1 de Mayo de 2015
A LAS ORGANIZACIONES POLÍTICAS Y
POPULARES
A LOS ORGANISMOS DEFENSORES DE DERECHOS
HUMANOS NO
GUBERNAMENTALES
A LOS PROFESIONISTAS Y PERSONALIDADES
PROGRESISTAS
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
A NUESTROS HERMANOS DE CLASE
¡Porque el color de la sangre jamás
se olvida!, todos los trabajadores del país y el mundo conscientes de nuestro origen
de clase, levantemos el puño en alto como símbolo de lucha proletaria
permanente por nuestra emancipación ante la barbarie del capital monopolista
trasnacional e imperialista; manifestación más que evidente de la crisis
estructural del capitalismo y la exacerbación de la lucha clases tornada aún
más encarnizada que inflige a todo el pueblo explotado. ¡Primero de
mayo combativo, no se olvida!
Hoy como
ayer, las políticas transexenales burguesas han sido y son para garantizar la
concentración de incuantificables fortunas en manos de oligarcas
internacionales, que con falacias legaloides se han justificado para esquilmar
a las grandes masas trabajadoras. Las leyes neoliberales: laboral, educativa,
fiscal, hacendaria, energética y agraria son los mecanismos de explotación y
expoliación actuales, adecuándose cada vez más todo el poder coercitivo de
Estado para mantener incólume la propiedad privada ante cualquier intento de
protesta popular.
Los hechos
sangrientos en contra de organizaciones sindicales obreras, magisteriales,
campesinas, estudiantiles, colonos y del pueblo en general es la concreción del
odio de clase de quienes se han perpetuado en el poder; como los ejecutados contra
las luchas combativas e históricos de los mártires de Chicago en el plano
internacional, las de Cananea y Río Blanco en nuestro país, así como del pasado
inmediato; la masacre estudiantil del 68, 71, Acteal en Chiapas, Aguas Blancas,
el Charco y El Bosque en Guerrero; la represión y desapariciones forzadas
ejercidas en Oaxaca; las recientes masacres en Tlatlaya estado de México y los
crímenes de carácter múltiple contra estudiantes en el estado de Guerrero.
No obstante,
en las diferentes etapas de lucha históricas como la revolución mexicana, solo
con el levantamiento del pueblo en armas se lograron arrancar medianamente y
plasmar en derechos constitucionales algunas demandas económicas, políticas y
sociales; pero a partir del arribo de los usurpadores burgueses al poder
mediante el asesinato de los principales caudillos revolucionarios, la
mediatización del descontento popular en sus más diversas formas y
posteriormente con la instauración del régimen neoliberal en México se han
pulverizado casi en su totalidad las conquistas históricas por las que han dado
la vida millones de mexicanos.
Las
consecuencias de las políticas antipopulares del régimen neoliberal, derivadas
de la crisis estructural del capitalismo por la exacerbada contradicción entre
las fuerzas productivas y las relaciones de producción, son nefastas para el
pueblo. Hechos concretados con la supresión total de sindicatos y la seguridad
social de los trabajadores; tope salarial, alza de precios de los productos de
primera necesidad y por ende la pérdida del poder adquisitivo del salario;
entrega total de los recursos naturales y energéticos a las transnacionales,
supresión y despojo de la propiedad social de la tierra; y, privatización de
los servicios sociales, laceran aún más las condiciones de vida de la
población.
La pobreza y
miseria avanza a pasos agigantados y más de 90 millones de mexicanos se
encuentran sometidos en esta condición inhumana, incrementando la
descomposición social como mal necesario provocado y utilizado por el Estado
para la limpieza social bajo el pretexto del combate al enemigo “omnipotente”
“la delincuencia organizada y el narcotráfico” que ha cobrado miles de víctimas
en vidas humanas, encarcelamientos injustos, desapariciones forzadas; millones
de víctimas de expatriación, migración y desplazamiento forzados, cuyo
fin único es inhibir y contener al descontento y lucha popular.
Existe una
vasta experiencia del pueblo mexicano que cuando conoce las causalidades de la
inequidad e iniquidad social y adquiere conciencia de quienes son sus
opresores, explotadores y enemigos de clase, por muy poderosos que sean,
convergen en lucha distintos esfuerzos con la misma identidad de clase
por transformar radicalmente el régimen imperante.
Necesario es
prescindir de los errores como el caudillismo, reformismo-oportunismo, y de
toda práctica perniciosa que lleva implícita intereses mezquinos y de clase que
han hecho fracasar y aplazar la consecución de los objetivos históricos de
nuestro pueblo. Imprescindible es la lucha ideológica contra las concepciones
neohegelianas postmodernistas y chovinistas; patrañas burguesas refutadas y
sepultadas por el materialismo dialéctico e histórico pero que desde el abismo
de los sepulcros cabalgan arrogantes avalando, diluyendo, y legitimando con el
manto lúgubre los aberrantes crímenes del Estado policiaco-militar y pro
fascista.
¡No seamos
secuaces del imperialismo! tratando de detener el curso de la historia,
marchemos pues ¡por la unidad obrero-campesino y popular! ¡A impulsa y a
organizar la luchar por el socialismo! y exijamos nuestros legítimos derechos:
1. Derogación de las leyes
neoliberales.
2. Presentación con vida de todos
los detenidos-desaparecidos por el régimen de ayer y hoy, juicio y castigo
a los culpables.
3. Restitución inmediata y respeto
de los derechos laborales.
4. Alto a la privatización de los
servicios sociales.
5. Alto a la supresión de la
propiedad social de la tierra y alto al despojo de los recursos naturales y
energéticos.
6. Alto a la privatización del
agua.
7. Alto a la destrucción de la
biodiversidad por las transnacionales y ¡no al fracking!
8. Libertad a todos los presos
políticos del país.
9. Alto al terrorismo de Estado.
10. Alto a la persecución contra
luchadores sociales y cese el hostigamiento policiaco-militar contra miembros
del FNLS y al conjunto del movimiento popular.
11. Alto a la criminalización de
la protesta y lucha popular.
FRATERNAL Y
COMBATIVAMENTE:
¡POR LA UNIDAD
OBRERO, CAMPESINO Y POPULAR!
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