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Foto: El entonces cardenal Ratzinger, junto a Juan Pablo II, al que sucedería, en la Basílica de San Pedro en abril de 2005. AP
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Por Bernardo Barranco V.
Los vaticanistas Andrea Tornielli y Paolo Rodari publicaron en Roma, en agosto de 2010, el libro Attacco a Ratzinger. Accuse e scandali, profezie e complotti contro Benedetto XVI, que editorial Planeta tradujo con un nuevo título que resume la actitud de los autores: En defensa del Papa. En poco menos de 400 páginas, los vaticanistas abordan los principales episodios críticos del pontificado de Benedicto XVI. Desde su cátedra en la Universidad de Ratisbona, donde lamenta la violencia genética del Islam; el perdón a los obispos lefebvrianos que termina abortando; la crisis diplomática con los países europeos por las declaraciones del Papa sobre el preservativo en su primer viaje a África; el terrible manejo de los abominables casos de pedofilia, el tratamiento del caso Maciel y del cardenal austriaco Groër, abusador de seminaristas, o la reinterpretación de las profecías marianas de Fátima y Civitavecchia. Aunque en la introducción los autores tratan de deslindarse del enfoque del complot internacional por odio contra el papa Ratzinger, ése es el centro de la defensa de un pontífice contestado y golpeado duramente por la opinión pública mundial y por los polos progresistas y ultraconservadores de la propia Iglesia.
En el libro se narran periodísticamente las denuncias, los escándalos, conspiraciones y profecías contra Benedicto XVI. Más que análisis o enfoques sociológicos sobre las desventuras del Papa, Rodari y Tornielli narran sistemáticamente los episodios. Los autores se preguntan por qué se ha querido “anestesiar” el mensaje de Benedicto XVI, tachándolo de Papa “retrógrado”. Sin embargo, dicen los autores en la introducción, se olvidan sus esfuerzos en grandes temas como la pobreza, la globalización o la familia. Así como sus duras palabras contra el capitalismo salvaje o la invitación a la caridad y la fraternidad. ¿Se puede afirmar que existe una estrategia orquestada detrás de cada uno de estos ataques? ¿O más bien es consecuencia de una ausencia de dirección y de estrategia comunicativa de la gente más próxima al pontífice? ¿Este ataque tiene su origen sólo fuera de la Iglesia o nace también en el interior de los ambientes eclesiales? Ante el mundo entero, especialmente el año 2010, la Iglesia ha ido de un escándalo a otro, destacando los casos de pederastia que han llenado las páginas de los principales periódicos de todo el mundo. Los autores tienen un punto de partida que no lo reconocen abiertamente : hay una estrategia para lanzar el mayor descrédito a la Iglesia y el papado en particular.
El objetivo, dentro y fuera de los círculos de la Iglesia, parece ser sólo Joseph Ratzinger, a quien no perdonan ser la mayor tutela de la fe y la tradición. Así, el libro tiene un guión, que analiza las diferentes “tormentas” en tres instancias: a) los errores de comunicación de la Santa Sede; b) la agresiva prensa secular que está permanentemente a la caza de los errores del pontificado, y c) el papel esencial de los católicos hostiles a Benedicto XVI que hacen coro y hasta apoyan las agresiones. Criticar el manejo mediático y las torpezas de la oficina de prensa de la Santa Sede es poco ético por parte del vaticanista Andrea Tornielli, ya que insistentemente se ha rumorado en los pasillos de Roma que él precisamente ocuparía la plaza del atormentado jesuita Federico Lombardi.
El libro no aporta nada nuevo ni tiene una verdadera defensa de un pontificado zarandeado por su terquedad de enarbolar un absolutismo ético y teológico frente a un mundo que cambia y que rebasa vertiginosamente las verdades adquiridas. El libro también responde a una serie de textos críticos e investigaciones documentales que ponen en evidencia la grave crisis por la que atraviesa la estructura y la cúpula vaticana. Traemos a colación el estupendo trabajo de Jason Berry, Render unto Rome, que hace unos meses fue publicado en Nueva York por Crown Publishers, en torno a los escándalos de abuso sexual y su impacto demoledor en las diócesis estadunidenses.
El autor rastrea la utilización de recursos financieros para la indemnización de las víctimas, permite a Berry descubrir los mecanismos, la riqueza y la manera en que se administran los recursos en la Iglesia católica. El libro describe el funcionamiento legal y financiero de los fondos de la Iglesia, en Estados Unidos y la Santa Sede; se pone de manifiesto la evidente opacidad de la jerarquía católica para el manejo del dinero, en especial de los donativos. Devela altos niveles de corrupción, especialmente en las altas esferas de la curia romana.
El libro relata en particular la actuación corrosiva de Marcial Maciel, fundador de los legionarios de Cristo, quien además de ser un excepcional recaudador de fondos fue un gran corruptor de la curia para convertirla en cómplice y principal encubridora. Documenta negocios encubiertos de familiares cercanos a Angelo Sodano, secretario de Estado de Juan Pablo II, y la propia Iglesia. Fraudes detectados por la FBI.
Por supuesto, Jason Berry también documenta la entrada en escena de Maciel, el “señor de la prosperidad”, quien desde 1947, cuando pretendió conocer al papa Pío XII, Marcial Maciel irrumpe en Roma con una actitud corruptora; llegó con un sobre de 10 mil dólares, una fortuna para la época, para poder acceder al pontífice. El dictamen es claro: la crisis del caso Maciel es al mismo tiempo la crisis de la propia curia romana. Por ello su solución se ha venido dosificando casi por goteo. Porque el actuar de los legionarios, en particular de Maciel, se hace con prácticas de corrupción, ocultamiento y complicidad delictuosa con actores centrales de la cúpula del Vaticano, al que por cierto no escapa el propio Benedicto XVI.
Dos lecturas del Vaticano; dos posturas político religiosas en juego y dos narrativas periodísticas.