Al respecto la dirigente nacional del PRD, Alejandra Barrales,
aseguró que son conscientes de las diferencias ideológicas de los tres
partidos, sin embargo, destacó que debido al "momento delicado" que
atraviesa el país es necesario ir más allá de los intereses de grupo.
Barrales y Anaya añadieron que las prioridades del Frente
Ciudadano por México son el combate a la corrupción, a
la violencia, la desigualdad social,
así como lograr el crecimiento
económico. Dante Delgado, líder nacional de Movimiento
Ciudadano, resaltó que es indiscutible que hacerle frente al PRI es una
obligación.
Hoy son lo mismo, la casta, la
élite partidista forma un frente o un nuevo pacto, de este tamaño es el temor
al movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador. Solo falta el PRI.
Estos líderes
utilizan el discurso desgastado contra corrupción, a la violencia, la desigualdad social, que por
cierto ellos mismos han solapado y formado parte. Cabe recordar que el PAN y
PRD firmaron el pacto por Mexico, impulsando las reformas estructurales
capitalistas. Hoy con un ex gobernador veracruzano corrupto Dante Delgado propietario
del Movimiento Ciudadano, que es un partido bisagra.
Fue un genio militar que logró vencer a
Custer en Little Big Horn (una batalla acaecida el 25 de junio); un líder
carismático que dirigió a sus hombres contra los «wasichus» (hombres blancos)
que querían conquistar las tierras de los pieles rojas y, además, un bravo
guerrero que se lanzaba contra sus contrarios al grito de «¡Hoka Hey!» («¡Hoy
es un buen día para morir!»).
Caballo
Loco fue un jefe indio que cambió la historia de
los Estados Unidos al infligir al país una de las mayores derrotas del Siglo
XIX.
Sin embargo, no murió como un bravo guerrero debe y
como él hubiera querido: combatiendo hasta desfallecer contra sus enemigos.
Por el contrario, dejó este mundo un 5 de
septiembre de 1877 después de que un soldado del ejército norteamericano le
clavara una bayoneta a traición, y por la espalda.
El potro se hace
caballo
Caballo Loco vino
al mundo en los territorios que hoy ocupa Dakota del Sur(al
norte de los Estados Unidos) en 1842. Su infancia fue controvertida pues, como
explica el divulgador histórico Gregorio Doval en
su obra «Breve historia de los indios norteamericanos», su madre
falleció cuando él no era más que un niño. Fue entonces cuando su padre (un «hombre medicina» llamado también Caballo Loco) decidió
tomar en matrimonio a su hermana para que el pequeño no creciese solo. Con
todo, a nuestro protagonista no le afectó el destino de su progenitora y creció
sano y fuerte. «Antes de cumplir los doce años ya había
matado su primer búfalo y montaba su primer caballo», explica Doval.
Durante aquellos
años fue testigo de algunas de las matanzas más
cruentas que el ejército norteamericano perpetró contra los
indios con el objetivo de que abandonaran los territorios en los que habían
vivido desde siempre y se encerraran en reservas.
«Con dieciséis años adoptó el nombre de su padre y participó por primera vez
como guerrero en una incursión exitosa, pero en la que fue herido en una pierna», completa el experto. A
partir de ese punto Caballo Loco se fue ganado la lealtad de su tribu a base de
arco y hacha, pues demostró su valor y su valía como guerrero primero, y
general después, en todo tipo de combates contra los norteamericanos.
Indios al
frente de Caballo Loco- Wikimedia
Sin embargo, su
gran victoria se sucedió en Little Big Horn (batalla cuyo aniversario se
celebrará mañana). Aquel día, un Caballo Loco convertido ya en jefe de los
siouxs oglala acabó, junto a Toro Sentado, con el
Séptimo de Caballería del mal llamado general Custer (pues era teniente
coronel). Un hombre enviado por los EE.UU. para obligar al jefe indio a pasar
el resto de su vida lejos de territorios que, desde siempre, habían sido de su
tribu. Con todo, lo cierto es que Cabellos Largos (como
le conocían los nativos) no solo no consiguió vencer a aquellos pieles rojas,
sino que murió con sus hombres tras lanzarse como un verdadero cafre con poco
más de 200 jinetes contra 1.200 nativos.
