Fernando Inés Carmona
Orizaba, Ver.- En el PRD el “agandalle y la autodestrucción” se acentúan. La designación de candidatos a senadores y diputados federales deja en claro que Nueva Izquierda y Alternativa Democrática prefieren entregar al PAN la candidatura de Andrés Manuel López Obrador y consecuentemente la Presidencia del país a cambio de espacios de comodidad en el Congreso de la Unión, “a la dirigencia nacional le cuesta mantener la gobernabilidad interna”, refirió el profesor Jorge Cruz Ibáñez, militante del PRD y presidente del Frente Ciudadano Ricardo Flores Magón.
El entrevistado aclaró que en el Consejo Nacional del PRD celebrado hace una semana “se consumó lo que ya sabíamos, hemos llegado a extremos inadmisibles, que significan un elemento de intensa autodestrucción con el agandalle de Nueva Izquierda, los Chuchos, en las postulaciones más importantes de plurinominales”.
No fueron los únicos que ganaron, “la otra corriente ganadora es Alternativa Democrática Nacional, aliada de los Chuchos, y la que ha impulsado alianzas con el PAN y se ha distinguido por reconocer a Felipe Calderón como presidente de la República. En el PRD la legalidad es una ficción. El estatuto se aplica a discreción y el órgano jurisdiccional, además de no ser realmente autónomo, somete la justicia a intereses de las corrientes y de poderes fácticos. Lo normal, lo cotidiano, la regla, la costumbre, lo que se da por sentado es la impunidad. Peor aún, la legalidad interna se ha vuelto moneda de cambio en negociaciones entre grupos” lamenta.
Acusó que aunque los dirigentes nacionales, estatales e incluso locales “son los primeros obligados a respetar las normas internas del PRD, no se hace; de otra manera la dirección no tendrá autoridad moral para hacer valer el estatuto en el resto del partido. La legalidad debe aplicarse a todos sin excepción. Los privilegios para unos cuantos sólo puede justificarse desde una perspectiva de derecha. Es inaceptable que en nuestro partido no impere la igualdad ante la ley”.
Esto crea falta de legalidad “que debilita gravemente la institucionalidad del partido. A los órganos de dirección se les dificulta enormemente mantener la gobernabilidad y cumplir cabalmente con sus tareas al no tener medios eficaces para que sus resoluciones sean acatadas por todos, lo que además favorece la generación y preeminencia de poderes fácticos”.
Por ello “las decisiones importantes se toman fuera de las instancias competentes, ya sea en reuniones informales, oficinas particulares de algunos liderazgos e incluso en dependencias gubernamentales. El respeto a la legalidad y el fortalecimiento de la institucionalidad partidaria van de la mano. Nos queda bastante claro que los Chuchos, aunque no lograron aliarse con el PAN a la presidencia de la República, lo harán de facto, entregarán la candidatura de Andrés Manuel López Obrador y consecuentemente la presidencia del país, a cambios de espacios de comodidad en el Senado y en la Cámara de Diputados, canjearon la comodidad por la legalidad interna”.
Consideró que vale la pena “preservar al partido más grande, diverso e incluyente que ha podido construir la izquierda mexicana. Los avances democráticos, el reconocimiento y extensión de derechos y libertades, la defensa del patrimonio nacional y de las conquistas sociales y laborales, la implementación de programas sociales universales para mitigar en algo los terribles efectos del neoliberalismo en cada vez más amplias franjas de la población son algunos de sus logros indiscutibles. Para sobrevivir el PRD está obligado a transformarse”, concluyó.