POR JENARO VILLAMIL , 18 JUNIO, 2018PRESIDENTE 2018
CIUDAD DE
MÉXICO (Proceso).- El 3 de noviembre de 2012, unas semanas antes de que
culminara el sexenio de Felipe Calderón, los hermanos Eduardo y Alejandro
Goeters Arbide, sobrinos del tío materno de José Antonio Meade Kuribreña,
fueron arrestados en Cancún y Puebla, acusados de presunta responsabilidad en
el delito de tráfico de metanfetaminas y de tentativa para concertar una
transacción internacional que implicaba la fabricación de pseudoefedrina.
Los hermanos Goeters Arbide
–famosos pilotos en competencias de automovilismo– pasaron seis meses detenidos
en el penal de Hermosillo, Sonora. En enero de 2013 el juez Jesús Alberto
Chávez Hernández, del Juzgado 13 de Distrito de Amparo en materia penal de la
Ciudad de México, les negó el amparo y consideró que había pruebas suficientes
para presumir la responsabilidad de ambos en el mencionado ilícito.
En su
demanda de amparo, los detenidos argumentaron que las autoridades incurrieron en
irregularidades al detenerlos, en abuso de autoridad y en la violación al
artículo 14 constitucional, especialmente por violaciones al debido proceso. El
juez Chávez Hernández resolvió que no eran ciertos los actos reclamados y
acreditó las acusaciones en su contra y consideró procedente la extradición a
Estados Unidos.
En una parte sustancial de la
sentencia, el juez estableció que “quedaron satisfechos los requisitos que
exige la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el tratado de
extradición celebrado entre nuestro país y el gobierno solicitante” y que fue
“correcto el actuar de la autoridad judicial responsable al dictar orden de
detención provisional con fines de extradición internacional contra los
solicitantes del amparo”.
Los
hermanos Goeters Arbide apelaron la sentencia del juez 13 y acudieron al Quinto
Tribunal Colegiado Penal de la Ciudad de México. La juez federal Graciela Malja
Aguirre confirmó la resolución de Chávez Hernández y emitió también una opinión
jurídica en favor de la extradición de los dos detenidos, quienes son
reclamados por la Corte Federal del Distrito Este de Virginia.
A pesar de la resolución de dos
jueces en contra de los sobrinos del tío materno de Meade, en junio de 2013 la
Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) no acató la medida. El titular de la
dependencia era José Antonio Meade, el actual candidato del PRI a la
Presidencia de la República. El hecho inusual llamó la atención de la propia
juez Malja Aguirre, así como de activistas políticos independientes, quienes
incluso le hicieron llegar al portal Chedrauileaks, con sede en California,
información que vinculaba a los hermanos Goeters Arbide con Meade.
La negativa
La negativa de la orden de
extradición de los sobrinos de Meade a Estados Unidos fue firmada por Francisco
de Paula Castro Reynoso, entonces director adjunto de Gestión Administrativa de
la SRE y actual jefe de la cancillería en la delegación diplomática mexicana en
El Vaticano.
El oficio de Castro Reynoso, con
el número UDE-4625/2013, establece que “el gobierno de los Estados Unidos
Mexicanos determinó negar la extradición del señor Eduardo Goeters en virtud de
que la solicitud de extradición internacional formulada por el gobierno
estadunidense no se ajustó a los extremos del Tratado de Extradición entre los
Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América, concretamente a lo
dispuesto en los artículos 2, 3 y 10, numeral 3, inciso b)”.
En el numeral 3, inciso B del
artículo 10 referente al procedimiento de extradición y los documentos
necesarios, el Tratado de Extradición entre Estados Unidos y México establece
que es necesario anexar a la solicitud de extradición “las pruebas que conforme
a las leyes de la parte requerida justificarían la aprehensión y enjuiciamiento
del reclamo en el caso de que el delito hubiere cometido allí”.
La acusación de la Corte Federal
de Distrito para el Distrito Este de Virginia tenía tres cargos muy claros en
contra de los hermanos Goeters, según el expediente del amparo 1183/2012 que
resolvió el juez Chávez Hernández:
“Cargo uno: asociación delictuosa
para concertar una transacción internacional que implica pseudoefedrina y por
fabricar con fines de importación 500 gramos o más de metanfetamina, en
contravención a la sección 2 del título 18 y de las secciones 969(a), 960 (d)
(2) y 963 del título 21 del Código de Estados Unidos de América.
