Llegó a
oídos de la ONU, desde donde se emitió una alerta sobre los riesgos de
compartir absolutamente todo en internet: “Es lo mismo que te decía, si uno no
tiene cuidado en la forma en que se comporta en la vida diaria.
También
hacer uso indiscriminado del internet puede traer situaciones imprevisibles…”,
dijo Lenni Montiel, subsecretario General de Desarrollo Económico del
Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de ese organismo. También fue
noticia en diarios como El País, El Mundo, El Clarín, Le Matin, SFR France, The
Sun, Daily Mail, The Guardian, Independent, Mirror, The Hindustan Times,
Malaysian Digest, Le Monde. Lo retomaron medios electrónicos como la BBC, ABC
News, NBC, CBS News, News Australian, Mashable.
Se
habló de ella en países como Polonia o India. Hablamos de los XV Años de Rubí,
por supuesto, el festejo vuelto fenómeno viral que ha sido el centro de
atención en México y en el extranjero. Seguramente ya sabe de lo que hablo:
Rubí, la joven cuyos padres subieron por error a Facebook la invitación para su
fiesta de “Quince Años” en un evento que se hizo no sólo público, sino famoso y
que logró reunir más de un millón 20 mil confirmaciones y siguen contando.
Hasta
la fecha, Rubí ha aparecido ya en varios programas de televisión, nacionales y
en Estados Unidos. La joven ha recibido una atención que seguramente jamás
imaginó, aunque su celebración será lo que soñó: algo inolvidable para todo un
país, o al menos para todos aquellos que, en serio (conozco casos), ya se
alistan para asistir a la fiesta.
Decenas
de celebridades le han entrado a lo que inició como una broma, pero que hoy ya
es “el evento” de fin de año, han confirmado para participar, ya sea cantando
que poniendo música.
El
evento ya tiene patrocinadores; y hasta hay ofertas de compañías de transporte,
quienes ofrecen sus servicios a todo aquel que planee ir. Bueno, hasta en
Google Maps se habilitó la geolocalización exacta de la casa en el poblado de
La Joya, en San Luis Potosí.
Y
por supuesto, no faltaron los políticos que, como por sí solos únicamente
reciben el rechazo o la rechifla ciudadana, ven en el fenómeno virtual y viral
de la fiesta de Rubí, una oportunidad (en el más acabado significado del
concepto de oportunismo) una ocasión para intentar “conectar” con el pueblo que
tan alejado está de sus seres y quehaceres comunes.
Desde
senadores y diputados, autoridades locales y gobernadores varios ya ofrecieron
regalos y apoyos y no dude usted que más de uno o una se pare en el pachangón
sólo para sacarse alguna foto. Y vaya que ninguno califica siquiera para
chambelán.
Pero ya
se pusieron todos de padrinos de viajes, de moles (que no de guacamoles —porque
ése lo reservaron para un reto entre secretarios de Estado y el Presidente que
no peló prácticamente nadie—), y de cuanta friolera se le ocurra usted con
logotipo de partidos políticos estampado en el hashtag.
Pero
¿Por qué Rubí y sus XV han acaparado la atención mediática los últimos días?
Y no sólo
ella: también está #LadyWuu y antes de éstas los múltiples retos esto y retos
lo otro. ¿Acaso porque somos una sociedad de idiotas que solamente se interesa
por la frivolidad o los asuntos considerados sin relevancia política, económica,
social?
¿Acaso
porque México creció viendo telenovelas de Carla Estrada y añora quinceañeras
que hoy quiere celebrar? ¿De verdad usted cree que este fenómeno es producto de
la falta de ácido fólico en los embarazos de las madres mexicanas?
Yo no.
Todo lo contrario. Es un inteligente mecanismo de compensación y de defensa
colectçivos. Los #XVAñosDeRubí y el furor que provocan, viven y estallan a
mitad de una coyuntura triste, harta, cansada. Y los mexicanos siempre hemos
elegido reír y celebrar, antes que tirarnos a nuestras múltiples desgracias.
Por eso
mejor vamos todos a esta fiesta, por eso mejor reírnos junto a #LadyWuu, por
eso celebramos a la muerte, por eso hacemos cien “memes” cada día, por eso nos
reímos todos juntos: para no llorar. Y por eso queremos juntarnos en la fiesta
de la quinceañera: porque estamos desgarrados ante los discursos internos y
externos que han logrado dividirnos, separarnos.
Y
hay cosas que siempre nos han unido: la vírgen, el himno, el futbol… y las
desgracias. Y las risas ante las desgracias. Y la fiesta para redimir nuestras
desgracias. Al final, tal vez, es que los mexicanos siempre necesitamos un
motivo para abrazarnos los unos a los otros. Y últimamente, no hemos tenido
ninguno…
Así
que el 26 de diciembre, sea en La Joya, SLP, (o en cualquier lugar en el que
nos encontremos) se vale una fiesta, se vale brindar, se vale abrazar a los
nuestros y se vale recordar que estas risas que tantas veces son para evadir la
realidad, también son producto de otra contrarrealidad maravillosa: se vale
celebrar que sabemos siempre encontrar algún motivo para celebrar.
Sobre
todo cuando esto resulta anímicamente urgente.
Fuente: argumentopolitico.com / Foto: De
Internet