La derrota tras la
victoria
Sangre y balas para
los indios que asesinaron a Custer. Tras la derrota de Little Big Horn Estados
Unidos comenzó una campaña de venganza contra
los nativos que habían acabado con la vida de Cabellos Largos. Una tormenta de
muerte apoyada por la población, ávida de sangre, y realizada con la excusa de
confinar a los nativos en reservas. Como ya había sucedido meses atrás, las
persecuciones y matanzas de pieles rojas se generalizaron.
El frío, el hambre y las balas
estadounidenses acosaban a los indios
No importó
demasiado a la ciudadanía -poco ducha en táctica militar- que el oficial se
hubiese lanzado de bruces y sin ninguna posibilidad contra un poblado que
superaba ampliamente a su Séptimo de Caballería. Los norteamericanos, el
ejército. y el gobierno de las barras y estrellas querían derramar sangre para desquitarse. Por eso fue
por lo que el gobierno ordenó a oficiales como el general George R. Crook o el Coronel Miles (más conocido como Chaqueta de Oso Miles) que se dedicasen a hostigar
durante meses a todo aquel con penacho de plumas que se cruzara frente a sus
fusiles.
Perseguidas y
apaleadas, a muchas tribus indias no les quedó más remedio que marcharse de sus
casas y convertirse en nómadas. Casi se podría decir que el remedio fue peor
que la enfermedad pues, con la llegada del frío, se hizo
imposible para jefes como Caballo Loco dar de comer a sus hombres, mujeres y
niños. Gregorio Doval señala en su obra lo difícil que fue durante ese tiempo
para los indios conseguir alimentos. El historiador estadounidense Dee Brown es de la misma opinión, la cual
hace patente en «Enterrad mi corazón en Wounded Knee»
al señalar que el «frío y el hambre se habían hecho insoportables».
La primera traición
Al final, la falta
de un trozo de carne que llevarse a la boca, el insoportable viento gélido que en aquellas fechas
les helaba los huesos, la escasez de municiones con
las que enfrentarse a los contrarios, y las promesas de sus enemigos de que
solo querían parlamentar, hicieron que Caballo Loco se dejase convencer por sus consejeros y aceptase
reunirse con los casacones para pactar una solución a aquella persecución
malsana que iba a acabar con su tribu. Para entonces, de hecho, no le parecía
tan mala la idea de que les cediesen una reserva.
Lo cierto es que
Caballo Loco no estaba del todo conforme con la decisión de parlamentar la
posible retirada de su pueblo, pero no le quedó más remedio que hacerlo, por lo
que se preparó para llamar a la puerta -bandera blanca en mano- del mismísimo
campamento del coronel Miles. «Ocho fueron, entre jefes y
guerreros, los que se prestaron voluntarios para acudir al fuerte con bandera
de parlamento», explica Brown.
Expuesto y sabiendo que podía ser aniquilado, Caballo Loco se personó junto a sus hombres frente a las puertas de la plaza. Y todo parecía ir bien... hasta que unos mercenarios (indios como ellos, por cierto, pero a las órdenes de los «hombres blancos») les vieron llegar y les tirotearon como si se trataran de conejos. Cinco de los hombres del séquito se fueron con el Gran Espíritu (murieron baleados, vaya), pero nuestro protagonista tuvo suerte y logró salir ileso. A partir de ese momento, la poca fe que le quedaba a este jefe indio se esfumó. Aquellos bigotones no eran gente de fiar, por lo que decidió que lo que le tocaba era volver al campamento, hacer el petate, y poner pies en polvorosa.
Su última batalla
Pero Miles no estaba dispuesto a dejar escapar a Caballo Loco, un líder cuya importancia era crucial para la moral de los nativos, así que llamó a sus hombres para perseguir a los indios y acabar con ellos de una vez.
«El militar les dio alcance el 8 de enero de 1877 en Battle Butte. Caballo Loco apenas tenía munición para defenderse, pero contaba con algunos jefes guerreros extraordinarios que, recurriendo a sus argucias y audaces tácticas, lograron extraviar primero, y castigar después, a los soldados mientras el grueso de la fuerza india ponía tierra de por medio atravesando las Wolf Mountains», explica Brown.
