Córdoba, Ver.
VENDE MAURICIO IVAN AGUIRRE MARÍN "LA ESPERANZA VERACRUZANA" AL VER QUE NO SERÁ CAPAZ DE GANAR LA PRESIDENCIA MUNICIPAL DE CÓRDOBA AL NUEVO RICO ISAAC LUZ LÓPEZ.
VENDE MAURICIO IVAN AGUIRRE MARÍN "LA ESPERANZA VERACRUZANA" AL VER QUE NO SERÁ CAPAZ DE GANAR LA PRESIDENCIA MUNICIPAL DE CÓRDOBA AL NUEVO RICO ISAAC LUZ LÓPEZ.
En un acto de desesperación por el gran descontento social de los ciudadanos del puerto de Veracruz la familia Yunes quiere comprar grupo MAS porque el costo político que están pagando es muy alto y sus planes podrían venirse abajo para que Miguel Ángel Yunes Márquez ,pueda ser presidente municipal de Veracruz y entonces desde la alcaldía puedan impulsar su tan anelada gobernatura del 2024, pero si no compran grupo MAS el descontento social y el repudio social contra ellos crecerá cada día más y el sueño de la familia Yunes por retomar al poder en el 2024 se quedará en eso en sueños y con las ganas de saquear el estado de Veracruz , según información el grupo MAS no quiere saber absolutamente nada de los veracruzanos debido a la inconformidades de la ciudadanía y porque ya tienen demandas ante varios tribunales de justicia. ahí les dejo el dato.
Ciudad de México. A 3
años de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) admitiera el
caso de la indígena náhuatl Ernestina Ascencio Rosario, violada por militares
hace 13 años en el municipio de Soledad Atzompa, Veracruz, este viernes 4 se llevará
a cabo la primera audiencia virtual en la que estarán presentes las
organizaciones peticionarias ante el Sistema Interamericano y representantes
del Estado mexicano.
En un comunicado, las
organizaciones peticionarias como la Coordinadora Nacional de Mujeres
Indígenas, Kalli Luz Marina, Abogadas y Abogados para la Justicia y los
Derechos Humanos, Centro Heriberto Jara y la Coordinadora Regional de
Organizaciones Indígenas, informaron que la audiencia de mañana permitirá
conocer más detalles que permitan a la CIDH determinar la responsabilidad del
Estado mexicano en el caso de la señora Ascencio Rosario, quien no tuvo acceso
a la justicia y a la verdad por el actuar del entonces presidente de México,
Felipe Calderón Hinojosa, y otros funcionarios federales que ocultaron las
pruebas.
Se espera que cada una
de las partes aporte información que permita esclarecer todas las violaciones a
los Derechos Humanos que se han cometido durante estos 13 años, tras los cuales
sigue impune la violación sexual contra la indígena Ernestina Ascencio Rosario,
y se ha negado el acceso a la verdad y la justicia para su familia y las
organizaciones civiles que las acompañan.
Los hechos
En el comunicado, las
organizaciones recuerdan que el 25 de febrero de 2007, la hija de Ernestina
Ascencio encontró a su madre tirada en el monte. La indígena, quien era una
adulta mayor, llevó a pastar a sus ovejas cerca de un campamento del ejército
mexicano, en la comunidad de Tetlatzinga, municipio de Soledad Atzompa,
Veracruz. Al preguntarle lo que le había sucedido, Ernestina respondió a su
hija en su lengua náhuatl: “los soldados se me echaron encima, mi hija. Me
duele la cadera”.
Ernestina no recibió
atención médica oportuna. Falleció en la madrugada del día siguiente. Los
primeros hallazgos médicos evidenciaron la existencia de violencia sexual, lo
que motivó el inicio de una investigación en la Agencia del Ministerio Público
Especializada en delitos contra la Libertad, la Seguridad Sexual y contra la
familia en la Procuraduría General de Justicia del estado de Veracruz (PGJ).
En sus primeras
declaraciones, representantes del gobierno de Veracruz, así como de la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), condenaron el crimen, mientras que la
Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), encabezada entonces por Guillermo
Galván, manifestó públicamente que los agresores pertenecían a grupos que
pretendían desprestigiar al ejército. Por esta versión no hubo militares
detenidos, únicamente 93 elementos acuartelados sometidos a interrogatorios.
Sin embargo, antes de
que concluyeran las investigaciones, el entonces presidente de la República,
Felipe Calderón, adelantó la conclusión del caso y aseguró que Ernestina murió
de “gastritis crónica”. Esta versión fue secundada por la CNDH, la SEDENA y la
PGJ de Veracruz, quienes en lugar de continuar la investigación decidieron
archivarla.
