Duarte flota en un mar de indignación, odio y cuentas pendientes; ha logrado unir a todos en su contra —incluido el PRI.
Ventana
Tiempo
y suerte acabaron para Javier Duarte. El
gobernador de Veracruz flota en un mar de indignación, odio y cuentas
pendientes; ha logrado unir a todos en su contra —incluido el PRI.
Lejana
parece la anécdota cuando Fidel Herrera, antes
de la elección de 2010, se quejaba de su heredero, a quien veía
“reteapendejado”.
Parece que eso no
cambió.
Durante
cinco años y medio, Javier Duarte ha
pagado caro el precio de la corrupción, la violencia, los ataques a la libertad
de expresión y la muerte de 17 comunicadores y activistas locales durante su
mandato.
Ahora, el calor de la
contienda electoral agudiza la crisis.
Miguel Ángel Yunes,
candidato de la coalición PAN-PRD, acusa al, ¿mandamás?, jarocho de desvíos y
desfalcos; promete meterlo a la cárcel. No sería novedad viniendo de la
oposición. Lo llamativo es que el otro Yunes, Héctor, candidato del PRI, también se ha vuelto ácido
crítico del góber Duarte.
Hasta
el presidente del PRI, Manlio Fabio Beltrones —siempre
mesurado y prudente—, se refirió al tema diciendo: “Duarte deberá
entregar cuentas a los veracruzanos (…) El candidato priista ha hecho el
compromiso de cero impunidad con el pasado, con el presente y cualquier
delincuente en el futuro”. Horas más tarde, Beltrones suavizó
el tono, pero el palo dado sacó chipote.
El
último arponazo al tiburón Duarte lo
dispara la Auditoría Superior de la Federación, al encontrar irregularidades
por 15 mil 772 millones de pesos, sumados a otros 20 mil de antes. La bancada
del PAN en el Senado reclama juicio político al gobernador priista.
Javier Duarte ríe;
desmiente una solicitud de licencia. Sin embargo, ante la inminente elección,
el PRI tiene claro que el góber Duarte es un lastre; podría provocar una debacle
que sólo un milagro o los brujos de Catemaco podrían evitar.
EL MONJE CALIENTE: A
la inmadurez y caprichos del gobernador Roberto Borge Angulo,
de Quintana Roo, ha de añadirse el descalificativo de
cobarde. El joven mandatario soltó a sus “perros”; le enfurecieron los
comentarios de El Monje sobre su
responsabilidad por la debacle del PRI en aquella entidad; por pretender
entregar el estado al Partido Verde para fortalecer la alianza nacional con el
PRI; por destapar sus anhelos en pos de una senaduría; por
provocar el rompimiento con Carlos Joaquín González —medio
hermano del secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell—,
quien huyó del PRI para conseguir en la alianza PRD-PAN la candidatura que Borge impidió de mal modo. Los “perros” del
gobernador ése ladran; acusan al Monje de
“palero” y “vendido”.
Twitter: @JoseCardenas1
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