Durante esa batalla, la última de este jefe indio, sus hombres lograron que el pomposo ejército de los Estados Unidos se retirase a base de arco, flechas e ingenio (pues la munición era algo escasa). Con todo, el frío también ayudó a que Miles saliese por piernas y se dirigiese hacia su campamento. Había sido traicionado por el hombre blanco pero, al final, Caballo Loco había salido victorioso.
La rendición de un héroe
Pie sobre pie, y todavía con 900 siouxs oglala junto a él, Caballo Loco logró llegar hasta el noroeste de los Estados Unidos, a las tierras del río Powder. Una zona que podría haber sido idílica para él de no ser porque el Ejército de los Estados Unidos andaba pisándole los talones descalzos. Las semanas siguientes continuaron entre el hambre, el frío y la desesperación para los nativos. Y todo ello, aderezado con los tejemanejes que se traía el general Cook quien, al ver lo que le estaba costando acabar con aquellos siouxs, ofreció grandes ventajas políticas a otros jefes indios a cambio de que convenciesen a Caballo Loco, de una santa vez, de que lo mejor era rendir las armas y retirarse a una reserva.
La efectividad de su llamada fue innegable, pues algunos líderes tribales como Cola Moteada o Nube Roja trataron de hallarle para convencerle de que, a pesar de todo, el hombre blanco no era tan malvado como parecía. Nube Roja fue el que encontró a Caballo Loco y le transmitió que, a pesar de que el general Crook estaba hasta el sombrero de él, le ofrecía una retirada honrosa en una reserva cerca del río Powder.
«Los 900 oglalas supervivientes se estaban muriendo de hambre […] los guerreros carecían de munición y los caballos parecían sacos de huesos. La promesa de una reserva en el territorio del Powder era todo cuanto hacía falta para que, por fin, Caballo Loco ofreciera su capitulación», explica Brown. La oferta fue demasiado tentadora para el líder indio, que terminó pasando por el aro y rindió el hacha el 5 de mayo de 1877 en Fort Robinson. «El último de los jefes guerreros de los sioux acababa de convertirse en un indio más de las reservas; desarmado, sin caballo, sin autoridad sobre los suyos y prisionero de un ejército que jamás había logrado vencerle en el campo de batalla», completa el experto. Lo cierto es poco más podía hacer.
La reserva debida
Capitular ante el hombre blanco no terminó con las penurias de Caballo Loco. Y es que, el paso de las semanas demostró al jefe indio que Crook no tenía demasiadas intenciones de darle, ni a él ni a su tribu, una reserva en la que asentarse en el territorio prometido. De hecho, el general terminó obligando a los siouxs oglala a asentarse en un campamento cercano a su fuerte para tenerles controlados.
Aún así, a partir de entonces el feroz guerrero se mantuvo fiel al acuerdo al que había llegado con aquel sujeto ataviado con tres estrellas y procuró que sus hombres no participaran en escaramuzas contra el ejército de los Estados Unidos. Con todo, de tonto no tenía una pluma del penacho y, en palabras de Doval, sus esperanzas de que el militar cumpliera con los dicho no tardaron en desvanecerse en el aire. «Caballo Loco hacía caso omiso de todo cuanto le rodeaba; él y sus hombres vivían solo pensando en el día en que Tres Estrellas Crook cumpliera su promesa», determina Brown.
La situación llegó a ser tan tensa que Crook (desconocemos si para ganar tiempo o no) ofreció a Caballo Loco viajar hasta Washington para entrevistarse con el presidente Rutherford B. Hayes. El tema a tratar: la cesión de la reserva. El jefe indio se negó.
«Él bien sabía cuanto ocurría a los jefes que acudían a la gran capital: volvían gordos y relucientes a causa de la buena mesa y del confort del gran padre blanco, y toda traza de bravura y temple había desaparecido de sus personas. Observaba los cambios experimentados por los mismos Nube Roja y Cola Moteada que, conscientes de aquello, sentían animosidad hacia el jefe más joven», destaca el experto. Esta falta de respeto al hombre blanco no hizo más que tensar unas relaciones que, ya de por sí, andaban más tirantes que la cuerda de un arco similar a los que habían utilizado en sus buenos tiempos los nativos.