En 2010, tres años
después de los hechos, la PGJ de Veracruz inhabilitó al médico forense Juan
Pablo Mendizábal Pérez, quien realizó la primera necrocirugía al cadáver de la
Ernestina Ascensión y ha defendido desde 2008 que la indígena sufrió muerte
traumática y un ataque sexual.
Ante la indignación por
los hechos, la contradicción de las versiones públicas de las autoridades, y el
archivo de la investigación, diversas organizaciones de la sociedad civil
solicitaron acceso a las constancias del expediente de investigación. Sin
embargo, la “versión pública” entregada por la PGJ de Veracruz ocultó las
principales pruebas.
Las organizaciones
interpusieron los recursos legales procedentes contra dicho ocultamiento; no
obstante, todos resultaron ineficaces para obtener la información de lo
sucedido en la investigación.
El Estado mexicano se
ha negado desde entonces a la solicitud de las organizaciones y la familia de
Ernestina de poner la investigación a disposición del público bajo el argumento
de “proteger el derecho a la honra e intimidad de los involucrados en el
proceso penal”.
En 2012, las
organizaciones presentaron el caso ante la CIDH para denunciar al Estado
mexicano por las causas que provocaron la muerte de Ernestina, por la falta de
esclarecimiento de los hechos y por la impunidad de los responsables, así como
por no adoptar medidas progresivas para garantizarle el ejercicio de sus
derechos económicos, sociales y culturales, en particular el derecho a la salud
que le hubiera salvado la vida. Violaciones que se produjeron como resultado de
violencias y discriminación múltiple sin que se le brindara protección judicial
ante tales hechos.
Asimismo, la petición
fue presentada por la violación al derecho a la verdad, protección judicial y
garantías judiciales, de las integrantes de las organizaciones que formularon
las solicitudes de información pública, así como de la sociedad en su conjunto.
A finales del 2017, la
CIDH admitió el caso, el cual se encuentra ahora en la etapa de análisis sobre
el fondo de los hechos denunciados que le llevará a determinar la
responsabilidad del Estado mexicano.
La audiencia será
virtual y se llevará a cabo a la una de la tarde (horario de México) por esta
vía.
Ciudad de México. 03 Diciembre 2020.- Tras presentar denuncia formal por amenazas, coacción y abuso de autoridad ante la Fiscalía General del Estado, este jueves la magistrada expresidenta del Tribunal Superior de Justicia, Sofía Martínez Huerta, presentó denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR), en contra del secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, por los mismos delitos.
«Acuso ante esa representación social para el efecto de exponer las conductas antijurídicas realizadas por Eric Patrocinio Cisneros Burgos, secretario de Gobierno del Estado de Veracruz», se lee en el texto de la denuncia.
La Magistrada pondera en su escritorio, que presenta ante dicha representación su denuncia, porque no confía en la imparcialidad de la titular del organismo autónomo de Veracruz, Verónica Hernández Giadáns, toda vez que fue y sigue siendo subordinada de Cisneros Burgos al haberse desempeñado como directora del área jurídica de la Secretaría de Gobierno.
«Es importante hacer mención que la denuncia que en esta vía se plantea, es en contra del Jefe de Gabinete de Gobierno del estado de Veracruz, esto es, el secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, quien a su vez fue uno de los impulsores de la actual titular de la Fiscalía General del Estado, la licenciada Verónica Hernández Giadáns, y que de acuerdo a las reuniones de las Mesas de Seguridad en las que estuve presente, por haber ostentado el cargo de Presidenta del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado; Hernández Giadáns, obedece ciegamente los intereses particulares del secretario de Gobierno, pues previo a su llegada al órgano «autónomo», se desempeñó en la Secretaría de Gobierno como directora jurídica, supeditada a las instrucciones del ahora denunciado.
Por lo que, al existir un indudable conflicto de intereses entre el denunciado y la titular de la Fiscalía General del Estado, puede advertirse que resulta difícil el cumplimiento de los principios de imparcialidad, legalidad, debida diligencia y objetividad, previstos en el artículo 129 del Código Nacional de Procedimientos Penales, en franco incumplimiento a lo mandatado por el artículo 116 fracción IX de la Constitución Federal, señala la togada en la denuncia.