“Cargo dos: tentativa para
concertar una transacción internacional que implica pseudoefedrina…
“Cargo tres: tentativa para
concertar una transacción internacional que implica pseudoefedrina a sabiendas
de que el químico será usado para fabricar metanfetamina en Estados Unidos.”
El sitio Chedrauileaks aclaró en
la documentación compartida con Proceso que “no encontró ninguna evidencia
sobre la participación de José Antonio Meade en la cancelación de la
extradición de los hermanos Goeters Arbide, o su liberación de prisión”, pero
sí está acreditado el parentesco y la coincidencia de las fechas y la negativa
de la SRE con el tiempo en que el actual candidato presidencial priista fue
canciller durante el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Cuando se conoció la negativa de
extradición a Estados Unidos, Eduardo Goeters agradeció en su cuenta personal
de Facebook “el apoyo hacia mí y a mi familia en los momentos tan difíciles que
pasamos, en verdad no tiene precio y estaré lo que me quede de vida
agradeciéndoles”.
En sus últimos mensajes, Goeters
expresa claramente su apoyo a la candidatura presidencial de Meade. Posteó la
nota: “Meade ganará la elección presidencial: Financial Times” y otros mensajes
a favor de su tío porque “sería el mejor presidente, pero no votar por él por
culpa del PRI es como dejar ir al amor de tu vida porque estás enojado con el
amigo que te lo presentó. ¡Quédate con lo bueno! Pensándolo bien, lo mejor es
Meade”.
Más allá del parentesco
Eduardo y Alejandro Goeters
Arbide tienen un parentesco en tercer grado con Meade; también los une la
creación de la compañía Kubre, fundada en abril de 1994 con Juana Cuevas, dos
meses antes de que ella contrajera nupcias con Meade, como documentó el
reportero Álvaro Delgado en Proceso en noviembre pasado.
Los cofundadores de Kubre son
justamente el tío materno de Meade, José Kuri Breña Orvañanos, y sus hijos José
Antonio Kuribreña Arbide y Santiago Kuribreña Arbide, primos de Eduardo y
Alejandro Goeters Arbide, detenidos en noviembre de 2012, así como Pedro Meade
Kuribreña, hermano del aspirante presidencial priista.
Según la información de Chedrauileaks,
las dos familias (Kuribreña-Arbide y Goeters-Arbide) compartían el mismo
terreno, registrado en la calle de Alpes 120 en las Lomas de Chapultepec,
esquina con Prado Norte, en una de las zonas más transitadas de esta
colonia.
Carlota Arbide Cuevas y Michael
Goeters, padres de los hermanos que fueron reclamados por la justicia de
Estados Unidos, declararon en 1993 la dirección de su domicilio en Alpes 120,
en la Ciudad de México, de acuerdo con una escritura fiduciaria de Texas, según
la copia del expediente proporcionado a Proceso.
Un contrato disponible
públicamente, muestra que José Kuri Breña Orvañanos utilizó como su dirección
el predio Alpes No. 120-A, en la colonia Lomas de Chapultepec.
Proceso acudió a verificar la
existencia de este predio, ubicado casi en la esquina de la avenida Prado Norte
y de Montes Escandinavos. Actualmente no es domicilio particular sino oficinas,
en un terreno bardeado, con sólo un muro que los separa y con dos direcciones
Alpes 120-1 y Alpes 120.
Otra pista de los negocios y
parentescos sospechosos de la familia Meade es José Antonio Kuribreña Arbide,
primo del candidato presidencial, primo de los dos pilotos detenidos en 2012 y
cofundador de la empresa Kubre junto con Juana Cuevas y José Antonio Kuri Breña
Orvañanos, tío del candidato presidencial.
En 2014, la Secretaría de
Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación y la Secretaría de Hacienda
pagaron entre 7.5 y 10.5 millones de pesos a una empresa procesadora de café,
cuyo comisario era José Antonio Kuribreña Arbide, según los documentos de
Chedrauileaks.
Este reportaje se publicó el 17
de junio de 2018 en la edición 2172 de la revista Proceso.
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