Si los ánimos ya estaban candentes, terminaron por ponerse al rojo vivo en agosto. Fue entonces cuando llegaron noticias hasta Caballo Loco y sus hombres de que la tribu de los nez percés («narices agujereadas») había entrado en guerra con el ejército de los Estados Unidos. Aquello no era algo excesivamente raro, pero lo que sí lo fue es que los norteamericanos solicitaran a los oglalas que se alistaran en sus filas para servir como exploradores. El jefe indio, al que solo le quedaba el respeto de los miembros de su tribu, instó a que nadie participara en aquella absurda contienda generada por el hombre blanco. Sin embargo, el 31 de agosto su ánimo fue destruido cuando multitud de jóvenes guerreros pieles rojasdecidieron vestir el uniforme azul de la caballería para servir a las órdenes del presidente.
Las incógnitas de su captura
A partir de este punto la historia de Caballo Loco es algo confusa y varía atendiendo a las fuentes a las que se acuda. Brown, por ejemplo, afirma que se sintió tan «asqueado» al ver como sus hombres le desobedecían y se unían al ejército norteamericano, que decidió abandonar sin permiso el campamento en el que vivía para regresar a sus tierras ubicadas en el río Powder.
«Cuando Tres Estrellas Crook se enteró de la nueva, por medio de sus espías, ordenó que ocho compañías se desplazaran inmediatamente al campamento de Caballo Loco, situado a pocos kilómetros de Fort Robinson, para hacerlo prisionero. Sin embargo, el jefe indio fue advertido por unos amigos, y los oglalas se dispersaron en todas direcciones», explica el experto. Según su versión, el jefe indio huyó hacia la reserva de un viejo amigo, Toca las Nubes. Un lugar en el que fue encontrado y capturado posteriormente.
No obstante, esta no es la única teoría sobre su captura. Doval afirma en su obra que Crook detuvo a Caballo Loco basándose en la idea de que estaba organizando una rebelión contra los Estados Unidos. «El general ordenó su arresto aprovechando que [Caballo Loco] había abandonado el fuerte para llevar a su esposa enferma junto a sus padres», determina el español.
Por su parte, la página web del gobierno de los EE.UU. dedicada a la memoria de este jefe indio aporta una versión totalmente diferente: «En 1877, Caballo Loco fue bajo bandera blanca a Fort Robinson. Las negociaciones con los líderes militares de los EE.UU. estacionados en el fuerte se rompieron. Los testigos culparon de ello a los traductores, que no transmitieron bien lo que quería decir Caballo Loco. El jefe fue detenido y llevado a la cárcel».
Una muerte a traición
La llegada al fuerte de Caballo Loco no es la única parte de la vida de este jefe indio que ha generado más controversia. Ese honor corresponde a su muerte, la cual se sucedió poco después de que fuera capturado por los estadounidenses. La versión más extendida sobre su fallecimiento es que corrió a cargo del ejército norteamericano y que sucedió a traición.
«Los soldados lo hicieron prisionero y le comunicaron que sería llevado a Fort Robinson para entrevistarse con Tres Estrellas. Una vez en el fuerte, le dijeron que era demasiado tarde para ver a Crook aquel día, de modo que se le puso bajo la vigilancia del capitán James Kennington y de uno de los policías de la reserva. Este no era otro que Pequeño Gran Hombre [su antiguo amigo]», explica el experto.
Ir al puerto y pasear a altas horas de la noche hasta hace unos años era una
delicia, era de lo más normal; salir a los cafetines de Xalapa a contemplar
el ir y venir de los estudiantes también era parte de lo cotidiano.
Ese ir de “antro”, el karaoke, las bohemias; despacharse un
par de litros de cerveza entre risotadas y remembranzas; caminar por el Parque
Juárez; ir el fin a Orizaba o pasear en Coatepec para luego ir al mole de Xico.
¿Y Naolinco?.. ¡Oiga usted, que buenos zapatos hacen!.. o un
¡Güero, güero… güera! de los portales… y ese lecherito de “La Parroquia” pasada
la medianoche.
Eso ya no existe. Ese Veracruz se fue.
