conviene que permanezca
mínimo un mes más en el cargo, para ahondar la crisis priista.
Javier Duarte, su desgobierno, el conflicto por los dineros, con la UV, el
OPLE, el Tribunal Superior de Justicia, los burócratas y pensionados, las
desapariciones a manos de policías, la ola de sangre, la violencia, el
levantón, el secuestro, la extorsión, minan y socavan al candiduarte Héctor
Yunes.
Una medición confiable dice que el PRI va abajo de la alianza PAN-PRD por
cinco puntos en intención de voto. Otra sostiene que la brecha es superior a
10, desfavorable al tricolor. Tácitamente irreversible la derrota y de ahí la
urgencia de que el principal negativo de Héctor Yunes, el gordobés que
desgobierna a Veracruz, se vaya.
Farsa pura su salida. Es terrible el escenario electoral del PRI. De ahí el
sacrificio de Javier Duarte. Huida sin culpa, sin justicia. Impunidad y premio
al atraco.
Cómplice, el PRI le aguantó a Javier Duarte el saqueo y el abuso, el caos
financiero, la ola de sangre. Y nunca alzó la voz. Ha sido su gobernador, su
corrupto, su represor, su enemigo de la prensa, el perseguidor de Rubén
Espinosa hasta su muerte violenta, su golpeador de pensionados, de ancianos, de
lisiados, el mago que desapareció los recursos, que dejó sin dinero a todos.
Ahora es un lastre. No dejó crecer a Héctor Yunes, sus negativos cada vez
peores, afectando la campaña, enfilando a la derrota.
Y por eso se va.
–
Archivo muerto
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Así que no hay pacto con Javier Duarte, que él, Héctor Yunes Landa, es su
crítico, que el duartismo no será gobierno en Veracruz. Eso pregona el
precandidato del PRI con ganas de que los veracruzanos le crean. Cómo explicar,
entonces, que Vicente Benítez González, el pagador de Javier Duarte en la
campaña de 2010, deje la Oficialía Mayor de la Secretaría de Educación porque
será en candidato priista —propuesto por el Panal en alianza con el PRI, que es
lo mismo— a diputado local por San Andrés Tuxtla. Cómo entender que Karla
Enríquez Merlín, chamaquilla aún, hija de la diputada Gladys Merlín Castro,
deje la Subsecretaría de Fomento y Gestión Ambiental del gobierno de Javier
Duarte y contienda por la diputación que mami le pretende heredar en
Cosoleacaque. Embustes puros de Héctor Yunes. Si gana el PRI, ganan los
duartistas, gana Fidel, ganan los que han saqueado a Veracruz, a su lado la
escoria, los que han agraviado a los veracruzanos… Casi un hecho que la alianza
PAN-PRD, denominada “Unidos para Rescatar a Veracruz”, tendrá candidata mujer
en el distrito 29, el Coatzacoalcos Urbano. Y no se descarta que para enfrentar
al marcelismo y el embate de Morena, el partido del Peje López Obrador, se opte
por una dama de la sociedad civil. Se cocina en el alto mando de la alianza…
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Acerca del autor
Atrapado en el mundo de las letras y la denuncia
social, Mussio Cárdenas Arellano cuenta ya con un extenso kilometraje recorrido
en el periodismo. Lejano parece ya aquel 1978 cuando en Coatzacoalcos, su
tierra natal, escribió sus primeras notas. Transitó por la entrevista, el
reportaje, la crónica, el artículo y la columna política. Fue corresponsal de
la revista Proceso, Imevisión, IMER, Contralínea; fundador de las revistas
Contacto, Semanario Contacto e Informe Rojo; analista político en radio y
televisión, y ganador del Premio México por columna política, en 2009, otorgado
por la Federación de Asociaciones de Periodistas de México (FAPERMEX). Su
contacto con el periodismo viene de familia. Su padre, Mussio Cárdenas Cruz, y sus
tíos Emilio, Francisco y Paulino, constituyen una dinastía de periodistas
veracruzanos de reconocido prestigio. Actualmente escribe la columna Informe
Rojo, que se publica en portales en internet y medios escritos con amplia
aceptación entre la opinión pública.