TOMADO DE Juan José Llanes
Aunque Jorge Mario Bergoglio es claramente diferente a su
antecesor encubre-pederastas, Juan Pablo II, no pudo evitar mostrarse, digamos,
encabronado, por el “jalón” que le dio un feligrés, a quien Su Santidad sorrajó
un adjetivo calificativo: “egoísta”.
Habría
que decirle al señor Bergoglio que le ponga atención al Papa, quien sugirió
perdonar...
El caso
es que el Obispo de Roma no quiso advertir (antes de molestarse visiblemente),
que no había intención de hacerle daño. Al final, queda claro que Bergoglio fue
víctima del fanatismo que él mismo provoca y que no hace nada por impedir.
Defendido histéricamente por Televisa (como “una estrella más del canal de las
estrellas”), los merolicos de la televisora pidieron no olvidar que Bergoglio
también es “un ser humano”, y que como tal, “tiene derecho” a enojarse…y por
extensión, a insultar a la gente que lo jalonea, dejando el sainete de ayer
casi casi en la categoría de “blooper”.
Como
sea, no se vio a un Papa que predicara mucho con el ejemplo. Esperaría que, en
atención a lo que él mismo le pide a los mexicanos, perdone al joven que lo
jaloneó, y él mismo le pida perdón por llamarlo –por razones que no entiendo-
“egoísta”.
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