Un día se esfumó ante la avalancha criminal que nos azota sin
que fuerza alguna lo impida ¿y sabe usted por qué?.. pues simple y llanamente
porque un día decidieron aliarse los poderosos del dinero y la política con la
delincuencia organizada.
Hoy son lo mismo.
Por ello la zozobra y el miedo. Ese temor de andar la calle
después de la ocho de la noche. El salir por la mañana al trabajo y no saber si
vas a regresar. Si tus hijos regresan con bien por la noche y entender esa
contranatura de que es lo mismo la policía que los criminales
tratándose de levantones, secuestros expres, violaciones o simplemente amanecer
en la cárcel por delitos no cometidos.
Esa y no otra es hoy nuestra tragedia aquí en Veracruz.
Y para quienes nos dedicamos a la riesgosa tarea del
periodismo el trance es peor. Los criminales –los de cuello blanco incluidos-
nos han impuesto una cuota de sangre que ya mismo no sabemos cuándo llegará a
su fin.
Hace unos cuantos días le lloramos a Cándido Ríos Vázquez,
“Pabucha”, que mereció la reprobación nacional e internacional y de la misma
UNESCO, menos, por supuesto, la del gobierno del Estado que no quiso darse
siquiera por enterado.
También le lloramos a Ricardo Monluí y a Regina Martínez. Nos
espantó el decapitamiento de la periodista Yolanda Ordaz, el ametrallamiento de
Milo Vela, su esposa e hijo en plena recámara, la tortura y asesinato sobre
pedido del fotorreportero Rubén Espinosa, todos masacrados hasta completar 22
periodistas que han caído en los últimos años por la acción de asesinos a
sueldo.
Todo en la impunidad.
Y ojo, en la mayor parte de los casos hubo avisos previos de
ejecución de parte de los criminales o de los políticos ofendidos.
Es por ello que a los periodistas veracruzanos nos preocupa y
alarma la amenaza de muerte contra el colega Mussio Cárdenas Arellano, nuestro
mejor exponente de esta profesión en Veracruz.
Mussio es un hombre valiente que se ha atrevido.
Un periodistas que hace muchísimos años -luego de tomar la
estafeta de su padre, don Mussio Cárdenas Cruz, patriarca de este clan de
periodistas honestos y auténticos líderes de opinión- viene denunciado a los
políticos corruptos, a los caciques, a los malos gobernantes y a la
delincuencia organizada.
Hoy ante la amenaza de los criminales, los periodistas –no
tengo la menor duda que la mayoría- decidimos sumarnos en solidaridad y
exigencia de protección al comunicador.
Demandamos garantías de parte de quien tiene la obligación de
cuidarnos, de respetarnos, de protegernos de los malandrines y para hoy, hoy,
hoy debe ser la respuesta ante la acción, ante la amenaza impune de los
criminales.
Hoy suscribimos y hacemos nuestra la propuesta solidaria de
buena parte del gremio. De don Paco Licona y su “Política al Día”, al igual que
la de Neftalì Urbina, dirigente de la Asociación de Periodista Unidos de
Veracruz, quien lanzó una carta abierta la cual suscribimos.
En “Libertad Bajo Palabra” de Armando Ortiz también hay una
respuesta solidaria clara, al igual que de los periodistas y espacios de
información y análisis como “Palabras Claras”, con Toño Flores baluarte de la
estirpe de don Froy, todos sumados en la exigencia de garantías para los
comunicadores tan despreciados por el actual régimen.
Y es en esa solidaridad que rechazamos y condenamos el
pretendido mensaje amenazador firmado por un grupo allegado a Hernán Martínez,
mejor conocido como Comandante H, jefe de plaza en el sur de Veracruz y a quien
recientemente aprehendieron el 29 de junio, en Tabasco.
De ello Mussio Cárdenas dio cabal cuenta.
Fue a partir de su columna de “Informe Rojo” y en sus videos
en redes sociales, que dio a conocer información que ha sido omitida por las
autoridades sobre Hernán Martínez, sus vínculos con funcionarios públicos,
empresarios y la protección que éstos le brindaron antes de ser detenido.
El periodista comenta: “La semana pasada señalé en una
columna que hay carpetas de investigación en la Subprocuraduría Especializada
en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), contra ésta persona y
otras vinculadas, pues tengo un documento que así lo establece y creo que eso
detona esta amenaza.”