Martínez Huerta sostiene que no se reúnen todas las condiciones objetivas que pudieran entrañar el cumplimiento de los principios establecidos en la norma suprema, de ahí que, en atención al principio de interpretación, acude ante el titular de la FGR, con la finalidad de dar cumplimiento a los principios establecidos en el artículo 20 de la Constitución Política, con la finalidad de que esclarezcan los hechos que acusa y que el delito no quede impune, que se castigue al probable responsable y que se repare el daño.
Reiteró que fue citada en Palacio de Gobierno en donde el Gobernador le manifestó que era importante que tuviera conocimiento de que el secretario de Gobierno, había hecho acuerdos con el anterior presidente del Poder Judicial, Edel Humberto Álvarez Peña y que dentro de esos acuerdos, «quedamos en que no se haría cacería de brujas respecto a su administración», por lo cual todo aquello que tuviera que ver con la anterior administración, lo tendría que ver directamente con Cisneros.
«A lo anterior, le manifesté que siempre y cuando todo se encontrara dentro del marco de legalidad, así habría de hacerse, por lo cual todos coincidimos en que el actuar de la administración estatal, tanto del Poder Ejecutivo como del Judicial y en su momento el Legislativo, tenía que encaminarse al beneficio de la sociedad», sostuvo.
Recordó que mediante el decreto 552, publicado en la Gaceta Oficial del Estado, en fecha 24 de febrero de 2020, el Congreso del Estado aprobó los informes individuales y el informe general ejecutivo de las cuentas públicas de los entes fiscalizables del Estado, correspondientes al ejercicio 2018.
Dentro de dicho decreto, se determina instruir al titular del Órgano Interno de Control del Poder Judicial, continuar las investigaciones respectivas y promover las acciones que procedieran de las observaciones administrativas y recomendaciones que hacían presumir faltas administrativas no graves.
Asimismo, que mediante sesión del Pleno del Consejo de la Judicatura fue nombrada la maestra Mónica Morales Silva como subdirectora de Recursos Materiales de la dirección general de Administración del Poder Judicial del Estado
De lo anterior, tuvieron conocimiento de los consejeros de la Judicatura, Pedro Luis Juan Clemente Reyes Marín, Andrés Cruz Ibarra, Carla Rodríguez González y Humberto Oliverio Hernández Reducindo, para efectos de que en sesión extraordinaria del Consejo, atendieran dichas observaciones y dado que la auditoría había sido autorizada en términos del artículo 88 de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, se resolviera lo conducente sobre el pago de ésta.
Muchos de los discursos o imágenes que se difunden en los medios de comunicación, luego de que les es arrebatada la vida, promueven la estigmatización de las mujeres y niñas que han sido asesinadas, fomentando la reproducción de estereotipos e incluso culpabilizándolas de su propia muerte. Esto genera una múltiple victimización, agresiones e impactos negativos en las emociones y salud de familias enteras.
A ello se suma la falta de reconocimiento a la dignidad de las víctimas y sus familias, lo que se manifiesta a través de cuestionamientos, descalificaciones, falta de acceso a información, filtración de datos, etc.
A pesar de que las mujeres, niñas y adolescentes son asesinadas de las maneras más crueles; el acceso a la justicia es mínimo.
Ser víctima de feminicidio en nuestro país significa no sólo perder la vida sino la identidad, para convertirse en un expediente más entre miles.
De enero a agosto de 2020 han sido asesinadas 2,532 mujeres, solo 626 casos han sido investigados como feminicidio.
Frente a la violencia feminicida en nuestro país unimos nuestra voz para que:
-El Gobierno de México impulse una política integral que atienda de manera estructural la violencia contra las mujeres, niñas y adolescentes.
-La Conferencia Nacional de Procuración de Justicia realice una estrategia efectiva para la transformación de la realidad que viven las mujeres en nuestro país, así como las acciones necesarias para garantizar el debido proceso, la debida diligencia y el acceso a la justicia para las mujeres víctimas de violencia en México.
-Las y los operadores de justicia juzguen con perspectiva de género, interculturalidad y perspectiva de derechos humanos.
-La Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO) impulse e implemente acciones de coordinación con los municipios, gobiernos estatales y el gobierno federal, a fin de realizar de manera conjunta acciones que contribuyan a prevenir, atender y sancionar los delitos de género. Así como, que haga públicos los resultados de sus estrategias de prevención del delito.
Fuertes y organizadas, contribuimos a visibilizar y erradicar la violencia feminicida en México.
¡Hasta lograr la justicia! #NOSVANAVERJUNTAS
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