De
acuerdo con la leída columna política Kiosko, del diario El Universal, con la
estrategia del gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, de impulsar
a su hijo, Miguel Ángel Yunes Márquez – candidato perdedor de la gubernatura
del estado en las elecciones del pasado 1 de julio – como eventual candidato a
la dirigencia nacional del PAN, el mandatario buscaría curarse en salud y
blindarse ante las investigaciones anunciadas a su gestión.
En ese sentido,
refiere que tanto Yunes Linares como el exalcalde de Boca del Río han comenzado
a reunirse con la cúpula del partido a fin de negociar al menos dos posiciones
dentro del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, luego de que el Instituto
Político integrara la comisión que organizará la contienda interna para renovar
la dirigencia nacional. De paso, se afirma que la intención del gobernante
veracruzano y el candidato perdedor al gobierno del estado es jugar como
contrapeso sólido del próximo gobierno morenista, encabezado por Cuitláhuac
García Jiménez.
El problema es que para la dirigencia nacional panista también
han levantado la mano dos pesos completos del panismo. Se trata de los ex
gobernadores de Guanajuato, Carlos Medina Plascencia, un estado donde el
albiazul ganó los comicios del 1 de julio, y de Puebla, Rafael Moreno Valle,
donde hasta el momento, las instancias electorales no le han revocado el
triunfo a su esposa, Erika Alonso, en la elección para la gubernatura.
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