En ésta amenaza criminal se advierte, en sui géneris
redacción plagada de faltas de ortografía que:
“Somos los que venimos a recuperar el ¡¡¡Territorio!!! De
nuestro patron (sic), ¡¡¡El H!!!.Vamos por todos los traidores. Vamos por los
comandantes de SSP y Fuerza Sivil (recontrasic) que nos pusieron el dedo. Vamos
a cortarle la cabeza a todos los periodistas que han publicado puras
mentiras...vamos por ti Mussio Cárdenas ...te has cagado fuera de la vacinica
con el patron...te haz metido con su familia...la familia es sagrada musioo. En
pedasitos te van a recoger...ya te llevo la madre hijo de la chingada. La
limpia comienza. Ciudadanos antes del 15 coatza estara libre de estas lacras. El
patron el H esta mas presente que nunca. Atme. COMANDO DEL H”.
Ello es inadmisible.
Las amenazas de los criminales no caben en un estado de
derecho, en un régimen de leyes. Las autoridades estatales y federales saben
cuál es la punta del hilo de esta madeja, Saben lo mismo que sabe el “patrón” y
compinches y, por supuesto, saben cómo parar estas balandronadas.
Es el momento de asuma su real papel La Comisión Estatal para
la Atención y Protección de los Periodistas (CEAPP) para que se garantice la
vida, libertad e integridad del columnista y la de su familia. Es el momento de
la Fiscalía General de Veracruz, de la PGR y de la Secretaría de Gobernación
vayan más allá de las medidas cautelares.
No podemos quedarnos de hinojos ante la escalada criminal.
El
ex secretario de Protección Civil del Gobierno de la Ciudad de México, Elías
Miguel Moreno Brizuela, fue electo por los integrantes de la asociación CON
AMLO, UNIDOS PODEMOS, como coordinador nacional de este colectivo, que tiene
representación en las entidades de Baja California Sur, Chiapas, Ciudad de
México, Estado de México, Jalisco, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Tabasco,
Veracruz y Zacatecas.
Los integrantes de esta agrupación sostienen la necesidad
de combatir la peor crisis en la historia contemporánea del país, y de lograr la
cuarta transformación de la república. “Los que formamos parte de esta
organización tenemos coincidencias ideológicas y de principios, nos declaramos
herederos de la lucha insurgente, liberal, progresista y de izquierda; creemos
en el federalismo, en la transparencia, en la democracia representativa y
participativa, en la defensa de nuestros recursos naturales y de los derechos
humanos, y en los elementos necesarios para construir un buen gobierno, justo e
igualitario”, sostienen.
Refieren que Andrés Manuel López Obrador ha construido
un liderazgo verdaderamente opositor al corrupto sistema político que prevalece
en nuestro México, “coincidimos plenamente con su proyecto alternativo de
nación, y sabemos que significa la posibilidad real de un cambio profundo por
la vía pacífica y democrática”; por todo lo anterior, “los miles que integramos
esta asociación, hemos decidido apoyar a AMLO para que sea presidente de
nuestro país, por congruencia esperamos que los que ya lo apoyan a través de
MORENA tengan la vocación de inclusión y de apertura, en el entendido que no
basta tener muchos votos, hoy el único camino que tenemos es la construcción de
una sólida mayoría”.
