Por: José Miguel Cobián
www.josecobian.blogspot.com miguelcobian@gmail.com
@jmcmex
Hace algunos años ayudé a fundar un club rotario, el Córdoba-Quijote. Tuve el honor de ser presidente fundador, y en aquélla época, nos inauguramos en el servicio a la comunidad con la construcción de un kínder en la colonia Acción y Servicio. A ese kínder le pusimos el nombre de Othón Arroniz Báez, en honor de un intelectual que además de ser altruista fundó un diario en Córdoba, y fue mecenas de una increíble cantidad de artistas, además de apoyar todas las causas progresistas en la región de Córdoba.
Desde hace más de once años este club rotario, como la mayoría en el mundo, se ha dedicado de manera callada y discreta a servir a la comunidad. Desde colectas y entrega de ropa de invierno a comunidades en la sierra del Pico de Orizaba, dulces a los niños de aquélla zona y juguetes en día de reyes. Colchones, pisos de cemento y puertas para que circulen discapacitados, andaderas tipo juanito, tinas de hidroterapia, sillas de ruedas, apoyo en tiempos de desastre natural. Los clubes rotarios siempre están para ayudar a la comunidad con diversos proyectos.
Recuerdo cuando en 2006 una señora me pidió apoyo para poder trasladarse a Xalapa, ella sufría un cáncer terminal y allá recibía tratamientos, pero ella no sabía que estaba a punto de morir, y con mucha ilusión iba a recibir quimioterapias, radioterapias y medicinas. Con el corazón hecho una pasita, el club le pagaba el transporte cada vez que era necesario, hasta que una vez ya no volvió a pedir ayuda, y supusimos que ya había descansado al fin de su enfermedad.
En los últimos años, el club ha adoptado a una fundación de Coscomatepec, la fundación Kari, que se dedica a apoyar a niños con diversas discapacidades, tanto con terapias, como con las gestiones para su traslado y atención en distintos hospitales, como los de especialidades de Xalapa y el hospital del niño poblano.
En estos tiempos, a pesar de haber obtenido jugosos donativos para la compra de sillas de ruedas y haber entregado más de cincuenta sillas de ruedas en los últimos dos años, seguimos con déficit, siempre hay más personas de bajos recursos que las requieren, y en la última visita a la fundación Kari, descubrimos la necesidad de carreolas que tienen muchas madres con hijos enfermos y que siempre los transportan en brazos.
Te invito amable lector, a apoyarnos si es que cuentas con una silla de ruedas que ya no uses tu o tu familiar, o si tienes alguna carreola que tampoco uses, ten por seguro que en el club rotario Córdoba Quijote nos daremos a la tarea de darle un buen uso a ese bien que ya no requieres, y que llegará a quien lo necesita.
Para comunicarte con nosotros puedes utilizar el correo electrónico o la dirección de twitter que aparece siempre al final de mis colaboraciones, y si no puedes apoyarnos a nosotros, recuerda que los clubes rotarios no son clubes sociales, son clubes de servicio, en dónde personas de buena voluntad se reúnen para hacer amigos y dentro de esa amistad, unir esfuerzos para servir dentro de sus posibilidades a los demás. Así que cuando te encuentres con un evento promovido por rotarios o una colecta o te pidan apoyo, sabrás que vale la pena lo que ellos hacen, y que tu cooperes con tu granito de arena.
Agradezco también a los medios que publican mis colaboraciones por el espacio para algo más personal como es esta petición de apoyo a mis escasos lectores.
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