Vicente Fox y Marta Sahagún. Foto: Especial
POR ÁLVARO DELGADO , 14 ABRIL, 2018PRESIDENTE 2018, REPORTAJE ESPECIAL
La
información sobre las enormes pensiones de los expresidentes mexicanos,
procedente de investigaciones académicas y de una solicitud de información de
este semanario al gobierno federal, desmiente los argumentos con que las
justifican sus beneficiarios Vicente Fox y Felipe Calderón, así como el
aspirante presidencial José Antonio Meade. No se limita a un sueldo vitalicio o
al servicio de decenas de servidores públicos, sino que incluye guardias para
ellos y sus familias, igual que el pago de telefonía, autos, atención médica
privada y gastos de oficina, entre otros, todo ello sin fundamento en la ley.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Ejemplo
de los privilegios y excesos de la clase gobernante que preservó la
alternancia, las millonarias prestaciones a los expresidentes de México –cuya
pensión de 205 mil pesos al mes es sólo una parte– no las disfrutan en casi
ningún país, menos en los más desarrollados económica y democráticamente.
En México los exmandatarios gozan, de
manera vitalicia, de un sueldo del nivel de secretario de Estado, un equipo de
hasta 25 funcionarios, numerosa custodia militar, atención médica privada,
seguro de vida, vehículos, telefonía y hasta jardineros, privilegios que al
morir siguen recibiendo sus descendientes.
De acuerdo con información oficial y
estimaciones académicas y legislativas, cada uno de los cinco expresidentes
vivos cuestan a los mexicanos aproximadamente 5 millones de pesos al mes,
aunque otras ubican los gastos –que incluyen personal, vehículos, oficinas– en
40 millones de pesos anuales.
Lo cierto es que, en sólo seis años
–la quinta parte del tiempo que le cuesta a un mexicano común obtener su
pensión–, un presidente se garantiza una vida de lujos hasta su muerte, que
luego sigue disfrutando su familia, y su pensión vitalicia de 205 mil pesos al
mes contrasta con los 2 mil 555 pesos al mes que recibirá alguien que gana 10
mil pesos, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos
(OCDE).
“El estudio de los
beneficios de los exgobernantes permite conocer el grado de equidad social, las
formas de expresión de los criterios de justicia, proporcionalidad y
racionalidad, así como el grado de desarrollo de una cultura con tejidos
democráticos”, razonan Hilda Nucci y Ernesto Villanueva en su libro Los
parásitos del poder. Cuánto cuesta a los mexicanos mantener los privilegios de
los expresidentes, de Ediciones Proceso.
Los académicos revisaron los
ordenamientos legales sobre los beneficios de exgobernantes en 21 países de los
cinco continentes y concluyen: “El caso que más llama la atención es el de
México, pues es el único país donde un expresidente recibe aproximadamente 2
mil 379 salarios mínimos como ingreso global mensual.”
Como tras la elección de 2000, en
esta coyuntura electoral están a debate las desproporcionadas prestaciones de
los expresidentes de la República, que ni siquiera están fundadas en la
Constitución y en la ley, sino que son producto de simples acuerdos
presidenciales de Luis Echeverría y Miguel de la Madrid.
Fragmento
del reportaje especial publicado en Proceso 2163, ya en circulación
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