Entre los firmantes se encuentran los coordinadores
estatales de CON AMLO, UNIDOS PODEMOS: Linda Arciniega Álvarez (CDMX), Ruth
Olvera Nieto, José Eduardo Neri R. (Edo. Mex.), Enrique Romero Aquino
(Veracruz), Agustín Alonso Mendoza (Morelos), Edwin Serrano Ramos (Oaxaca),
Patricia Eugenia Peralta González (Tabasco), y los Coordinadores Distritales: Alejandro
Salcedo Pacheco, Matías Herrera Herbert, José Antonio Alcaraz Álvarez, Omar
Urreta Moreno, Pedro Salcedo Gracia, Miriam Saldaña Chairez, Jaime Oliver
Valencia González, David Alonso López Texcalpa, Natalia Garnica, Cesar Ortega
Jiménez, Emanuel Calvo López, Diana Aurora León Cuadra, Julio Cesar Tinoco
Oros, Isaac Omar Sánchez Arce, Miguel Ángel Velázquez Hernández, Lorena Rio de
la Loza, Gustavo Hinojosa, Edgar Damián Alcántara, Omar Goroica Ibarra, Joaquín
Vela, Osvaldo Arciniega Álvarez, Edgar Ignacio Álvarez, Salvador Arteaga Serna,
Karen Paola Cornejo Jaramillo, Christian Torres Santander, Genaro Shettino
Pitoll, Miriam Reyes Ojeda, Juan Hernández Mercado, José Luis Martínez Palafox,
Álvaro Gallardo Palafox, Luis Sánchez Salas, Eliseo Illescas Gómez, Pedro
Manuel Alberto Zurita Espinosa, Ana Miriam Ferráez Centeno, Ángel Abel Belli
Ramirez, Marcos Salas Contreras, Nora Hilda Cazares Pérez, Juan Hernández
Baizabal, Armando Vicente Morales Silva, Alma Edith López Hernández, Fernando
Troyo del Campo, Armida Adriana Ramírez Corral, José Antonio Silva Vilchis,
Ulises Murguía Soto, Alma Lucinda Cruz Jiménez, José Manuel Pozos Castro,
Cesáreo Carbajal Guajardo, Coordinadores Municipales: Alfonso Otero Torregrosa,
Nazario Norberto Sánchez Macario Ovando Montoya, Alejandro Ruiz Rodríguez,
Felipe Caldiño Paz, y 3775 firmas más.
Amenaza zeta o pseudozeta. Circula en Whatsapp texto que
anuncia la ejecución de este columnista. Va: “¡¡¡Coatzacoalcos!!!!!!. Somos los
que venimos a recuperar el ¡¡¡Territorio!!! De nuestro patron ¡¡¡El H!!!.Vamos
por todos los traidores. Vamos por los comandantes de SSP y Fuerza Sivil que
nos pusieron el dedo. Vamos a cortarle la cabeza a todos los periodistas quehan publicado puras
mentiras…vamos por ti Mussio Cárdenas …te has cagado fuera de la vacinica con
el patron…te haz metido con su familia…la familia es sagrada musioo. En
pedasitos te van a recoger…ya te llevo la madre hijo de la chingada. Para todos
aquellos que andan robando, asaltando y secuestrando se los va a llevar la
verga. La limpia comienza. Ciudadanos antes del 15 coatza estara libre de estas
lacras. El patron el H esta mas presente que nunca. Atme. COMANDODEL H”. Despide
tufo a un Pulgosín Lagunes, escudero del Clan Chagra, la familia que insertó a
Hernán Martínez Zavaleta, alias Comandante H o El H, en el jet-set de
Coatzacoalcos. Desde la masacre de cuatro niños en la colonia Nueva Calzadas,
derivada de la ejecución de Bernardo Cruz Mota, lugarteniente del H, pasando
por la aprehensión del líder zeta en Cárdenas, Tabasco, remitido a la
Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada
(SEIDO), INFORME ROJO ha dado
seguimiento a las implicaciones del narco con el jet-set de Coatzacoalcos; los
Chagra convertidos en arrendadores de un inmueble donde el H instaló el
gimnasio Golden Bull; el restaurant Port House, donde solían reunirse sus
propietarios Roberto Chagra y Mathiano con Hernán Martínez Zavaleta, y con
ellos la Beba Chagra, prima del ex síndico municipal; las fotografías en que
posan connotados políticos y socialité con el jefe zeta, y la aprehensión y
liberación de la célula delincuencial que secuestraba, asesinaba y traficaba
droga, que culminó con la ejecución de Zeferino Almendra Delgado, alias “El
sicario”, 20 minutos después de haber abandonado el penal Duport Ostión para
seguir su juicio en libertad. El viernes 1, aquí se abordó que son tres listas
de familiares, socios y allegados bajo investigación de la SIEDO. “Son tres
listas y en ellas la SEIDO va por todos, por malosos y por falsos ciudadanos
honorables, los preclaros miembros del jet-set de Coatzacoalcos. Integra
documentos clave de Hernán Martínez Zavaleta, alias El H o el Comandante H, el
líder zeta que ordenó la masacre de los niños en la Nueva Calzadas, acusado de
trasiego de droga, robo de combustible, de secuestro, extorsión y homicidio; de
sus familiares y subalternos, de sus prestanombres y de los operadores
financieros, un contador, un arquitecto, un restaurantero, un constructor, dos
dueños de antros y hasta el staff de matones, que en su momento aparecieron en
operaciones de supuesta compra de inmuebles. Va la Subprocuraduría
Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada, según esas listas,
por los acaudalados del jet-set, por los Chagra y sus socios, sus ligas
familiares, hasta su ‘asesor’, alias Pulgosín Lagunes. De todos hay ya carpetas
de investigación que se integran con un cúmulo de información”. Y ahora la
amenaza. ¿De los Zetas, del jet-set o de Pulgoso? INFORME ROJO dio
seguimiento al thriller y lo seguirá haciendo, guste o incomode a quien sea. Va
el caso a las instancias que conocen las entrañas del narco y sus ligas con el
círculo de poder político, y que procedan de acuerdo a la ley…
Dos gobernadores —Fidel
Herrera y Javier Duarte— son señalados de pactar con el crimen organizado. Uno
más, Miguel Ángel Yunes, los acusa en público pero no los denuncia formalmente.
Y dice combatir la inseguridad con la misma policía criminal, corrupta, torturadora,
de sus antecesores.... Dos gobernadores —Fidel Herrera y Javier Duarte— son
señalados de pactar con el crimen organizado. Uno más, Miguel Ángel Yunes, los
acusa en público pero no los denuncia formalmente. Y dice combatir la
inseguridad con la misma policía criminal, corrupta, torturadora, de sus
antecesores. Mientras, el baño de sangre en Veracruz sigue.
De acuerdo a Artículo 19, 2016 registró el mayor
número de periodistas asesinados en México desde hace 10 años, además que las
agresiones contra los comunicadores han ido en aumento.
POR INDIGO
STAFF -Jueves
6 de abril de 2017
Los periodistas mexicanos sufren más agresiones por parte
de servidores públicos que del crimen organizado, revela el último informe de
la organización artículo 19, el cual recaba la situación de los comunicadores
en México durante 2016.
De acuerdo con la organización, de las 426
agresiones que se registraron contra periodistas en 2016, 226 fueron cometidas
por algún funcionario de alguno de los distintos niveles de gobierno, mientras
que el crimen organizado estuvo involucrado sólo en 17 casos.
Los partidos políticos agredieron en 31
ocasiones a periodistas en el último año, 69 de estos ataques provino de algún
particular, mientras que en 83 de ellos se desconoce la identidad y actividad
de los agresores, informó artículo 19.
De las 426 agresiones registradas en 2016,
43 fueron alguna clase de acoso u hostigamiento; 76 amenazas; 80 ataques
físicos o materiales; 79 intimidaciones; 58 ataques que terminaron en la
privación ilegal de la libertad de algún periodista; y 11 comunicadores
asesinados.
La violencia contra los periodistas aumentó
en México, pues en 2015 se registraron 397 agresiones, es decir, siete por
ciento menos que en 2016, además que el número de asesinatos es el más alto
registrado en los últimos 10 años.
Artículo 19 denunció que durante la
administración del presidente Enrique Peña Nieto han sido asesinados 30
periodistas, además se han registrado mil 499 agresiones; 407 casos más que
durante todo el sexenio del expresidente Felipe Calderón.
El estado en el que se cometieron más
asesinatos contra periodistas fue Oaxaca con cuatro homicidios, le sigue
Veracruz con 3 decesos, mientras que Puebla, Chihuahua, Guerrero y Tabasco
registraron un asesinato cada uno.
Los medios más agredidos durante 2016
fueron diarios digitales con un 44 por ciento, le siguen los periódicos
impresos con el 24; el 13 por ciento estaciones de radio; 7 por ciento
periodistas freelance; y 5 por ciento televisoras.
Tan sólo en marzo de este año se han registrado los
asesinatos de los periodistas Cecilio Pineda en Guerrero, Ricardo Monlui en
Veracruz y Miroslava Breach en Chihuahua, además que el diario ‘Norte de Ciudad
Juárez’ tuvo que cerrar por la violencia en la región.